Un tribunal internacional culpa a Fujimori de 51 asesinatos
Las sentencias refuerzan la petici¨®n peruana de extradici¨®n
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en San Jos¨¦ de Costa Rica, ha fallado contra el Estado peruano por dos casos emblem¨¢ticos ocurridos durante el Gobierno de Alberto Fujimori: el asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad de La Cantuta, y la muerte de 41 reclusos vinculados al grupo terrorista Sendero Luminoso en el penal de Miguel Castro Castro.
Las dos sentencias, dictadas a finales de noviembre y conocidas esta semana, fortalecen la petici¨®n de extradici¨®n del Gobierno peruano que pesa sobre Fujimori, actualmente en Chile, para juzgarlo por violaciones a los derechos humanos y corrupci¨®n, y que resolver¨¢ la Corte Suprema chilena.
El presidente peruano, Alan Garc¨ªa, declar¨® que respetar¨¢ ambas resoluciones de la CIDH, que establecen indemnizaciones para los familiares de las v¨ªctimas y obligan al Estado peruano a reconocer p¨²blicamente su responsabilidad en las dos matanzas. Aunque ambos fallos fueron conocidos despu¨¦s que el juez instructor del proceso de extradici¨®n en Chile, Orlando ?lvarez, cerr¨® la presentaci¨®n de pruebas, la defensa de Fujimori hab¨ªa apelado a la Corte Suprema para ampliar el plazo y ¨¦sta todav¨ªa no ha resuelto la solicitud.
Si los tribunales chilenos acogieran la petici¨®n de Fujimori, ¨¦sta podr¨ªa transformarse en un bumer¨¢n en su contra, pues la fiscal¨ªa peruana alcanzar¨ªa a presentar el fallo de la CIDH sobre la matanza de La Cantuta, uno de los casos por los cuales pide la extradici¨®n. Incluso si la Corte Suprema rechazara ampliar el plazo para presentar m¨¢s pruebas, igualmente el fallo de la CIDH incidir¨¢ en el clima en el que debe resolver sobre la extradici¨®n de Fujimori.
Ambos fallos son sobre casos emblem¨¢ticos en Per¨². De los cr¨ªmenes de La Cantuta es responsable el escuadr¨®n Colina, formado por Fujimori para "eliminar" a miembros de Sendero Luminoso e integrado por militares y oficiales de inteligencia. En 1992, agentes de este grupo secuestraron de residencias estudiantiles de la Universidad de La Cantuta a nueve estudiantes y un profesor, a los que torturaron y ejecutaron y despu¨¦s hicieron desaparecer sus cad¨¢veres. Meses despu¨¦s se encontraron los cuerpos. Un ex agente del grupo Colina declar¨® que mataron a las 10 personas como "respuesta" a un atentado con bomba de Sendero Luminoso en Lima.
La justicia militar conden¨® a los autores materiales del crimen de La Cantuta, pero Fujimori los amnisti¨®. El fallo de la CIDH se?ala que la matanza no habr¨ªa podido perpetrarse "sin el conocimiento y ¨®rdenes superiores de las m¨¢s altas esferas del poder ejecutivo", y ordena reabrir los procesos en la justicia civil e indemnizar con 1,8 millones de d¨®lares (1,37 millones de euros) a 80 familiares de las v¨ªctimas.
Para la ministra de Justicia de Per¨², Mar¨ªa Zavala, el fallo "colabora favorablemente en el proceso de extradici¨®n". El director de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos, Francisco Sober¨®n, declar¨® desde Lima su esperanza de que "el fallo sobre este crimen de lesa humanidad, en el que no se puede aplicar amnist¨ªa, permita la extradici¨®n de Fujimori".
La segunda sentencia de la CIDH conocida esta semana responsabiliza a agentes del Estado peruano por la muerte, en 1992, de 41 reclusos de la prisi¨®n de Castro Castro, muchos de ellos miembros de Sendero Luminoso o acusados de pertenecer a este grupo. Los reclusos murieron durante el asalto al penal por parte de las fuerzas de seguridad. El Estado peruano deber¨¢ indemnizar a los 185 presos que resultaron heridos y a los familiares de los que murieron. Por este crimen, a Fujimori le abrieron proceso en Per¨² este a?o, pero el Estado no lo incorpor¨® en su petici¨®n de extradici¨®n del ex gobernante.
El fallo califica las muertes de "cr¨ªmenes de lesa humanidad". Uno de los jueces de la Corte, Antonio Cancado, dice en su voto razonado que el ataque a la prisi¨®n fue "una masacre premeditada", y que los presos se encontraban en total indefensi¨®n.
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