?frica cada vez m¨¢s cerca
El autor alerta del peligro del cambio clim¨¢tico y esgrime que el coste econ¨®mico de restaurar lo destruido por las cat¨¢strofes supera en mucho al de prevenir el da?o
En estos d¨ªas, las Naciones Unidas celebran en Nairobi su XXII Conferencia sobre Cambio Clim¨¢tico, un fen¨®meno calificado por los expertos como la m¨¢s grave amenaza con que se ha enfrentado jam¨¢s la humanidad, debido a que est¨¢ alterando significativamente las condiciones del planeta para seguir albergando la vida tal como la conocemos. Hasta los m¨¢s incr¨¦dulos e interesados han cedido ya a la evidencia de que la temperatura del planeta est¨¢ ascendiendo de forma progresiva y que este calentamiento global es la causa de la frecuencia con que se producen fen¨®menos clim¨¢ticos extremos de intensidad nunca antes conocida y de efectos catastr¨®ficos. Tampoco existen dudas acerca de que es el hombre el principal responsable de este peligroso cambio del clima, sobretodo por los miles de toneladas de gases de efecto invernadero que hemos estado emitiendo a la atm¨®sfera durante d¨¦cadas, as¨ª como por las deforestaciones masivas y por la ocupaci¨®n del suelo con usos poco respetuosos con el medio ambiente, a menudo relacionados con un excesivo desarrollo urban¨ªstico.
El escaso inter¨¦s de los pa¨ªses desarrollados por frenar un fen¨®meno tan letal, a pesar de ser sus principales causantes, se debe a que sus efectos (huracanes, inundaciones, desertificaci¨®n) se han sufrido hasta ahora sobre todo en el llamado tercer mundo, por lo que las medidas a adoptar se entend¨ªan como un ejercicio de solidaridad, para la que, como es sabido, nunca existe demasiada predisposici¨®n. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, las cat¨¢strofes han comenzado a afectar al primer mundo (el hurac¨¢n Katrina en EE UU, las inundaciones del centro de Europa) y lo que antes era una cuesti¨®n solidaria, ahora lo es de supervivencia.
Por otra parte, el coste econ¨®mico de restaurar lo destruido ha superado en mucho al de prevenir el da?o, por lo que respetar a la naturaleza se ha convertido tambi¨¦n en una cuesti¨®n de rentabilidad. De ah¨ª las recientes declaraciones de Tony Blair, llamando a la lucha contra el cambio clim¨¢tico para evitar una regresi¨®n de la econom¨ªa mundial, cifrada por su experto asesor econ¨®mico y ex economista del Banco Mundial, Nicolas Stern, en la p¨¦rdida de un 20% del Producto Interior Bruto global si se sigue ignorando este fen¨®meno.
Parece, pues, que el bolsillo ha comenzado a despertar la conciencia medioambiental de los pa¨ªses ricos, confirmando el acierto de las medidas adoptadas por Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero para asegurar un desarrollo m¨¢s sostenible de nuestro pa¨ªs, insistiendo, por ejemplo, en una gesti¨®n m¨¢s racional del agua o en la protecci¨®n del litoral frente a la saturaci¨®n urban¨ªstica.
El Gobierno de Espa?a se est¨¢ tomando en serio esta amenaza clim¨¢tica porque los modelos de circulaci¨®n atmosf¨¦rica general indican que, en la franja del planeta situada entre los 30 y los 40 grados de latitud norte y sur (todas las regiones mediterr¨¢neas, incluida Espa?a), durante las pr¨®ximas d¨¦cadas el clima pasar¨¢ de templado a t¨®rrido, produciendo una disminuci¨®n sensible de las precipitaciones y desencadenando tormentas cada vez m¨¢s localizadas y violentas. A lo que hay que a?adir los efectos que sobre el litoral tendr¨¢ el previsible aumento del nivel del mar, en 10 cent¨ªmetros durante este siglo.
No obstante, hay quienes, como Camps, prefieren ignorar la realidad y atacar al mensajero, calificando de insulto al pueblo valenciano cualquier recomendaci¨®n o llamamiento del gobierno de la naci¨®n a que la Generalitat Valenciana se implique m¨¢s en la lucha contra la degradaci¨®n de nuestro medio ambiente y, en consecuencia, de nuestro modo de vida. Sin embargo, Camps deber¨ªa ser el primer interesado en hacerlo, ya que nuestra Comunidad, por su car¨¢cter litoral y mediterr¨¢neo, est¨¢ m¨¢s expuesta que la mayor¨ªa de la pen¨ªnsula a sufrir los efectos del cambio clim¨¢tico. Y es indiscutible que la subida del nivel del mar afectar¨¢ negativamente a nuestros 518 kil¨®metros de costa y, de paso, a la industria tur¨ªstica valenciana, basada fundamentalmente en el atractivo de nuestras playas.
Seguir ignorando esta amenaza o pretender continuar con una pol¨ªtica medioambiental de pandereta, con mucho ruido pero poca efectividad, es una alegr¨ªa que ya no nos podemos permitir. Por eso, resulta indignante que los presupuestos de la Generalitat para 2007 no destinen ni un euro a prevenir las causas del Cambio Clim¨¢tico en nuestra Comunidad, ni a paliar sus efectos o promover una adaptaci¨®n no traum¨¢tica a los mismos.
Gonz¨¢lez Pons se ha especializado en maniobras evasivas, en maquillar los problemas en lugar de solucionarlos. Y eso es m¨¢s nocivo que negar su existencia. Su ¨²ltima ocurrencia, repartir los beneficios de los pelotazos urban¨ªsticos entre los hist¨®ricos propietarios de un suelo, es buena prueba de ello. Porque el problema no es solamente el enriquecimiento m¨¢s o menos il¨ªcito que generan las recalificaciones de suelo, sino el hecho de que esas recalificaciones sean masivas y est¨¦n originando una degradaci¨®n generalizada de nuestro territorio y de nuestro clima, como ha puesto de manifiesto el Centro de Estudios Ambientales del Mediterr¨¢neo, demostrando que la saturaci¨®n urban¨ªstica del litoral est¨¢ provocando una disminuci¨®n de las lluvias en las comarcas del interior y fomentando la desertificaci¨®n del suelo, que ya afecta al 70% de nuestro territorio. La soluci¨®n, por tanto, consiste en que Gonz¨¢lez Pons, que es quien autoriza en ¨²ltima instancia los pelotazos, deje de hacerlo. Con ello, contribuir¨ªa a restaurar el prestigio del urbanismo valenciano.
Sin embargo, no hay que esperar semejante cambio de actitud, porque el Gobierno Valenciano, y sobretodo el Presidente Camps, se mantiene alineado con las pol¨ªticas medioambientales m¨¢s retr¨®gradas, representadas por Bush y su hermano, el Gobernador de Florida al que Camps gusta de visitar asiduamente. Ser¨¢ necesario que el triunfo dem¨®crata en las recientes elecciones estadounidenses, recibido como una buena noticia para el clima en la Conferencia sobre Cambio Clim¨¢tico, sea seguido por un cambio progresista en la Generalitat Valenciana. De lo contrario, ?frica estar¨¢ cada vez m¨¢s cerca
Francesc Signes es secretario de Medio Ambiente, Agua y Agricultura del PSPV.
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