Ya somos 27
Rumania y Bulgaria ingresaron ayer en la Uni¨®n Europea, con lo cual ¨¦sta pasa a ser una entidad de 27 Estados miembros y 493 millones de ciudadanos. Son los parientes m¨¢s pobres de la UE, bastante m¨¢s que los 10 que entraron en la ¨²ltima ampliaci¨®n en mayo de 2004: su renta per c¨¢pita apenas representa un tercio de la media comunitaria y aportan s¨®lo un punto al PIB europeo. Pero m¨¢s all¨¢ de las cifras, la llegada de estas dos naciones del otrora Este europeo, de 21,6 millones y 7,7 millones de habitantes, respectivamente, supondr¨¢ el cierre durante mucho tiempo a nuevos miembros si se except¨²a Croacia, cuyo ingreso no se producir¨¢ antes de 2010. La entrada de los pa¨ªses balc¨¢nicos se aventura problem¨¢tica y la de Turqu¨ªa, una compleja quimera.
Rumanos y b¨²lgaros llegan a Bruselas en uno de los momentos m¨¢s deprimentes de la Uni¨®n, tras el par¨®n al tratado constitucional que ha dejado a las instituciones de la UE incapacitadas no ya para acoger a dos nuevos miembros, sino para funcionar a 25. El ingreso de 10 nuevos socios hace dos a?os y medio se hizo de forma precipitada, motivado por la solidaridad pol¨ªtica hacia los pa¨ªses de la extinta ¨®rbita sovi¨¦tica. La Comisi¨®n de 25 comisarios, cada uno con una cartera a cada cual m¨¢s singular, es inmanejable. El comisario rumano se ocupar¨¢ de multiling¨¹ismo (23 lenguas oficiales) y el b¨²lgaro, de la defensa del consumidor. Si no se rectifica antes, la pr¨®xima comisi¨®n, por los tratados vigentes, deber¨¢ tener menos comisarios que Estados la Uni¨®n.
Es evidente que Rumania y Bulgaria entran sin que ni ellos ni la UE tengan buena parte de los deberes hechos. Tampoco los ten¨ªan varios de los pa¨ªses que entraron en 2004. Llegan con m¨¢s entusiasmo que ¨¦stos y con la esperanza, bastante fundada, de que su ingreso y la inyecci¨®n de fondos comunitarios dinamizar¨¢ su econom¨ªa. Sin embargo, ser¨¢ una adhesi¨®n vigilada hasta un grado sin precedentes y revisada peri¨®dicamente en vista de los graves problemas que a¨²n subsisten en estos dos pa¨ªses en materia de corrupci¨®n, seguridad alimentaria y administraci¨®n de la justicia. Adem¨¢s, se les han impuesto unas restricciones durante dos a?os prorrogables hasta siete a la libre circulaci¨®n de sus trabajadores, muchos de los cuales ya se hab¨ªan dado prisa para instalarse irregularmente en el resto de la Uni¨®n. Pero el problema de esta ampliaci¨®n no es el de la avalancha de emigrantes -si las econom¨ªas rumana y b¨²lgara crecen, no se producir¨¢-, sino la desconfianza hacia los nuevos miembros. Entran en libertad vigilada.
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