La investigaci¨®n 'crowdsourcing' reabre el debate de la explotaci¨®n laboral
Grandes corporaciones, peque?as empresas e incluso prestigiosas instituciones utilizan la red para exponer p¨²blicamente sus l¨ªneas de investigaci¨®n y ofrecer recompensas a quienes encuentren sus soluciones
Si usted ya se hab¨ªa aprendido lo que era un e-mail y un podcast; la diferencia entre un spammer y un blogger; o entre un copyright y un copyleft, la palabra para 2007 es crowdsourcing.
El crowdsourcing es una pr¨¢ctica m¨¢s de la Web 2.0, es decir, la web social, basada en la inteligencia colectiva y en el protagonismo del p¨²blico, que ya no s¨®lo mira, sino que pone los contenidos. Ejemplos ya cl¨¢sicos son la enciclopedia Wikipedia o el sitio de v¨ªdeos YouTube.
Si crowdsourcing indica participaci¨®n, tambi¨¦n muestra un parentesco con otra palabra ya familiar (aunque cost¨®), outsourcing, encargo de trabajo de una empresa pero fuera de ella, buscando un menor coste.
El crowdsourcing -t¨¦rmino acu?ado por el escritor Jeff Howe y el editor de la revista Wired, Mark Robinson- consiste en externalizar el trabajo, sobre todo intelectual, a trav¨¦s de Internet, es decir, utilizar el potencial de los millones de cerebros que est¨¢n conectados a la Red.
Bajo el lema compartir, difundir y participar, el crowdsourcing hace posibles proyectos como la enciclopedia libre Wikipedia y genera una nueva forma de relaci¨®n laboral y de pol¨¦mica.
Tanto grandes corporaciones como peque?as empresas e incluso prestigiosas instituciones como el MIT (Massachussets Institute of Technology), recurren cada vez con mayor frecuencia a esta pr¨¢ctica, para abaratar los costes de sus departamentos de investigaci¨®n y desarrollo, apoy¨¢ndose en una red de an¨®nimos solucionadores de problemas, que se articula a trav¨¦s de concurridas p¨¢ginas web.
La m¨¢s famosa en el ¨¢mbito cient¨ªfico es InnoCentive, fundada por la farmac¨¦utica Lilly. En esa p¨¢gina se exponen p¨²blicamente los problemas en busca de soluci¨®n, o las l¨ªneas de investigaci¨®n de multinacionales como Procter & Gamble, Ciba, Boeing y Nestl¨¦ Purina. De esta forma se intenta captar el inter¨¦s de cerebros perdidos o aburridos que circulan por Internet.
Los desaf¨ªos, as¨ª los denominan, se dividen en dos categor¨ªas (qu¨ªmica y biolog¨ªa). La remuneraci¨®n oscila entre los 15.000 y los 60.000 d¨®lares, aunque hay ofertas excepcionales, como la de un mill¨®n por crear un marcador biol¨®gico para medir la progresi¨®n de la enfermedad en la esclerosis lateral amiotr¨®fica.
Empresas de otros ¨¢mbitos han utilizado el crowdsourcing para sustituir las propuestas de personal especializado con las de sus propios usuarios. Es el caso de la juguetera Lego, que ha lanzado una convocatoria para crear su pr¨®xima generaci¨®n de productos rob¨®ticos, y de marcas como Sony, MasterCard, Converse y Chevrolet que han basado sus campa?as publicitarias en anuncios concebidos por el p¨²blico que visita sus p¨¢ginas en Internet.
Para seguir el desarrollo de este fen¨®meno y analizar sus implicaciones econ¨®micas y sociales, el escritor Jeff Howe, padre del t¨¦rmino, ha abierto Crowdsourcing, traking the raise of the amateur, una especie de observatorio en forma de blog que aglutina los proyectos m¨¢s diversos basados en esta pr¨¢ctica.
"Es el negocio redondo. Para las empresas no podr¨ªa haber menos riesgos y m¨¢s rentabilidad", explica Francisco Parra Ruiz, un qu¨ªmico almeriense afincado en Madrid que ya ha ganado dos desaf¨ªos de InnoCentive.
"En la mayor¨ªa de los casos", explica Parra Ruiz, "responden a la convocatoria universitarios e investigadores en paro, que se apuntan a cualquiera de las dos modalidades: concebir una idea o desarrollarla, la primera es la m¨¢s concurrida porque un desarrollo puede durar meses y requiere muchos medios econ¨®micos y tecnol¨®gicos".
Parra, de 38 a?os de edad, gan¨® su primer desaf¨ªo en el a?o 2003 con una idea muy espec¨ªfica para la transformaci¨®n de parafina. La idea le aport¨® 2.000 d¨®lares. Su segundo premio Innocentive fue en julio de 2006, gracias a un pl¨¢stico resistente a altas temperaturas para la industria aeroespacial. En esta ocasi¨®n la ganancia fue de 15.000 d¨®lares.
"En el primer desaf¨ªo participaban 80.000 personas", recuerda Parra, quien tambi¨¦n fue finalista en 2004 con un pl¨¢stico biodegradable. En ese caso el concurso se declar¨® desierto, porque ninguno de los proyectos cumpl¨ªa las expectativas.
"En mi caso, al principio particip¨¦ para hacer curr¨ªculo, pero luego se convirti¨® en un reto personal. La recompensa no es alta en relaci¨®n al trabajo y menos en relaci¨®n al ahorro y la ganancia que, para la empresa, supone este sistema", advierte Parra.
NineSigma, YourEncore y Yet2 son otras de las p¨¢ginas que articulan redes de solucionadores de problemas altamente cualificados.
Premiado y despedido
Lo del curr¨ªculo tampoco le aport¨® a Parra Ruiz lo que pensaba. "No vale para nada, y tampoco favorece la introducci¨®n en el ¨¢mbito laboral, de hecho a m¨ª me despidieron", explica este almeriense que trabajaba como qu¨ªmico en una empresa de Madrid cuando gan¨® el concurso.
"Todo el trabajo se desarrolla a trav¨¦s de e-mails y videoconferencias. No sabes para qu¨¦ empresa trabajas, ni en qu¨¦ proyecto se enmarca la soluci¨®n que propones, tienes que firmar un contrato de confidencialidad y s¨®lo tratas con los intermediarios de InnoCentive. Tal y como lo tienen montado s¨®lo les reporta publicidad a ellos", a?ade Parra, quien piensa dejar la investigaci¨®n para dedicarse a la propiedad industrial como t¨¦cnico de patentes.
CROWDSOURCING: www.crowdsourcing.com
INNOCENTIVE: www.innocentive.com
NINESIGMA: www.ninesigma.net/
YOUR ENCORE: www.yourencore.com
YET2: www.yet2.com
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