Inocencio Garc¨ªa, catedr¨¢tico de Derecho Internacional
Luchador antifranquista, milit¨® en el PCE
La etapa de las luchas antifranquistas de los a?os sesenta y setenta, as¨ª como los a?os del arranque de la transici¨®n, no se podr¨¢n escribir en Salamanca sin la aportaci¨®n de Inocencio Garc¨ªa Velasco, profesor respetado por su preparaci¨®n, persona ¨ªntegra y c¨¢lida y que siempre tendi¨® a buscar el anonimato a pesar de su entrega en sus compromisos pol¨ªticos y sociales. Sus restos mortales fueron incinerados en Salamanca, como consecuencia de un c¨¢ncer implacable detectado tan s¨®lo fechas atr¨¢s. El fallecimiento de su mujer, Carmen, hace un par de meses se interpretaba por los amigos como la causa de su decaimiento de ¨¢nimo; cuando hace 10 d¨ªas nos cruzamos por una calle de la Salamanca recoleta pr¨®xima a su domicilio, en el saludo ritual amistoso Quiqui (uno de sus nombres de "guerra", junto con Chencho), a pesar de conocer ya el grado de su enfermedad, como se ha sabido ahora, mantuvo su sonrisa c¨®mplice al abrigo de su permanente trenca.
El profesor Garc¨ªa Velasco era el ¨²nico catedr¨¢tico de Derecho Internacional Privado en Castilla y Le¨®n, una especialidad a la que lleg¨® desde las iniciales aportaciones docentes de un profesor de pensamiento conservador tan alejado de sus aspiraciones estudiantiles como fue el catedr¨¢tico Rodr¨ªguez de Arellano, que no obstante, alent¨® su proyecci¨®n, junto a otro estudiante y profesor radicalmente enfrentado tambi¨¦n al maestro en posiciones pol¨ªticas, Jes¨²s Chuchas Ruip¨¦rez, ambos miembros de la FUE local.
Al arrimo del seminario de la c¨¢tedra de Derecho Pol¨ªtico de Enrique Tierno Galv¨¢n y aleda?os surgi¨® un movimiento estudiantil en el que tambi¨¦n "conspiraron" el hoy psiquiatra Manuel Desviat, Guillermo Rendueles, el senador socialista Jos¨¦ Castro Rabad¨¢n, el entonces mu?idor Juan P¨¦rez Quijada, el escritor Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n, el abogado Miguel Cid Cebri¨¢n, junto a otros estudiantes que articularon su acci¨®n, en parte, con el potente y activo grupo cat¨®lico orientado por el profesor de la Universidad Pontificia Enrique Freijo, al amparo del obispo Mauro Rubio, y el emergente PCE que se comenzaba a hacer notar desde las actuaciones de los expedientados Manuel P¨¦rez Ledesma, ya profesor, y Manuel Santonja, entre otros estudiantes, y algunos obreros, que arriesgaron carrera, trabajo y recorrido futuro.
De Inocencio Garc¨ªa Velasco se puede se?alar que fue la imagen del aut¨¦ntico "luchador", del estudiante y luego profesor entregado a las tareas de oposici¨®n, sin buscar ning¨²n brillo, mientras corr¨ªa no escasos riesgos.
Mientras en la ¨²ltima etapa del franquismo el ya profesor Garc¨ªa Velasco mantuvo su compromiso firme con la lucha contra la dictadura desde su militancia comunista, plante¨® el desarrollo de su formaci¨®n jur¨ªdica en el ¨¢mbito europeo, con presencia frecuente en el Consejo de Europa y otros ¨®rganos de ¨¢mbito comunitario, donde adem¨¢s conect¨® con dirigentes de la oposici¨®n. As¨ª, fue uno de los promotores salmantinos de la Junta Democr¨¢tica, al igual que m¨¢s tarde particip¨® en la entrada en escena del Grupo Independiente de Garc¨ªa Trevijano. Junto con el catedr¨¢tico Jos¨¦ Luis Mart¨ªn y el abogado Jos¨¦ Castro particip¨® en el origen del que fue el aldabonazo de la conciencia regional, el Instituto Regional Castellano-Leon¨¦s.
Con la llegada de la democracia, Inocencio Garc¨ªa Velasco mantuvo su tono de trabajo, integrado en el "aparato", pero siempre al amparo de su capacidad cr¨ªtica, dentro del PCE, cuya organizaci¨®n propuso su nombre en segundo lugar (para dar paso a la dirigente impuesta por Madrid, Luc¨ªa Garc¨ªa) de la candidatura a las elecciones de 1977, al igual que luego particip¨® en otros compromisos del mismo partido.
Desde su implicaci¨®n en el Instituto Regional Castellano-Leon¨¦s y tras las crisis de la militancia comunista en el comienzo de los a?os ochenta, el profesor Garc¨ªa Velasco, al igual que otros dirigentes comunistas, desvi¨® su compromiso de luchador de la izquierda hacia el territorio socialista, aunque sin buscar prebenda.
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