Los extranjeros del a?o
Los cr¨ªticos de EL PA?S eligen las mejores novelas traducidas en 2006
Seis cr¨ªticos de EL PA?S eligen otras tantas novelas de narradores extranjeros publicadas en Espa?a a lo largo de 2006: El mar, del irland¨¦s John Banville (Wexford, 1945); El quinto en discordia, del canadiense
Robertson Davies (1913-1995); La gran marcha, de Edgar Laurence Doctorow (Nueva York, 1931); Represalia, de Gert Ledig (Leipzig 1921-Lansberg am Lech 1999); El castillo alto, de Stanislaw Lem (Lvov, hoy Ucrania, 1921-Cracovia, 2006); y Eleg¨ªa, de Philip Roth (Newark, Nueva Jersey, 1933).
El mar (Anagrama, Bromera) John Banville
El crepuscular Max Morden, historiador del arte y viudo (condici¨®n casi obligatoria del homo-banvilleus) regresa a las playas de su infancia y recuerda lo sucedido durante unas tr¨¢gicas vacaciones en las que "investig¨®" las idas y vueltas de la fascinante familia Grace. Una de las posibilidades a la hora de acorralar a esta novela magistral, ganadora del Booker 2005, ser¨ªa la de, juguetonamente, definirla como Verano del '42 reescrita por Henry James. Pero, lejos de toda broma, he aqu¨ª otro de esos impagables thrillers existenciales que ya son costumbre en el gran escritor irland¨¦s y a cuya perfecci¨®n, por fortuna, felizmente, nunca nos acostumbraremos del todo. (Traducci¨®n de Dami¨¢n Alou y de Eduard Casta?o).-
El quinto en discordia (Libros del Asteroide) Robertson Davies
Este libro -que este a?o ha obtenido el premio de los libreros catalanes- cuenta una larga historia que comienza cuando un chico de un peque?o pueblo canadiense que, jugando a tirarse bolas de nieve con un amigo, golpea a la esposa del p¨¢rroco y le provoca un parto prematuro del que nace un ni?o. Cada uno de estos tres personajes protagonizar¨¢ una de las tres novelas de la Trilog¨ªa Deptford, consagraci¨®n de uno de los grandes narradores tradicionales del siglo XX. La novela se caracteriza por el buen gusto literario, el dominio de la narraci¨®n, el humor inteligente y la solidez en la construcci¨®n de una historia y de unos personajes. Es un fijo. (Traducci¨®n de Natalia Cervera).-
La gran marcha
(Roca editorial)
E. L. Doctorow
Las guerras liquidan leyes y vidas, y por eso son tan literarias. La gran marcha es el avance de las tropas del general Sherman hacia el mar, a la conquista de Georgia y las dos Carolinas, en la guerra de secesi¨®n americana. Doctorow siempre ha contado fabulosamente el tiempo hist¨®rico, ahora la guerra entre unionistas y confederados en los a?os sesenta del siglo XIX, la primera matanza humana industrial, con fusiles de repetici¨®n y nueva artiller¨ªa. Fue un choque civil, y esto a?ade crueldad a la guerra, dice Doctorow, que convierte muy bien los retratos de grupo en estudios de personajes memorables: la gran historia se vive como experiencia personal (Traducci¨®n de Isabel Ferrer y Carlos Milla).-
Represalia (Min¨²scula) Gert Ledig
Uno de los m¨¢s impactantes relatos antib¨¦licos que recrea con verismo fotogr¨¢fico 70 minutos de un ataque a¨¦reo aliado en junio de 1944 a una ciudad alemana. Se focaliza minuto a minuto c¨®mo la tormenta de fuego, desatada por la ca¨ªda masiva de las bombas, funde y carboniza el asfalto, los coches, los cuerpos humanos. De un modo lac¨®nico, el autor va enhebrando hechos, absteni¨¦ndose de cualquier comentario, lo cual otorga una singular autenticidad al texto y le confiere su valor testimonial. Publicada en 1956, Represalia es la ¨²nica novela alemana que enfrenta al lector con el inimaginable espanto de la guerra de bombardeo, sin suavizar las consecuencias, ni ofrecer explicaciones morales o metaf¨ªsicas. (Traducci¨®n de Rosa Pilar Blanco).-
El castillo alto (Funambulista) Stanislaw Lem
De entre todas las autobiograf¨ªas y evocaciones de ¨ªndole diversa, hay una minor¨ªa que huye de los nombres propios, de los ajustes de cuentas y de la Historia para centrarse en la peculiar naturaleza de la memoria y en la textura del tiempo. Para asumir la tarea es necesario algo m¨¢s que genio: un verdadero descreimiento del personaje que nos suponemos y hasta de la persona que hemos sido. Al publicar El castillo alto, Lem ingres¨® en el selecto Club de Grandes Aventureros de la Propia Conciencia s¨®lo por estas frases finales: "La memoria y yo somos un par de caballos que se observan con suspicacia, que tiran del mismo carruaje. As¨ª que vamos all¨¢, inseparable desconocido compa?ero m¨ªo, mi enemigo, mi amigo". (Traducci¨®n de Andrezj Kovalski).-
Eleg¨ªa (Mondadori, RBA) Philip Roth
La vejez, que ya fue denostada frontalmente por Yeats, alcanza en esta novela su cristalizaci¨®n pr¨®xima al epitafio: "La vejez no es una batalla; la vejez es una masacre". En la l¨ªnea de Patrimonio, que expon¨ªa la decadencia f¨ªsica y la muerte de su padre, en Eleg¨ªa la prosa acerada de Philip Roth se revela igualmente portentosa en su indagaci¨®n en el desastre fisiol¨®gico y la desgracia de las decisiones equivocadas.
Aqu¨ª se reconstruye, desde la tumba, la vida de un hombre cualquiera, contemplada con la perspectiva amenazante de la enfermedad y la envidia, con cuyos resortes el amor se queda en ternura malograda, el ¨¦xito en insuficiencia y la felicidad en dolorosa resignaci¨®n. (Traducci¨®n de Jordi Fibla y de N¨²ria Par¨¦s).
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