Cosmopolita y real
La nueva izquierda europea est¨¢ sucediendo aqu¨ª y ahora, aunque algunos, por tales o cuales razones, se empe?en en no verlo. Cosmopolita, posible, ciudadana, muchos son los calificativos de una izquierda que es real y que gobierna. Una izquierda que ofrece a los ciudadanos hechos concretos -autonom¨ªa personal, igualdad, nuevos derechos civiles, empleo de calidad, tecnolog¨ªa e I+D+i, mejores instituciones, protecci¨®n medioambiental...-. Es decir, calidad de vida, seg¨²n pautas socialdem¨®cratas y bajo los principios de libertad e igualdad.
La izquierda que gobierna en Espa?a y la que podr¨ªa gobernar a partir del a?o pr¨®ximo en Francia es una izquierda con principios y valores progresistas y plenamente adaptada a la realidad sobre la que tiene que operar, la del siglo XXI. ?sta es la ¨²nica v¨ªa para ofrecer respuestas claras y efectivas a los problemas del mundo.
La nueva izquierda est¨¢ sucediendo aqu¨ª y ahora, aunque algunos se empe?en en no verlo
Como sostiene Ulrich Bech, la realidad se ha vuelto cosmopolita. ?se es, precisamente, el plano pol¨ªtico desde el que el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha impelido un importante giro a nuestra pol¨ªtica dom¨¦stica y exterior. Empleo y mercado de trabajo, bienestar y producci¨®n, libertad y seguridad, nada hay ya que no dependa, en mayor o menor grado, del exterior. De ah¨ª la apuesta por el multilateralismo efectivo y por las Naciones Unidas, de ah¨ª la participaci¨®n activa en la profundizaci¨®n en la construcci¨®n europea -de lo que sirve de ejemplo la aprobaci¨®n en refer¨¦ndum de la Constituci¨®n Europea-, de ah¨ª los compromisos en materia de cooperaci¨®n al desarrollo y de lucha contra la pobreza, de ah¨ª una pol¨ªtica de inmigraci¨®n que busca la sinton¨ªa con los pa¨ªses de origen de los flujos que llegan a nuestras fronteras.
Al mismo tiempo, las principales razones que estimulan el nacionalismo y la intolerancia en nuestra sociedad son de car¨¢cter global: la deslocalizaci¨®n, la guerra, el terrorismo, la llegada de refugiados huyendo de la pobreza, la competencia desleal entre Estados o el comportamiento irresponsable de empresas y otros actores econ¨®micos, junto a la destrucci¨®n del medio ambiente y el cambio clim¨¢tico y el agotamiento de las fuentes energ¨¦ticas no renovables. Hoy respondemos a estos retos promoviendo una mayor y mejor coordinaci¨®n internacional de las pol¨ªticas nacionales, una actuaci¨®n eficiente de unas instituciones multilaterales dotadas de mayores competencias y de m¨¢s legitimidad pol¨ªtica. S¨®lo defendiendo estas actuaciones los gobiernos nacionales pueden conseguir resultados, porque en solitario no es posible.
Desde el PSOE estamos liderando la configuraci¨®n de la izquierda europea del siglo XXI. Un camino abierto por los socialistas espa?oles de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero al que pronto se puede unir S¨¦gol¨¨ne Royal con sus propuestas de ampliaci¨®n de ciudadan¨ªa, de promoci¨®n de nuevos derechos civiles y de exploraci¨®n de nuevas v¨ªas de participaci¨®n democr¨¢tica.
Entretanto, en el Reino Unido, Anthony Giddens desde Policy Network, el think tank de la Tercera V¨ªa, est¨¢ explorando rutas para renovar la ya muy extenuada reacci¨®n anglosajona ante la vieja izquierda continental. La Tercera V¨ªa se impuso con ¨¦xito frente a las limitaciones de la izquierda del ¨²ltimo cuarto del siglo XX, una izquierda insegura y a la defensiva, incapaz de comprender lo que estaba sucediendo. La Tercera V¨ªa afront¨® el reto de la globalizaci¨®n formulando nuevas pol¨ªticas, pero lo hizo con poco margen de maniobra al limitarse a medidas de ¨¢mbito nacional, algo hoy insuficiente.
Mientras tanto, la derecha sigue perdida, atrapada entre la crisis de los neocons y su calamitosa influencia en la escena internacional, el avance de movimientos nacionalistas que predican una vuelta al Estado naci¨®n decimon¨®nico como ¨²nico due?o y se?or de sus fronteras y colectivos ultraconservadores en materia social y moral ajenos a la raz¨®n. Frente a los derechos universales, la democracia y la igualdad, asistimos a un preocupante desfile de argumentos basados en la religi¨®n, las identidades nacionales y la historia. El PP espa?ol ofrece una buena amalgama de esos tres ingredientes. Por el bien de todos, la derecha est¨¢ obligada a salir de ese preocupante laberinto. Su ¨²nico recurso, el de una minor¨ªa acorralada, consiste en proclamar su supuesta alma liberal de corte anglosaj¨®n. Hace tiempo que la derecha nos arrebat¨® el t¨¦rmino liberal, que no su esencia, y, como la izquierda estadounidense, lo debemos reconquistar. El liberalismo te¨®rico, predicado pero no practicado de la derecha tiene los pies de barro. Ahora algunos reivindican conceptos con los que dif¨ªcilmente no podr¨ªamos identificarnos, como "la felicidad" del l¨ªder tory David Cameron. Sin embargo, en el fondo se trata del viejo debate sobre libertad e igualdad de oportunidades. Y s¨®lo desde la socialdemocracia, desde la consolidaci¨®n de su base y acervo, se aseguran las condiciones que garantizan el ejercicio de la libertad en igualdad, o el camino de la felicidad si se empe?an.
El vac¨ªo conservador no nos debe impedir reforzar y articular nuestro proyecto con rigor intelectual. Una exigencia que no nos debe llevar a la trampa de la confrontaci¨®n abstracta de ideas te¨®ricas con la realidad, y m¨¢s a¨²n con la realidad heredada por ¨¦ste u otros Gobiernos. Ello es muy importante para seguir dando forma a la izquierda cosmopolita y real que tanto necesitamos. ?se es tambi¨¦n el esquema de David Held. No comparto, en asboluto, el pesimismo de los que creen que la izquierda ha perdido capacidad pol¨ªtica. Tampoco creo que la izquierda se sit¨²e en la irrealidad o la utop¨ªa, como sostiene Daniel Innerarity. Todo lo contrario: la realidad que la izquierda va moldeando desde el Gobierno -ahora mismo en Espa?a- resulta mejor que la heredada de la derecha.
Aunque el panorama que contemplamos no nos puede satisfacer. Dista mucho de lo ideal, eso es innegable, pero como apuntaba Jos¨¦ Andr¨¦s Torres Mora, gobernar siempre implica incertidumbre puesto que significa afrontar la realidad.
Aunque los cr¨ªticos al cambio pol¨ªtico que estamos protagonizando no sean feroces gigantes sino molinos de viento, necesitamos explicar mejor lo que est¨¢ pasando. As¨ª detendremos ese arrogante desprecio que viene de la derecha y tambi¨¦n de parte de una izquierda at¨®nita ante la rapidez de los cambios. En cualquier caso, ning¨²n tipo de boicot debe impedirnos seguir trabajando sobre la realidad con ideas, voluntad y optimismo.
Juan Moscoso del Prado es diputado socialista por Navarra.
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