Canarias recibe 31.000 irregulares, casi los mismos que en cuatro a?os
El Gobierno considera "espectacular" la llegada de cayucos en 2006
Cerca de 31.000 inmigrantes han llegado en 2006 en cayucos a Canarias, lo que supone que en un s¨®lo a?o han arribado a las islas casi los mismos sin papeles que entre 2002 y 2005. El cambio en el tipo de embarcaci¨®n, desde las pateras (con una media de unas 40 personas a bordo) hasta los cayucos (con hasta 100 de media), el abaratamiento de los viajes irregulares y la mayor experiencia de los pilotos han disparado el n¨²mero de africanos dispuestos a arriesgarlo todo para intentar salir de la pobreza.
La llegada del primer cayuco a Canarias desde la costa Este de ?frica, en noviembre de 2005, abri¨® una nueva ruta para los miles de subsaharianos a los que la pobreza empuja hacia el norte. La tendencia a la baja que ven¨ªa observ¨¢ndose desde 2002 (con 9.875 inmigrantes interceptados) hasta 2005 (4.715) ha saltado este a?o por los aires. "El Archipi¨¦lago cerrar¨¢ el a?o con una llegada total de cerca de 31.000 inmigrantes llegados en cayuco o patera desde ?frica", declar¨® ayer el delegado del Gobierno en Canarias, Jos¨¦ Segura, en la Cadena SER. El dato, admiti¨®, "es espectacular".
Espectacular porque en 12 meses han llegado casi los mismos extranjeros que entre la suma de los que arribaron entre 2002 y 2005 (31.404 sin papeles). Porque ha puesto en jaque todos los servicios asistenciales de las islas, ha obligado al Gobierno a desplegar una fuerte ofensiva diplom¨¢tica por ?frica para intentar frenar el fen¨®meno y ha situado la inmigraci¨®n en el n¨²cleo de la agenda pol¨ªtica de la UE. Espectacular tambi¨¦n porque ha obligado a trasladar a la Pen¨ªnsula a casi 20.000 extranjeros, para aliviar los centros de internamiento de Canarias. Y espectacular, entre otros muchos porqu¨¦s, por la plasticidad sublime (en el sentido kantiano de belleza que conmueve dentro de la tragedia) de la arribada de seres humanos hechos y derechos al l¨ªmite de su capacidad de resistencia, atendidos por cong¨¦neres tambi¨¦n al l¨ªmite de sus fuerzas.
El cambio en el tipo de embarcaciones y en las rutas de viaje ha sido definitivo. Hasta el a?o pasado, el grueso de la inmigraci¨®n por mar embarcaba en pateras en las costas de la antigua provincia espa?ola del S¨¢hara. Esto obligaba a los subsaharianos a viajar durante meses por el continente hasta alcanzar las costas de Marruecos. Ahora no. La salida se efect¨²a desde pa¨ªses del coraz¨®n de ?frica, como Mauritania, Senegal o Guinea, donde hay miles de cayucos (pirogues les llaman en la zona) de pesca, lo que abarata los costes y la dureza del viaje por tierra.
Las pateras, que llegaban con una media de 40 o 50 personas, han dejado paso a los cayucos, donde llegan de cien en cien, o m¨¢s. La nueva embarcaci¨®n es m¨¢s segura, m¨¢s marinera, y los patrones, mucho m¨¢s experimentados. Tanto, que ya no s¨®lo zarpan en los meses propicios, desde primavera hasta finales de octubre, con r¨¦gimen favorable de alisios y aguas m¨¢s tranquilas. Ya zarpan en pleno invierno, como la que ayer lleg¨® a Tenerife con 45 inmigrantes a bordo, o como la que encontr¨® anoche con 18 un avi¨®n del Servicio A¨¦reo de Rescate. Sus ocupantes, localizados a 75 millas al sur de Tenerife, fueron trasladados a la isla de El Hierro.
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