La violencia se mantiene en Gaza a pesar de la reuni¨®n entre Abbas y Haniya
EE UU planea financiar con 66 millones a las fuerzas de seguridad del presidente palestino
Mientras sus milicianos siguen mat¨¢ndose en Gaza haciendo caso omiso de la tregua y del llamamiento realizado por sus l¨ªderes tras su primera reuni¨®n en dos meses, Ham¨¢s y Al Fatah polemizaban ayer sobre los 66 millones de euros que EE UU otorgar¨¢ a las fuerzas de seguridad del presidente palestino, Mahmud Abbas. Los l¨ªderes integristas, que forman el Gobierno palestino, han condenado la ayuda a Al Fatah. "Son d¨®lares que s¨®lo sirven para provocar m¨¢s enfrentamientos entre los palestinos", opin¨® el diputado islamista Mushir al Masri.
"Pedimos al rais Abbas que rechace este dinero", ha exigido Masri, que acus¨® a Washington de organizar un golpe de Estado contra Ham¨¢s. La Administraci¨®n de Bush asegura que la asistencia econ¨®mica tiene como objetivo "ayudar al presidente palestino a cumplir sus obligaciones, establecidas en la Hoja de Ruta, de desmantelar la infraestructura terrorista y garantizar el orden y la ley en Cisjordania y Gaza". Esta aportaci¨®n econ¨®mica no ser¨¢ efectiva antes de la aprobaci¨®n del Congreso en Washington.
Tras la sangrienta jornada del jueves en la franja de Gaza y los llamamientos a la calma de Abbas y del primer ministro palestino, Ismail Haniya, se esperaba que ayer, d¨ªa del descanso musulm¨¢n, fuera una jornada menos violenta. En especial, a ra¨ªz de la reuni¨®n de los dos mandatarios -la primera en dos meses- de la que sali¨® la orden de retirar las milicias de Gaza. "Hemos coincidido en expresar la tristeza por estos enfrentamientos que no se corresponden con nuestra lucha", dec¨ªa Haniya.
Pero en el seno de Al Fatah, ayer s¨®lo se escuchaban voces de venganza tras el asesinato de Mohamed Gayeb, coronel de la Seguridad Preventiva, fiel al presidente. ?ste ha instado a sus hombres "a mantener la cordura", pero los milicianos vinculados a su movimiento no est¨¢n por la labor e incendiaron varias oficinas de Ham¨¢s en Ramala (Cisjordania) y atacaron las casas de varios dirigentes islamistas en el centro de Gaza.
Mucha tensi¨®n se vivi¨® tambi¨¦n en el funeral de los siete palestinos que murieron en Gaza. Bajo una copiosa lluvia, centenares de enmascarados de Al Fatah disparaban al aire pidiendo a Abbas que destituyera al Gobierno de Ham¨¢s. "Si t¨² no lo haces, nosotros nos ocuparemos de acabar con ellos", se amenazaba en la procesi¨®n. Cuando la comitiva f¨²nebre pas¨® frente a la residencia del coronel muerto, un miembro del brazo armado de Al Fatah se dirigi¨® a las c¨¢maras de televisi¨®n para avisar: "La mano que le dispar¨® a ¨¦l y a sus camaradas ser¨¢ cortada".
Sus gritos de ira iban dirigidos contra los 3.000 miembros de la fuerza especial de Ham¨¢s que act¨²a bajo el paraguas del Ministerio del Interior, en manos del islamista Said Siam. Seg¨²n un comunicado de Al Fatah, ¨¦l es el responsable del ataque contra el coronel Gayeb. "No habr¨¢ ning¨²n di¨¢logo en la sombra del asesinato y el terrorismo practicados por Ham¨¢s", dec¨ªa el texto difundido en Gaza.
Adel Nasser, un l¨ªder religioso conocido por sus cr¨ªticas a la pol¨ªtica gubernamental, fue abatido ayer cuando sal¨ªa de una mezquita en Gaza. El movimiento Yihad Isl¨¢mica, que ejerce de mediador entre Ham¨¢s y Al Fatah para que respeten la tregua, reivindic¨® el lanzamiento de tres cohetes Kassam contra Israel.
Por otro lado, la mayor¨ªa de ministros del Gobierno israel¨ª critic¨® ayer a los mandos militares que aprobaron la operaci¨®n, a la luz del d¨ªa, en el centro urbano de Ramala, que acab¨® en un fiasco (no detuvieron al miliciano que persegu¨ªan) y con la muerte de cuatro palestinos. Unos resultados que boicotearon la reuni¨®n del presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert. Seg¨²n fuentes allegadas a ¨¦ste, "fue la peor reuni¨®n que ha tenido desde que es primer ministro. Fue un encuentro tenso y lleno de reproches debido al fracaso de la inoportuna operaci¨®n en Ramala".
En el viaje de regreso de Sharm el Sheij, donde tuvo lugar la cumbre, un contrariado Olmert desminti¨® que vaya a cumplir uno de sus sue?os: destituir al ministro de Defensa y l¨ªder laborista Amir Peretz. Desacreditados por la opini¨®n p¨²blica, Olmert y Peretz saben que su alianza tiene una fecha de caducidad muy pr¨®xima. La pregunta es qui¨¦n dar¨¢ el primer paso.
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