Mart¨ª Dom¨ªnguez obtiene el Pla con las dudas de Voltaire

Las dudas morales y religiosas que asaltan a un Voltaire, representante de la Ilustraci¨®n por antonomasia, que se sabe moribundo, es el sugerente sustrato de la novela El retorn de Voltaire, con la que el escritor, bi¨®logo y periodista valenciano Mart¨ª Dom¨ªnguez -¨¦l mismo una especie de ilustrado moderno- obtuvo ayer el 39? Premio Josep Pla de prosa en catal¨¢n y los 6.000 euros de dotaci¨®n.

El ideal de la Ilustraci¨®n francesa es un tema recurrente tanto en la vida como en la obra de Dom¨ªnguez (Madrid, 1966), m¨¢s interesado en analizar y recuperar la alquimia de aquel humanismo multidisciplinar que en construir novelas hist¨®ricas. ?sta vuelve a ser su intenci¨®n en la obra ganadora, donde aprovecha el hecho real del regreso de Voltaire a Par¨ªs en 1778 tras 20 a?os de exilio para asistir al estreno de su tragedia Irene para meter al pol¨ªtico y pensador en un brete moral. Sabedor de que vive sus ¨²ltimos d¨ªas, Voltaire se debate entre volver a lo religioso, confesarse y reposar en tierra santa, o comportarse hasta el final como el patriarca filos¨®fico y de regusto agn¨®stico que es.

Amor a la Ilustraci¨®n

Los nombres y la gente de la Ilustraci¨®n francesa ya han reportado a Dom¨ªnguez m¨¢s de un premio. En realidad, han marcado su vida. Nacido en Madrid pero afincado desde peque?o en Valencia, Dom¨ªnguez estudi¨® en el Colegio Franc¨¦s, donde inici¨® una francofilia que se acentu¨® cuando remat¨® sus estudios de Biolog¨ªa en Par¨ªs. Ah¨ª frecuent¨® el Museo Nacional de Historia Natural de la calle Buffon, otro enciclopedista que le inspir¨® Les confid¨¨ncies del comte de Buffon (1997, en Tres i Quatre; Pen¨ªnsula, 1999). La novela, que le permiti¨® explicar los ideales de la Ilustraci¨®n, le dio tres premios: el Andr¨°mina, el Crexells y el de la Cr¨ªtica de la Universitat de Valencia (1998), donde imparte periodismo y dirige la revista cient¨ªfica M¨¨tode. En 1999 obtendr¨ªa el Prudenci Bertrana por El secret de Goethe (Edicions 62), donde le retrataba como artista total.

Con ese ideal ha querido Dom¨ªnguez vivir su trayectoria, en la que ha unido, como buen humanista, conocimientos cient¨ªficos y culturales. Ello, visible en su obra literaria, tambi¨¦n se ha traducido en la ensay¨ªstica, de corte period¨ªstico, que ha reunido en sus libros Peiximinuti (1993) y Bestiari (2003).