Te¨®logos e intelectuales europeos intentan frenar la canonizaci¨®n de Juan Pablo II

"Santo subito", clamaban los cat¨®licos llegados a Roma en abril de 2005 para asistir al entierro de Juan Pablo II, papa durante 26 a?os. Mes y medio despu¨¦s, su sucesor y amigo, Benedicto XVI, ley¨® en lat¨ªn una comunicaci¨®n disponiendo el inicio inmediato del proceso, sin esperar al periodo de cinco a?os posterior a la muerte que establecen las normas vaticanas. Desde entonces proliferan documentos a favor y en contra de la canonizaci¨®n del pont¨ªfice polaco.

El ¨²ltimo lo lanza ahora en Roma una veintena de te¨®logos e intelectuales, muchos de ellos espa?oles, para dar argumentos "a los cat¨®licos que se sienten part¨ªcipes de la vida de su Iglesia". El Vaticano ha abierto una oficina en su vicariato de Roma para recibir testimonios de fieles favorables o contrarios a la beatificaci¨®n de Karol Wojtyla, "siempre que se basen en datos objetivos".

"Nos parece oportuno proponer algunas orientaciones, sin ignorar naturalmente los aspectos positivos de su pontificado, como el compromiso por la paz o el intento de asumir las responsabilidades de la Iglesia en el pasado; sin negar sus virtudes y sin querer juzgar la conciencia ¨ªntima", dice el manifiesto, antes de invitar a los cat¨®licos comprometidos "a superar sus reservas y su timidez, y a expresar oficialmente, con libertad evang¨¦lica, hechos que, seg¨²n sus informaciones y sus convicciones, ser¨ªan obst¨¢culo para la beatificaci¨®n".

El manifiesto sostiene que el pontificado de Juan Pablo II debe valorarse cr¨ªticamente por los siguientes puntos, entre otros:

- Inquisici¨®n. "Represi¨®n y marginaci¨®n ejercida sobre te¨®logos y te¨®logas a trav¨¦s de intervenciones autoritarias de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe".

- ?tica sexual. "Tenaz negativa a reconsiderar, a la luz del Evangelio, de la ciencia y de la historia, normas de ¨¦tica sexual que han revelado todas sus contradicciones y limitaciones".

- Celibato. "La r¨ªgida reconfirmaci¨®n de la disciplina del celibato obligatorio en la Iglesia latina, ignorando la frecuencia del concubinato entre el clero de muchas regiones y encubriendo, hasta que no estalla p¨²blicamente, la plaga del abuso de eclesi¨¢sticos a menores".

- Mujer. "La persistente negativa a abrir un debate sobre la condici¨®n de la mujer en la Iglesia cat¨®lica romana".

- Finanzas. "La falta de control sobre las turbias maniobras financieras de las instituciones de la Santa Sede, y los obst¨¢culos para que las autoridades italianas pudiesen hacer luz sobre implicaciones personales del Vaticano en la quiebra del Banco Ambrosiano".

- Colegialidad. "El aplazamiento de la aplicaci¨®n de los principios de la colegialidad en el gobierno de la Iglesia, expuestos solemnemente por el Vaticano II".

- Dictadores. "El aislamiento al que la diplomacia pontificia y la Santa Sede sometieron a monse?or Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, y la pol¨ªtica de condescendencia ante gobiernos que han perseguido, marginado y dejado morir a laicos, religiosas y sacerdotes y obispos que denunciaron las estructuras de pecado de los reg¨ªmenes pol¨ªticos dominantes y de los poderes econ¨®micos aliados con ellos".

Entre los firmantes de la declaraci¨®n figuran los italianos Giovanni Franzoni, Giulio Girardi y Filippo Gentiloni, la te¨®loga austriaca Martha Heizer y los espa?oles Jos¨¦ Mar¨ªa Castillo, Juan Jos¨¦ Tamayo, Jaume Botey y Casimir Mart¨ª.