Hacia la 'ionesquizaci¨®n'
Interesante programa doble el que ofrece Joan Oll¨¦ en el Teatre Lliure de Barcelona hasta el 14 de enero a partir de La cantant calba, de Eug¨¨ne Ionesco (1909-1994): primero la pieza original y, tras una breve pausa, la actualizaci¨®n que la dramaturga Llu?sa Cunill¨¦ hace de la misma conservando los personajes y situ¨¢ndolos en un McDonald's, ambas interpretadas por el mismo elenco de actores (Andreu Benito, Josep Maria Dom¨¨nech, Merc¨¨ Lleix¨¤, ?ngels Poch, V¨ªctor Pi y Rosa Renom), algunos de los cuales se intercambian los papeles en la versi¨®n actual. ?Qu¨¦ decir de la obra m¨¢s conocida y representada de Ionesco que no se haya dicho ya? Un dato curioso y significativo: la misma puesta en escena con la que la pieza se estren¨® en 1950 en el Th¨¦?tre des Noctambules, bajo la direcci¨®n de Nicolas Bataille, se mantiene en cartelera en el Th¨¦?tre de la Huchette, donde lleva represent¨¢ndose ininterrumpidamente desde 1957 sumando m¨¢s de 13.000 funciones. Ya lo dec¨ªa el propio Ionesco: "Extra?o, el destino de una obra...".
Pieza emblem¨¢tica del llamado teatro del absurdo, lo cierto es que no s¨®lo no est¨¢ de m¨¢s volver a ella, sino que, al ser comparada con la de Cunill¨¦, La cantatrice chauve se manifiesta en todo su alcance y lo que parece, y son, di¨¢logos sin pies ni cabeza para plasmar el sinsentido de la condici¨®n humana, cobra en el sobrio montaje de Oll¨¦ una coherencia interna, a pesar de la incoherencia de la trama. Y es que esta Cantant calba funciona mejor que la nueva, La cantant calba al McDonald's, a pesar tambi¨¦n del hilo narrativo con el que Cunill¨¦ envuelve a los personajes.
Los Smith; su criada Mary, que juega a ser Sherlock Holmes; los Martin, que llegan tarde a la cena de los primeros, y el jefe de bomberos, que aparece al final buscando alg¨²n fuego que apagar, resultan, de la mano de unos int¨¦rpretes ponderados, unos personajes deliciosos y divertidos que amagan, en una lectura menos superficial, una mirada cr¨ªtica hacia el conformismo y la hipocres¨ªa burguesa. El escepticismo, la incomunicaci¨®n y el aislamiento de estos personajes se pierden en el McDonald's: la se?ora Smith mantiene una relaci¨®n secreta con el se?or Martin (?ngels Poch y Andreu Benito, los ¨²nicos que conservan sus papeles) y han entrado en el citado establecimiento para resguardarse de la lluvia. All¨ª coinciden con la cantante calva que se menciona de pasada en la obra original, se reencuentran con Mary, la criada que los Smith acabaron por despedir, y sus di¨¢logos, aunque recuperan cada tanto alg¨²n extracto de Ionesco, tienden hacia una normalidad que, tras la anterior, se nos queda corta. Claro que tambi¨¦n puede ser que todos nos hayamos ionesquizado sin darnos cuenta.
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