Guerra civil ¨¢rabe, menos EE UU y m¨¢s Europa, y lucha por la energ¨ªa
Previsiblemente, claro, pues los imprevistos siempre acaban dominando, junto con la agenda global, tres l¨ªneas de fuerza que se manifestaron en 2006 pueden marcar lo que ocurrir¨¢ en 2007: La guerra civil ¨¢rabe (y por extensi¨®n musulmana), el relativo repliegue de Estados Unidos y la consiguiente demanda de m¨¢s Europa, y la lucha y el uso como poder de la energ¨ªa. Todo ello en un buen clima econ¨®mico que podr¨ªa estropearse por Oriente Pr¨®ximo.
En 2006 en Am¨¦rica Latina votaron casi todos los pa¨ªses grandes (en general por la continuidad de uno u otro signo) aunque quedan en 2007 muchas elecciones, alguna tan importante como la argentina con la inc¨®gnita de si Kirchner se presentar¨¢ a la reelecci¨®n o no. Pero los ojos del mundo estar¨¢n puestos sobre una peque?a y bella isla donde no hay elecciones libres: Cuba. Muera o se recupere Castro, lo ¨²nico seguro es que con su enfermedad, algo ha cambiado y nada volver¨¢ a ser igual en la perla del Caribe.
Agenda global
El nuevo a?o empieza con un cambio importante: el de secretario general de la ONU. Tras Kofi Annan, llega el discreto pero eficaz surcoreano Ban Ki-moon, con tres tareas por delante: reformar internamente la ONU, atraer hacia su multilateralismo global a EE UU, y reforzar el r¨¦gimen para frenar la proliferaci¨®n de armas nucleares, con el inmediato desaf¨ªo de Corea del Norte y de Ir¨¢n. Pero la agenda global incluir¨¢ el calentamiento global y sus efectos, la hasta ahora fallida Ronda Doha para la liberalizaci¨®n del comercio mundial, sin visos de grandes resultados, y la continuaci¨®n de las grandes migraciones frente a las que los muros de la globalizaci¨®n que se van multiplicando en tierra o mar resultan poco ¨²tiles.
1. Guerra civil ¨¢rabe
Hay una creciente guerra civil en el mundo ¨¢rabe y en el musulm¨¢n. La fitna viene de lejos, y tiene mucho que ver con el reto de la modernizaci¨®n, que no occidentalizaci¨®n, de estas sociedades. Los atentados del 11-S, o los posteriores de Casablanca, Bali, Madrid y Londres son, en parte, el desbordamiento externo de este conflicto interno. El terrorismo islamista, lleve o no la marca de Al Qaeda, proseguir¨¢. O, al menos, lo intentar¨¢. A la vez, los movimientos islamistas avanzan desde Marruecos donde pueden ganar las elecciones de 2007, a Egipto y entre los palestinos con Ham¨¢s. M¨¢s all¨¢ del mundo ¨¢rabe, el regreso de los talibanes en Afganist¨¢n o la guerra abierta entre Etiop¨ªa y los islamistas de Somalia. Hay una deriva en curso: la de que la llamada "guerra contra el terrorismo" se va convirtiendo en guerra contra el islamismo.
La invasi¨®n de Irak destap¨® la caja de Pandora de esta guerra civil que no es s¨®lo entre islamistas y musulmanes moderados, sino entre sun¨ªes y chi¨ªes, u otras dimensiones (en el caso iraqu¨ª hay que a?adir la cuesti¨®n kurda). La Administraci¨®n de Bush cambiar¨¢ de estrategia en Irak pero no es seguro que funcione, pues hoy por hoy y de para 2007, Irak no tiene soluci¨®n.
El enfrentamiento interno ¨¢rabe se ha hecho notar en 2006 en L¨ªbano, y proseguir¨¢ en 2007, teledirigido desde una Siria cuyo r¨¦gimen tampoco se siente seguro (y cuya alternativa es islamista) y desde Teher¨¢n. Entre los palestinos, entre Ham¨¢s y Al Fatah la lucha seguir¨¢. No es algo que Israel (que tambi¨¦n tiene un liderazgo d¨¦bil) contemple con tranquilidad. La posible convocatoria de elecciones presidenciales y a la asamblea, puede forzar a los actores pol¨ªticos a ponerse de acuerdo para evitarlas, pues de celebrarse pueden agravar la situaci¨®n. En todo caso, este conflicto entre palestinos y con los israel¨ªes ser¨¢ objeto de iniciativas internacionales, previsiblemente centradas en el Cuarteto (ONU, EE UU, UE y Rusia).
El gozne de la gesti¨®n de esta convulsi¨®n es Ir¨¢n, que se sit¨²a como elemento central de la geopol¨ªtica para 2007. EE UU ha logrado del Consejo de Seguridad de la ONU unas sanciones m¨ªnimas contra Teher¨¢n para que interrumpa su proceso de enriquecimiento del uranio y su supuesto programa de desarrollo de la bomba at¨®mica. No es seguro que Washington logre mucho m¨¢s en 2007 de la ONU. Aunque EE UU necesita ahora a Ir¨¢n para casi todo, la duda sobre un ataque a Ir¨¢n persiste.
2. Menos EE UU, m¨¢s UE
El empantanamiento en la guerra de Irak y su impacto en las elecciones de noviembre pasado al Congreso llevar¨¢n previsiblemente a un relativo repliegue estrat¨¦gico y psicol¨®gico de EE UU. Pide paso un mayor sentido del realismo en la pol¨ªtica exterior, pero no cabe descartar que Bush apueste por una escalada militar en vez de retirarse de Irak. Aunque le quede mucho poder al presidente en sus dos a?os en la Casa Blanca, el dominio dem¨®crata del Congreso puede convertirle en un pato cojo antes de tiempo. El nuevo Congreso tender¨¢ no s¨®lo a sacar a la luz los desmanes de la Administraci¨®n de Bush, sino tambi¨¦n a proyectar una imagen de Estados Unidos m¨¢s replegado sobre s¨ª mismo, y m¨¢s proteccionista en t¨¦rminos comerciales, cuando este a?o va a ser el de la pre-campa?a para las elecciones presidenciales de noviembre de 2008.
Ante el relativo repliegue estrat¨¦gico de EE UU, la demanda de Europa, de presencia militar, pol¨ªtica y econ¨®mica europea, crezca. Claro que para poder cumplir el papel global que se le requiere, la UE debe poner su casa en orden. Ma?ana ingresan Bulgaria y Rumania en la Uni¨®n que pasa a tener 27 miembros sin las instituciones adecuadas para ello, y Eslovenia entra en el euro, una moneda que se refuerza no s¨®lo desde dentro de Europa, sino incluso desde fuera ante la ca¨ªda del d¨®lar que se puede acentuar a¨²n m¨¢s. Las elecciones francesas en la primavera van a resultar esenciales para desbloquear en los meses siguientes, el debate sobre qu¨¦ hacer con la Constituci¨®n Europea. En 2007, no se va a enterrar este texto, pero s¨ª se va a poner en marcha un proceso para un nuevo tratado que salve lo que pueda del constitucional, y resulte digerible para franceses, holandeses (los dos que han rechazado en sendos referendos el Tratado Constitucional) y para otros pa¨ªses que a¨²n no se han pronunciado, como el Reino Unido que ver¨¢ la salida de Blair y la llegada de Gordon Brown, una persona poco europe¨ªsta y poco interesada en Europa. Ese relevo puede producirse despu¨¦s de las elecciones escocesas de mayo, que por vez primera tiene posibilidades de ganar el independentista Partido Nacional Escoc¨¦s. ?Otro problema?
3. La energ¨ªa como poder
Respecto a la crisis de 1973, o incluso a la guerra del Golfo de 1991, hay otros actores en t¨¦rminos de gas y petr¨®leo, y otras econom¨ªas demandantes de estas fuentes de energ¨ªa, especialmente las emergentes de China e India (y ser¨¢ un signo positivo si de Asia, donde se est¨¢ produciendo la mayor transformaci¨®n del mundo, se habla poco). El petr¨®leo y el gas han vuelto a poner a ?frica en el mapa, si bien con tremendos problemas de desigualdad, como en Guinea Ecuatorial.
2006 empez¨® con Rusia usando imperialmente este nuevo poder al cortar los suministros de gas a Ucrania (y posteriormente a Georgia y otros pa¨ªses) lo que tuvo efectos negativos para el gas que llegaba a Europa occidental, donde la actitud del Kremlin provoc¨® un escalofr¨ªo. 2007 va a ser el a?o en que Putin ha de decidir si fuerza un cambio en la Constituci¨®n para volver a presentarse a la presidencia de Rusia en 2008, o cede la batuta a otro del sistema, pues lo que se est¨¢ instaurando es un sistema aut¨¢rquico de poder. Frente a Putin, Europa, dependiente en los suministros rusos, no sabe muy bien qu¨¦ hacer. Buscar¨¢ un acuerdo estrat¨¦gico, si Polonia lo permite.
En fin, un a?o en el que seguimos con la maldici¨®n china: nos ha tocado vivir tiempos interesantes.
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