La condici¨®n de un compromiso
En esta ocasi¨®n, aceptando la invitaci¨®n del Grameen Bank a la Fundaci¨®n por la Justicia de Valencia, hicimos caso al consejo, visitamos Bangladesh y nos descubrimos a nosotros mismos, (Visit Bangladesh, discover a new you). La visita tuvo lugar d¨ªas antes de que a Muhammad Yunus y a su organizaci¨®n, el Grameen Bank para la concesi¨®n de microcr¨¦ditos, les fuera entregado el Nobel de la Paz, el d¨ªa 10 de diciembre, conmemorativo de la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos. Bangladesh estaba en nuestra memoria de juventud. La finalizaci¨®n del r¨¦gimen colonial ingl¨¦s con la constituci¨®n de India y Pakist¨¢n, Oriental y Occidental, en 1947; la guerra con Pakist¨¢n para la independencia de la parte oriental -actual Bangladesh- en 1971; la gran hambruna de los a?os 1973 y 1974, y el festival ben¨¦fico para la obtenci¨®n de fondos, Concert for Bangladesh, donde el m¨²sico bengal¨ª Ravi Shankar, y sus amigos Harrison, Dylan, Clapton, entre otros, movilizaron a millones de j¨®venes, para auxiliar a un pa¨ªs que, reci¨¦n nacido, arrastraba la suma de un mill¨®n de muertos.
All¨ª, en el golfo de Bengala, donde al igual que Muhammad Yunus vieron las primeras luces el Nobel de literatura Tagore y el de Econom¨ªa Amartya Sen, se encuentra este pa¨ªs, de 140 millones de habitantes y 140.000 kil¨®metros, con una de las densidades m¨¢s altas del mundo -1.000 habitantes por kil¨®metro- y gran pobreza. Un pa¨ªs cuya bandera, c¨ªrculo rojo sobre fondo verde, evoca tanto su reciente nacimiento como su adscripci¨®n al Islam.
Yunus fund¨® su banco para los pobres, su banco rural (grameen) en 1983. La pobreza en Bangladesh es de tal dimensi¨®n que s¨®lo vi¨¦ndola la puedes describir. Pues de otra forma, ?c¨®mo puedes imaginar que una familia de cuatro personas pueda convivir en un espacio de 10 metros cuadrados con todas sus escasas pertenencias? ?C¨®mo m¨¢s de 50 personas pueden impedir las enfermedades con s¨®lo una min¨²scula letrina para defecar? ?C¨®mo estas infames condiciones de vida a¨²n pueden empeorar cuando, con los monzones, las lluvias convierten todo el pa¨ªs en una inmensa laguna?
Ante su impotencia, Muhammad Yunus, quiso hacer frente a la resignaci¨®n. Nadie nace para ser pobre. Por el contrario, nada iguala la belleza de los agricultores cosechando su arroz -dice Yunus- y en Bangladesh, casi todo es arroz y la gran mayor¨ªa de sus pobladores son agricultores. Y pobres. Muy pobres. Vergonzosamente pobres, para quienes vivimos una vida confortable alejada de las miserias de la mayor parte de la poblaci¨®n mundial.
As¨ª Yunus, estudiante privilegiado dentro de la situaci¨®n de su propio pa¨ªs, no quiso sustraerse de la responsabilidad colectiva que le correspond¨ªa y puso todo su esfuerzo personal y capacidad intelectual a mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas primero y de otros pa¨ªses pobres despu¨¦s. Fund¨® el Grameen Bank, animando a las prestatarias, mujeres a las que iba dirigido el banco, a acumular ahorros, de la misma manera que el ama de casa reserva peque?as cantidades de arroz (mushti chal) para ir acumulando paulatinamente una provisi¨®n sustancial. Hoy el Grameen Bank, presenta una cifra de dep¨®sitos superior a la de los pr¨¦stamos concedidos a m¨¢s de sus seis millones de miembros.
Y Yunus se dirigi¨® en primer lugar a las mujeres porque ¨¦ste era el colectivo principalmente oprimido por la pobreza, cultura y religi¨®n, y a su vez donde su acci¨®n ser¨ªa la m¨¢s revolucionaria para la sociedad. Pues Yunus, para erradicar la pobreza, entendi¨® que hab¨ªa que cambiar a la sociedad. Para ello se aprobaron una serie de decisiones que deb¨ªan de ser respetadas escrupulosamente por todos los miembros de la organizaci¨®n. Entre otras, el cumplimiento de los principios de disciplina, unidad, valor y trabajo; el cuidado de las familias y hogares; de siembras y cosechas; de la higiene y el medio ambiente; de la justicia y la solidaridad.
La concesi¨®n del premio Nobel a Yunus -quien recibi¨® con anterioridad el Premio de la Fundaci¨®n para la Justicia de Valencia y el doctorado Honoris Causa de las Universidades de Alicante, Castell¨®n y Valencia- y a Grameen Bank supone un nuevo reto para acortar los plazos, a los que ¨¦l mismo hace referencia, para acabar con la pobreza mundial. Ni en Bangladesh, ni en ning¨²n otro lugar del mundo, existe motivo alguno para que haya personas que deban continuar siendo pobres. Si como dice Kundera, el presente no permite alcanzar a comprender la dimensi¨®n de lo vivido, la visita a la pobreza absoluta en Bangladesh, alcanza, cuanto menos, la condici¨®n de un compromiso.
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