Hasta aqu¨ª lleg¨® la Nueva Roma
Si usted era de los que quer¨ªa que el poder de Estados Unidos en el mundo disminuyera, ya ha visto cumplido su deseo.
Qu¨¦ r¨¢pido puede cambiar todo. Hace muy pocos a?os se hablaba del nuevo imperio estadounidense. Algunos calificaban a Estados Unidos de Nueva Roma: un pa¨ªs cuya influencia se extend¨ªa por todo el mundo, sin rivales a la vista. Aquellos a los que preocupaba la magnitud del poder¨ªo adquirido por Estados Unidos tras la Guerra Fr¨ªa intentaban imaginar como podr¨ªa crearse un mundo multipolar.
La idea de una Nueva Roma fue siempre una exageraci¨®n. Pero la influencia de Estados Unidos tambi¨¦n la han minado las pol¨ªticas de unos Gobiernos norteamericanos que pensaban que su pa¨ªs deb¨ªa y pod¨ªa defender sus intereses al margen del resto del mundo. Los acontecimientos de Irak y Afganist¨¢n han puesto de relieve los l¨ªmites del poder¨ªo militar estadounidense. Ahora sabemos que EE UU s¨®lo puede librar una guerra candente a la vez. Ah¨ª se qued¨® la Nueva Roma. Hasta el propio Imperio Romano pod¨ªa ir m¨¢s all¨¢.
Estados Unidos ha dilapidado gran parte de la influencia y del poder cultural de los que en su momento dispuso en casi todo el mundo. Seg¨²n encuestas de alcance mundial, su prestigio registra el punto m¨¢s bajo de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Antes era el actor principal en Oriente Pr¨®ximo, ahora el chiste que circula en Washington es: "La guerra de Irak ha terminado y la ha ganado Ir¨¢n". La retirada estadounidense de Irak, cuando llegue, ser¨¢ una derrota.
Mejores son las perspectivas de EE UU desde el punto de vista econ¨®mico. Su sociedad sigue siendo din¨¢mica y capaz de adaptarse al cambio. No obstante, podr¨ªa haber grandes problemas en el horizonte. Cuando Bill Clinton dej¨® la presidencia, Estados Unidos ten¨ªa equilibrio presupuestario. Ahora sufre una ingente deuda exterior. Las desigualdades han aumentado durante los a?os de Bush y la causa directa son las reducciones fiscales que ha concedido a los m¨¢s ricos, adem¨¢s del recorte de los programas sociales. Nadie sabe qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ la deslocalizaci¨®n de empresas, pero no hay duda de que el ascenso de China y de la India es muy preocupante para la seguridad laboral, tanto de los trabajadores manuales como de los m¨¢s cualificados.
?Qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ el debilitamiento de Estados Unidos para el resto del mundo? Loreconfortante es pensar que fortalecer¨¢ el derecho internacional y el multilateralismo. Estados Unidos se ver¨¢ obligado a contar m¨¢s con otras naciones y organismos internacionales, y si elige a un presidente dem¨®crata, retomar¨¢ sus tendencias de pol¨ªtica exterior anteriores a Bush.
Puede que esto ocurra parcialmente, pero tambi¨¦n hay una perspectiva m¨¢s inquietante. El orden internacional -hasta cierto punto a causa de las pol¨ªticas de Bush, pero sobre todo por la presencia de otras fuerzas en la sociedad mundial-, est¨¢ en crisis. Hac¨ªa muchos a?os que la autoridad de las Naciones Unidasno estaba tan mermada. Por ejemplo, nadie puede justificar la composici¨®n actual del Consejo de Seguridad de la ONU, que responde m¨¢s al mundo de 1945 que al actual. En cuanto al Banco Mundial y el FMI se est¨¢n convirtiendo en algo secundario, porque ahora es m¨¢s f¨¢cil acceder a otras fuentes de financiaci¨®n.
Lo m¨¢s preocupante es que, de los peligros a los que nos enfrentamos, dos de los m¨¢s amenazadores est¨¢n a punto de escapar a nuestro control: la proliferaci¨®n nuclear y el cambio clim¨¢tico. Corea del Norte dispone de una rudimentaria arma at¨®mica y est¨¢ probando sistemas de lanzamiento. En pocos a?os, Ir¨¢n podr¨¢ fabricar armas nucleares y no parece que la comunidad internacional pueda evitarlo.
Es probable que otros pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo sigan el ejemplo, entre ellos Egipto, Siria y Arabia Saud¨ª. En Asia hay tres grandes potencias nucleares, cuatro si incluimos a Rusia. Jap¨®n, en la pr¨¢ctica, podr¨ªa utilizar sus capacidades si as¨ª lo decidiera. Tengo la sensaci¨®n de que, si las cosas siguen el curso actual, s¨®lo es cuesti¨®n de tiempo.
Seg¨²n muchos expertos, s¨®lo disponemos de unos diez a?os antes de que la tendencia al calentamiento global sea irreversible a corto plazo. Tambi¨¦n es posible que una nueva Administraci¨®n estadounidense pudiera enmendar la actitud negativa mostrada por Bush al respecto. Sin embargo, ser¨¢ dif¨ªcil dar un vuelco a pautas profundamente arraigadas de la forma de vida norteamericana, que convierten a Estados Unidos en el pa¨ªs m¨¢s contaminante de la Tierra en relaci¨®n con su poblaci¨®n. Entretanto, ni China ni India est¨¢n siquiera dentro del Protocolo de Kioto. M¨¢s que limitarnos a esperar minimizar su avance, todos tendremos que prepararnos para las consecuencias del cambio clim¨¢tico.
No creo que el mundo vaya a ser seguro sin el liderazgo estadounidense. La Uni¨®n Europea no est¨¢ en absoluto dispuesta a sustituir a EE UU como polic¨ªa mundial. Entonces, ?c¨®mo nos las vamos a arreglar? Me parece que se avecina un periodo muy dif¨ªcil e inestable. Esperemos que el nuevo presidente estadounidense sea capaz de reparar los da?os causados por su antecesor. Pero ?c¨®mo vamos a conseguir una mayor cooperaci¨®n entre las grandes potencias, cuando ni siquiera se puede alcanzar un peque?o acuerdo econ¨®mico en la Organizaci¨®n Muncial de Comercio? No veo respuestas a la vista.
Anthony Giddens es soci¨®logo brit¨¢nico, autor de La tercera v¨ªa: la renovaci¨®n de la socialdemocracia. Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo.
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