Luc¨ªa Lacarra bailar¨¢ las piezas de ballet hechas para la televisi¨®n

El Ballet de la ?pera de Viena ha invitado por primera vez a una bailarina espa?ola para actuar en la versi¨®n televisada del Concierto de A?o Nuevo de la Filarm¨®nica de Viena. Luc¨ªa Lacarra, nacida en Zumaia (Guip¨²zcoa), premio Nacional de Danza 2005, ser¨¢ la prima ballerina, junto a Cyril Pierre, de dos coreograf¨ªas del austriaco Christian Tichy, entre ellas el Danubio azul. Las piezas bailadas en suntuosos escenarios como el palacio de Sch?nbrunn dan un atractivo adicional al concierto destinado a los telespectadores de m¨¢s de 50 pa¨ªses. Por el contrario, en la sala del Musikverein, el p¨²blico no presencia el ballet, aunque todo el que ocupa una de las butacas se considera un privilegiado.

"Los espa?oles y los italianos son los europeos que m¨¢s a?oran presenciar en vivo el Concierto de A?o Nuevo, pero mayor a¨²n es el inter¨¦s de japoneses y coreanos", observa el violoncelista filarm¨®nico Gerhard Kaufmann, responsable de la administraci¨®n de las entradas. Hay que tener suerte: las entradas se reparten por sorteo, a no ser que se consigan por otros canales privilegiados. "Si hici¨¦ramos caso a la demanda, tendr¨ªamos que tocar el concierto cada d¨ªa hasta mediados de febrero", indic¨® Clemens Hellsberg, primer violinista y presidente de la asociaci¨®n de los filarm¨®nicos vieneses.

Hasta hace dos a?os, ¨²nicamente concursaban las solicitudes de entradas llegadas por correo el d¨ªa 2 de enero, pero desde entonces el plazo se ha ampliado del 2 al 23 de enero y las peticiones deben hacerse por Internet. Suelen presentarse alrededor de 30.000 candidatos al sorteo. Cada ganador tiene derecho a comprar dos billetes. Los precios oscilan entre 680 y 20 euros. Con las entradas m¨¢s econ¨®micas hay que aguantar toda la funci¨®n de pie. La elegante sala Dorada, de calidad ac¨²stica fabulosa, dispone de 1.800 butacas y 200 lugares de a pie. De ¨¦stas, para el 1 de enero como m¨¢ximo entran en sorteo 500 plazas, dado que el resto se reparte a dos por cabeza entre los 150 m¨²sicos de la Filarm¨®nica y los 600 miembros del club de apoyo de la prestigiosa orquesta, quienes muchas veces las revenden o las regalan. Y luego hay que tener en cuenta la prioridad que se da a algunos japoneses. "En ning¨²n lugar en el mundo tenemos tantos admiradores como en Jap¨®n", admite Kaufmann, "all¨ª nos reciben como en su ¨¦poca a los Beatles". Esta adoraci¨®n tiene su recompensa: los miembros de la Asociaci¨®n Japonesa de Amigos de la Filarm¨®nica -su ¨²nico club de fans en el mundo- tambi¨¦n tienen el privilegio de acceder al concierto sin depender del azar.

"Hace 20 a?os que no me lo pierdo ni una vez. Me encant¨® cuando lo dirigi¨® Carlos Kleiber en 1989 y 1992", comenta Yoko Shibai, una jubilada japonesa, a la puerta de la taquilla. Lo que mucha gente no sabe es que, adem¨¢s de la m¨ªtica funci¨®n matinal del 1 de enero, que se retransmite en directo por televisi¨®n, hay otras dos funciones pr¨¢cticamente id¨¦nticas el 30 y el 31 de diciembre.