Pir¨®manos pasivos
En Galicia, como en todos los paises de gran belleza forestal, existen tres tipos de pir¨®manos. El trastornado que padece del sindrome de Ner¨®n y goza viendo arder Roma o los bosques de sus vecinos. El especulador que, o bien incendia el monte con la intencion de convertirlo en pasto para sus bestias y cobrar las subvenciones europeas, o - m¨¢s frecuente por nuestros pagos - quema para liberar terrenos participando asi en el festin de los millones de la construccion inmobiliaria. Y el tercero, quiz¨¢s el mas perverso, el pir¨®mano pasivo, que consiente por desidia, abulia o cobardia que ardan los arboles y se carbonice el pa¨ªs.
Las autoridades politicas pertenecen a esta tercera categor¨ªa. Un testimonio de este tipo de pasividad pir¨®mana nos la ha dado la Xunta al retirar, la semana pasada, el canon por fuegos ante la presi¨®n de los propietarios.
Se trataba, en el proyecto de Ley de Prevenci¨®n y Lucha contra los Incendios que el Gobierno gallego prepara para antes del verano, de repercutir parte de los costes derivados de la extinci¨®n del fuego a los propietarios que descuidan sus montes. El proyecto preve¨ªa el cobro de una tasa a estos due?os de ¨¢reas cuyo mal estado fuese determinante en el origen de las llamas. Era una idea positiva y salvadora.
La presi¨®n de los propietarios ha hecho retroceder al Gobierno. Nunca se ha visto a ningun grupo social al que se le anuncia que debe pagar una nueva tasa festejar esta noticia. El rechazo de los propietarios era, pues, m¨¢s que previsible. Pero, ?es acaso suficiente para que se abandone la defensa del inter¨¦s general y del bien com¨²n? La protecci¨®n de los bosques en Galicia no es solo un imperativo ecol¨®gico y econ¨®mico, lo es ante todo pol¨ªtico por ser nuestra arboleda un elemento indisociable del paisaje gallego, patrimonio fundamental e immaterial de nuestra naci¨®n.
Muchos ciudadanos no entienden por qu¨¦ la Xunta actual no hace de la guerra contra el fuego - que debe ser tambien guerra contra la corrupci¨®n, contra la especulaci¨®n y contra la destrucci¨®n del pa¨ªs - una prioridad de gobierno.
Retroceder en ese frente es enviar una muy mala se?al a todos aquellos que, tea en mano, est¨¢n esperando esa flaqueza para calcinar de nuevo. El cambio clim¨¢tico les ayuda, porque con el recalentamiento general las sequ¨ªas est¨¢n dejando de ser accidentales. Los incendios estivales no van a desaparecer por si solos, como pesadillas. Al contrario, su n¨²mero aumentar¨¢. A menos que se tomen medidas dr¨¢sticas. Que no gustar¨¢n a todos, pero que deben existir.
En materia de fuegos de bosques, si hay voluntad pol¨ªtica, est¨¢ demostrado que se puede alcanzar el objetivo de cero incendios. La prueba es lo conseguido en las Landas, esa amplia ¨¢rea del sureste de Francia, donde se halla el mayor bosque de Europa: m¨¢s de un mill¨®n de hect¨¢reas de pinos mar¨ªtimos, una esencia muy inflamable y muy combustible. No se ha producido un s¨®lo incendio grave desde hace m¨¢s de cincuenta a?os.
Despu¨¦s de unos fuegos tremendos, entre 1942 y 1947, que destruyeron m¨¢s de 540. 000 hect¨¢reas, autoridades, propietarios y bomberos se unieron. Y adoptaron medidas de prevenci¨®n : construcci¨®n de una red de torres de vig¨ªa, de pistas forestales, de paneles de se?alizacion, de canales de desag¨¹e, de albercas artificiales, etc. Adem¨¢s, el desbroce - o sea la limpia de los matorrales que dan origen, como combustible principal, a la mayor¨ªa de los incendios - es obligatorio para los propietarios, desde 2001, bajo pena de multa.
Con esas medidas: cero incendios. Las Landas lo han conseguido. ?Por qu¨¦ no Galicia?
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