64 a?os de pena por la muerte de Jenny Lara y dos de sus hijos

La Audiencia de Valencia ha aceptado el relato de los hechos que present¨® la fiscal en el juicio y ha condenado a Ismael Pablo Rodr¨ªguez a 64 a?os de prisi¨®n por la muerte de su ex pareja, Jenny Lara, y dos de los hijos que tuvieron en com¨²n, Keit, de siete a?os, y Carmen, de cinco a?os el 30 de abril de 2003. Los tres murieron abrasados en el incendio que se registr¨® en su vivienda despu¨¦s de que alguien, para el tribunal Ismael Pablo, arrojara gasolina por debajo de la puerta y prendiera fuego.

No hay testigos de los hechos. Nadie vio a Ismael Pablo Rodr¨ªguez, de 51 a?os, comprar la gasolina o transportarla de la que ten¨ªa en su casa para las motocicletas. Nadie le vio entrar de madrugada en la finca de la calle de Juan XXIII de Alzira en el que viv¨ªan Jenny Lara y sus dos hijos peque?os. El mayor, de 12 a?os cuando ocurrieron los hechos, viv¨ªa con el procesado. Nadie le vio tirar la gasolina ni prender fuego. Y solo dos personas, con testimonios dispares, dijeron haberle visto a una hora cercana al suceso cerca de la vivienda. Pero para el tribunal, presidido por Pedro Castellano, al igual que para la fiscal, Socorro Zaragoz¨¢, fue ¨¦l.

Por ello, la Audiencia de Valencia le ha condenado a 64 a?os de prisi¨®n: tres delitos de asesinato, uno de asesinato en grado de tentativa (la noche de los hechos un amigo de Jenny Lara dorm¨ªa en la casa y sobrevivi¨® pr¨¢cticamente sin heridas al incendio) y uno de quebrantamiento de medida de alejamiento (dictada contra ¨¦l meses antes).

El tribunal considera que el acusado esper¨® a que las v¨ªctimas estuvieran durmiendo para verter gasolina por debajo de la puerta de entrada y prenderle fuego, consciente de que con ello "bloqueaba la ¨²nica v¨ªa de escape". El tribunal admite que no hay testigos directos pero s¨ª que existen numerosas pruebas "indiciarias" para condenar. Sobre las 22.00 del 29 de abril de 2004, el procesado acompa?¨® al hijo mayor de ambos, que se encontraba bajo su custodia, a visitar a su madre, quien resid¨ªa en la calle Juan XXIII de la citada poblaci¨®n, relata el fallo. Al concluir la visita, el menor coment¨® a su padre que hab¨ªa "una persona que no conoc¨ªa" en la casa -un amigo de Jenny-, y entonces ¨¦ste llam¨® al telefonillo y comenz¨® a increparla. La mujer llam¨® a emergencias y la polic¨ªa estuvo all¨ª. A las 4.00 del d¨ªa siguiente, Ismael Pablo regres¨® al domicilio con "una bolsa de gasolina" y accedi¨® al edificio con las llaves que ten¨ªa su hijo. Una vez dentro, se situ¨® en la puerta de entrada a la vivienda, arroj¨® la gasolina por debajo y prendi¨® fuego. Se produjo un r¨¢pido incendio que afect¨® primero a habitaci¨®n donde dorm¨ªan Jenny y sus dos hijos. El amigo de la mujer, que dorm¨ªa en la sala de estar intent¨® socorrerles tratando de desplazar "un gran sill¨®n que se encontraba en la puerta de la habitaci¨®n", pero finalmente los tres fallecieron calcinados. Una hora m¨¢s tarde, la polic¨ªa detuvo en su casa a Ismael Pablo, que ya ten¨ªa la maleta hecha y dijo que "sab¨ªa que se iba a Picassent". Seg¨²n el tribunal, Ismael Pablo "es la ¨²nica persona a la que se le ha probado la existencia de un m¨®vil o causa reactiva inmediatamente anterior al suceso". La sentencia indica que las numerosas desavenencias entre la pareja, el "enorme enfado del acusado al saber que Jenny estaba con un amigo, y en definitiva la pura l¨®gica del sentimiento humano primitivo, llevan a la conclusi¨®n de que sufri¨® una profunda irritaci¨®n que focaliz¨® contra la mujer".