Otro Madrid tan plano como el anterior

Una vez atizada la hoguera en contra de la plantilla, Fabio Capello ha decidido adelantar el futuro del Madrid y, de paso, intentar garantizarse el suyo. En el ecuador de la temporada, desde la c¨²pula de la instituci¨®n se ha desatado una catarsis -intencionadamente publicitada- en la que el vestuario ha servido como coartada ante los fracasos deportivos. Los mismos dirigentes y ejecutivos que enhebraron el proyecto el pasado mes de julio han puesto ahora en la diana a los jugadores que ellos mismos avalaron y cortejaron. Lo que evidencia un err¨¢tico verano en los despachos, desde donde se contrat¨® a un entrenador con m¨¢ximos galones, a un t¨¦cnico que debe buena parte de su costos¨ªsima reputaci¨®n a sus supuestas dotes de mando. Un general, se dec¨ªa, que asegura resultados y disciplina. Justo, se sosten¨ªa, la receta necesaria para militarizar una caseta displicente y caprichosa, exageradamente mimada desde la presidencia anterior. Seis meses despu¨¦s de la llegada de Capello, tanto el italiano como sus cori¨¢ceos lamentan la falta de compromiso de los futbolistas. Lo que revela que a Capello le han fallado sus presuntas dotes cuartelarias. Una vez que algunos de los principales causantes de los mismos han detectados los problemas, el club se ha propuesto cuajar un nuevo proyecto a cinco meses del final de curso. Un envite valiente, sin duda, que despeg¨® ayer en Sevilla, donde Capello expuso a un equipo m¨¢s juvenil. El resultado: otro Madrid plano en medio de un partido espantoso que al Betis poco le importaba.

Con Gago, el Madrid parece haber encontrado un faro, alguien que d¨¦ sentido al juego

Despejado Beckham, con Ronaldo en la sala de embarque y Ra¨²l en el banquillo, frente al Betis el t¨¦cnico italiano ech¨® un vistazo al horizonte. Por mucho que fuera la Copa, un torneo que la mayor¨ªa de los equipos se toman a chirigota hasta la final, la alineaci¨®n de Capello fue un gui?o al presente inmediato del club: Gago, Higua¨ªn, Robinho, Reyes, Diarra... Tan s¨®lo tres jugadores de ayer: Van Nistelrooy -el ¨²nico nueve de la plantilla al margen de Ronaldo-, Helguera -tan resucitado que est¨¢ varios pelda?os por encima del oscarizado Cannavaro- y Roberto Carlos -obligado por la lesi¨®n de Marcelo, su sucesor inmediato-. Enfrente, el Betis, enredado en la Liga, s¨ª que exhibi¨® a un pelot¨®n de teloneros. Suficiente para gobernar, sobre todo en el primer tiempo, a este Madrid que Capello y sus mentores quieren acunar por la v¨ªa r¨¢pida.

En Sevilla, el Madrid no corrigi¨® un mil¨ªmetro su decepcionante apuesta de los ¨²ltimos tiempos. El equipo no tiene un gui¨®n, juega mal. Vacila en defensa, no tiene imaginaci¨®n y no remata. M¨¢s all¨¢ de las cuestionadas verbenas del vestuario, el Madrid tiene un problema futbol¨ªstico. Y algunos casos son graves: pese a su plenitud f¨ªsica, Diarra, tan confuso ¨¦l con y sin la pelota, no mejora en nada al decadente Emerson; de Reyes no hay noticias desde que su morri?a le devolvi¨® a Espa?a; Van Nistelrooy, m¨¢s estilizado que Ronaldo, recorre tantos metros como el brasile?o, pero asusta mucho menos; y Robinho ni se encuentra ni le encuentran. Todos ellos, con Reyes al frente, fracasaron ante el Betis B, al que la adrenalina que destila Luis Fern¨¢ndez y la sabidur¨ªa de Rivera en el eje le bastaron para apurar al Madrid. Y si no empin¨® la eliminatoria, pese a tener las mejores ocasiones, es porque los recursos de este Betis son tan limitados que su nuevo t¨¦cnico ha achicado el campo un metro por cada lado. Los pocos que tiene debe empe?arlos en la Liga, donde se ha metido en el agujero desde el inicio.

Del giro capelliano, Gago fue lo mejor. El Madrid por fin parece haber encontrado un faro, alguien que d¨¦ sentido al juego. Y ¨¦se es Gago, al que le falta ajustar el punto de mira, pero que apunta una cualidad esencial: tiene una jerarqu¨ªa impropia para un parvulario reci¨¦n llegado. Gago es de esos jugadores que se sienten capaces de domar los partidos, por ello reclama la pelota a quien sea, sin importarle la her¨¢ldica. Sabe jugar en corto y en largo, y tiene la pierna fuerte, como demostr¨® en varias broncas con los b¨¦ticos. M¨¢s fr¨ªo y estilista, Higua¨ªn apenas dej¨® rastro. Aunque su punto de partida deb¨ªa ser la media punta, el ex de River se acomod¨® siempre que pudo cerca de Van Nistelrooy, como si se sintiera m¨¢s protegido en las cercan¨ªas del ¨¢rea. A Higua¨ªn tampoco le ayud¨® mucho la dimisi¨®n de Robinho, y mucho menos la desastrosa actuaci¨®n de Reyes, un sevillista ir¨®nicamente aliado con el Betis, al que regal¨® la pelota una y otra vez. Reyes lleva camino de convertirse en otro problem¨®n para Capello. Para suerte del italiano, en Torres, su lateral derecho ayer, s¨ª parece tener un recambio para Salgado, otro de los desterrados. Pero a la espera de que d¨¦ con la tecla en este cambio de tuerca que le ha ordenado la entidad, lo cierto es que el Madrid lleva tres partidos seguidos sin marcar. Y en el Madrid el futuro es ma?ana.