La matanza que llev¨® a Sadam al pat¨ªbulo
El asesinato de 148 chi¨ªes de la localidad de Dujail, tras un atentado fallido contra el dictador, fue el caso que provoc¨® su condena a muerte
Era el 8 de julio de 1982 y hac¨ªa un calor sofocante en Dujail, peque?a localidad de 10.000 habitantes, sun¨ªes y chi¨ªes, situada a unos 60 kil¨®metros al norte de Bagdad. Irak llevaba casi dos a?os en guerra contra Ir¨¢n y el presidente, Sadam Husein, decidi¨® visitar Dujail y pronunciar un discurso elogioso para los soldados iraqu¨ªes. Muchos de los hombres de Dujail estaban en el frente, participando en la primera guerra del Golfo.
La visita y su protocolo hab¨ªan sido bien preparados. Un camar¨®grafo oficial acompa?aba al jefe de Estado para grabar su encuentro con los aldeanos y agradecerles su esfuerzo en la contienda. Pero las cosas no ocurrieron como estaba previsto. Un atentado fallido contra el presidente y la posterior represi¨®n convirtieron el nombre de Dujail en un hito en la larga lista de los cr¨ªmenes del regimen baazista. Veinticuatro a?os despu¨¦s, la matanza de 148 civiles chi¨ªes en Dujail fue el caso judicial que llev¨® Sadam a la horca.
Unas 15 personas fueron ejecutadas inmediatamente. Pero la venganza dur¨® a?os
Cuando el convoy presidencial sal¨ªa de la ciudad, se encontr¨® con una emboscada. Un peque?o grupo de hombres armados surgi¨® de un bosque de palmeras donde se escond¨ªan y abrieron fuego contra la caravana. En la confusi¨®n, algunos de los acompa?antes creyeron que se trataba de una celebraci¨®n de alegr¨ªa en honor de Sadam. Otros gritaron: "?El presidente ha muerto!". Pero el dictador no hab¨ªa fallecido. Los insurgentes mataron a algunos guardias, pero Sadam se encontraba a salvo en su coche blindado.
El dictador reaccion¨® inmediatamente al atentado. En vez de seguir su camino hacia Bagdad, dio media vuelta y entr¨® en Dujail, donde pronunci¨® un nuevo discurso. Prometi¨® erradicar a "los pocos" traidores de la ciudad, que llam¨® "agentes del extranjero", refiri¨¦ndose a Ir¨¢n, y lleg¨® a interrogar personalmente a dos sospechosos. Pocas horas despu¨¦s, las fuerzas de seguridad iraqu¨ªes llegaron a Dujail. Entonces empezaron las represalias. Seg¨²n los testigos, una quincena de personas fueron ejecutadas inmediatamente. Pero la venganza dur¨® a?os. La supervis¨® Barzan al Tikriti, el medio hermano de Sadam y responsable de los servicios secretos. M¨¢s de mil personas fueron detenidas. Familias enteras fueron deportadas a Bagdad y a un campo de internamiento en el desierto.
Las v¨ªctimas que sobrevivieron y los familiares de los desaparecidos pudieron contar, casi 25 a?os despu¨¦s de la tragedia, el horror de la venganza del dictador ante el tribunal y frente al jefe de los verdugos. El primero en hacerlo fue Ahmed Hasan, que en 1982 fue transferido a la sede del partido Baaz en Bagdad, donde muchos de los detenidos fueron torturados y muchas mujeres violadas. El 5 de diciembre de 2005, dio su versi¨®n, escalofriante, de los hechos. "Andaba en una habitaci¨®n y vi un triturador con sangre que desbordaba. Hab¨ªa pelo humano debajo".
Los testigos de cargo, muchos de ellos an¨®nimos por temor a represalias, coincidieron en sus acusaciones: los agentes les golpearon, les aplicaron descargas el¨¦ctricas, les dispararon con armas de fuego, les infligieron vejaciones sexuales. El informe de la fiscal¨ªa, ratificado por los jueces, hace responsables al dictador, a su medio hermano Barzan al Tikriti y al entonces presidente del Tribunal Revolucionario, Awad al Bander, de la ejecuci¨®n de 148 personas (esos dos ¨²ltimos tambi¨¦n fueron condenados a muerte, aunque a¨²n no han sido ejecutados).
Sadam no neg¨® lo irrefutable: s¨ª firm¨® la orden de matar a los aldeanos, como acus¨® el fiscal presentando una copia del documento. Pero rechaz¨® que fuera una venganza, y pretendi¨® haber actuado dentro de la ley. "?D¨®nde est¨¢ el crimen?", se aventur¨® a preguntar. "Cr¨ªmenes contra la humanidad", zanj¨® el presidente del tribunal, Rauf Abdelrrahman, que el pasado 5 de noviembre mand¨® el dictador al pat¨ªbulo.
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