Sexo en lugar de juguetes
Wah, de 15 a?os, practica felaciones en los hoteles de lujo de Phnom Penh... Es tiempo de Navidad y, adem¨¢s de las celebraciones familiares y la fiesta religiosa para algunos, estos d¨ªas aumentan las ofertas de viajes a para¨ªsos lejanos. Entre los nuevos turistas navide?os, muchos ir¨¢n buscando relaciones sexuales con menores.
Seg¨²n Unicef, alrededor de dos millones de menores son explotados anualmente por la floreciente industria del sexo, que mueve m¨¢s de 10.000 millones de euros. La tercera parte de las personas prostituidas en Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos y China tiene entre 12 y 17 a?os. M¨¢s de 100.000 ni?as ejercen la prostituci¨®n en Filipinas, donde la edad de consentimiento para mantener relaciones sexuales es de 12 a?os. S¨®lo en el sureste asi¨¢tico, 225.000 personas son trasladadas cada a?o desde las zonas m¨¢s empobrecidas hacia los n¨²cleos tur¨ªsticos preferidos por los occidentales.
La pobreza y la falta de expectativas, la brecha cada vez m¨¢s profunda entre las sociedades dependientes y el mundo desarrollado, la facilidad de las comunicaciones y, sobre todo, la creciente demanda de sexo con menores por parte de los clientes occidentales est¨¢ disparando el fen¨®meno del turismo que explota sexualmente a los ni?os.
La infancia v¨ªctima de esta s¨®rdida actividad ha sido generalmente objeto del tr¨¢fico de seres humanos -seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), por cada menor obligado a prostituirse, el tratante puede obtener beneficios de 13.000 d¨®lares mensuales-. Trasladados a pa¨ªses de los que desconocen la lengua, la cultura y las leyes, estos ni?os y ni?as no tienen ninguna posibilidad de escapar de sus guardianes y proxenetas. As¨ª se convierten en "oferta sexual" para los clientes que, en muchos casos, adquieren el paquete tur¨ªstico completo: avi¨®n, hotel con desayuno y prostituci¨®n infantil.
Si hasta hace poco el principal burdel de menores se encontraba en el entorno asi¨¢tico, lo cierto es que el tr¨¢fico de ni?os est¨¢ aumentando tambi¨¦n en Latinoam¨¦rica. Seg¨²n la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud, tras el tsunami de 2005 la oferta de turismo sexual infantil se desplaz¨® en gran medida a M¨¦xico -250.000 menores atrapados en el comercio sexual-, Brasil -m¨¢s de 500.000 ni?as prostituidas- o Rep¨²blica Dominicana -250.000-.
La Organizaci¨®n Mundial de Turismo asegura que 700 millones de personas al a?o, generalmente de pa¨ªses desarrollados, realizan viajes internacionales. De ellas, un 20% lo hace con fines sexuales, y un 3% -aproximadamente 4,2 millones de viajeros- reconoce tener inclinaciones ped¨®filas.
En los pa¨ªses receptores de turistas del sexo infantil, los mecanismos de respuesta de los gobiernos son ineficaces cuando no inexistentes. Sin embargo, hay que aplaudir las iniciativas que est¨¢ liderando el propio sector tur¨ªstico para contribuir a la erradicaci¨®n de estos abusos, como el C¨®digo de Conducta para la protecci¨®n de los ni?os contra la explotaci¨®n sexual en el turismo y la industria de viajes, publicado en 2004 por la organizaci¨®n ECPAT (siglas en ingl¨¦s de Fin de la Prostituci¨®n Infantil, la Pornograf¨ªa Infantil y el Tr¨¢fico de Ni?os con Fines Sexuales) y grupos del sector privado de la industria de turismo.
Otros organismos privados como Air France muestran en sus vuelos de larga distancia un v¨ªdeo descriptivo sobre la prostituci¨®n infantil; y regiones como Canc¨²n y Acapulco, para desalentar a los ped¨®filos, han distribuido tarjetas postales con el lema: "M¨¦xico tiene grandes atractivos tur¨ªsticos, pero nuestros ni?os no forman parte de ellos".
Pero entre las medidas m¨¢s eficaces se encuentra la persecuci¨®n del delito cuando es perpetrado en terceros pa¨ªses. Un total de 32 Estados han adoptado legislaci¨®n extraterritorial, 16 de ellos miembros de la Uni¨®n Europea, incluida Espa?a. Por su parte, el Parlamento Europeo tambi¨¦n ha impulsado iniciativas para combatir el turismo pederasta, dentro y fuera de sus fronteras, insistiendo en la necesidad de que los hoteles rompan toda conexi¨®n con la prostituci¨®n de menores.
La Uni¨®n Europea, que en el a?o 2000 aprob¨® la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o y las recomendaciones del Comit¨¦ del Derecho del Ni?o, est¨¢ viendo c¨®mo crece el n¨²mero de v¨ªctimas traficadas en su territorio, en particular mujeres menores, en su mayor¨ªa procedentes de Albania, Moldavia, Ucrania, Bulgaria, Rumania, Rusia y pa¨ªses b¨¢lticos.
Europa es el continente que exporta al mundo el mayor n¨²mero de pederastas. Despu¨¦s de Francia, Italia, Alemania y B¨¦lgica, Espa?a ocupa el quinto lugar entre los pa¨ªses europeos que m¨¢s practican el turismo sexual infantil. Mientras los franceses eligen ?frica y el sureste asi¨¢tico y los brit¨¢nicos prefieren la India, Nepal y Sri Lanka, m¨¢s de 35.000 espa?oles viajan anualmente a Latinoam¨¦rica para disfrutar del sexo con ni?as y ni?os.
Los traficantes, las autoridades corruptas y algunos operadores tur¨ªsticos se aprovechan de la pobreza y la dependencia de millones de seres humanos, convirti¨¦ndolas en oferta de ocio para el elemento m¨¢s infame de la cadena: el turista ped¨®filo. En su inmensa mayor¨ªa, ¨¦stos son varones occidentales que, amparados en la impunidad de la distancia y el anonimato, alejados de las normas y las leyes a las que est¨¢n habitualmente sujetos, se sienten totalmente a salvo para "aprovechar la ocasi¨®n". La consigna con la que se mueven es la de "fuera de casa, no se aplica la misma moral" o bien se apoyan en el falso paternalismo que justifica su repulsivo consumo a trav¨¦s del supuesto bienestar que ofrecer¨¢n a ese ni?o cuando cobre por "el servicio". Y, sin embargo, nadie puede pretender ignorar las consecuencias fatales del sufrimiento infantil. La mayor parte de ellos no escapar¨¢ ya nunca de este c¨ªrculo de violencia, prostituci¨®n, enfermedad y muerte.
Algunos, tras haber comprado los regalos a los suyos saldr¨¢n de viaje y, en alg¨²n supuesto para¨ªso de palmeras y arena, o en un oscuro barrio chino, comprar¨¢n un rato de sexo infantil.
Elena Valenciano es portavoz socialista en la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento Europeo y presidenta de la Fundaci¨®n Mujeres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.