El ahorcamiento de Sadam
Sadam Husein es, sin duda, responsable de la opresi¨®n, la miseria y la muerte de multitud de seres humanos. Y ello mediante acciones armadas para conseguir beneficios para s¨ª mismo, su familia y sus partidarios. Viejos, muy viejos, motivos. Y alcanz¨® su cima sanguinaria en los a?os en que las potencias de Occidente le armaban, le apoyaban o guardaban un silencio c¨®mplice en las masacres de kurdos, chi¨ªes o en la atroz guerra con Ir¨¢n.
Otros gobernantes mundiales, no encausados judicialmente y dif¨ªcilmente encausables hoy, son sin duda responsables de la opresi¨®n, la miseria y la muerte de multitud de seres humanos. Mediante acciones armadas para conseguir beneficios para s¨ª mismos, sus familias y sus partidarios. Los matices de su legitimidad democr¨¢tica, de su alineamiento con intereses econ¨®micos y de su m¨²sculo b¨¦lico ser¨ªan muy discutibles.
Pero la l¨ªnea de base para ajustar nuestras cuentas, las de los poderosos, las de los gobernantes y las de todos los habitantes del planeta, con los horrores que este siglo hereda del pasado debe trazarse con unos principios b¨¢sicos de humanidad y de decencia. La abolici¨®n universal de la pena de muerte es uno de los objetivos m¨¢s importantes. Tambi¨¦n las penas de muerte consentidas de esos 6.000 desgraciados en los mares de las islas Afortunadas... Y tantas otras muertes.
Si la vendetta particular de la familia Bush lleva al ahorcamiento de Sadam Husein, la humanidad entera habr¨¢ perdido un paso fundamental en su doloroso camino hacia la dignidad. Ojal¨¢ que este dictador no alcance el martirio en la lectura particular que muchos millones de personas har¨¢n de la historia de esta guerra, que ser¨ªa farsa si no fuera tal tragedia.
Adem¨¢s de la raz¨®n moral, tan necesaria para respirar, tan despreciada, ser¨ªa un tremendo error. Otro m¨¢s. De los que costar¨¢n m¨¢s vidas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.