El recuerdo del 'quinquenio gris' moviliza a los intelectuales cubanos
La aparici¨®n en televisi¨®n de los represores Quesada y Pav¨®n Tamayo revive aquella oscura etapa
El mundo intelectual cubano ha vivido con estupor e indignaci¨®n la inesperada rehabilitaci¨®n p¨²blica en televisi¨®n de varios ex funcionarios vinculados a la etapa m¨¢s negra y estalinista de la cultura cubana. Un nutrido grupo de creadores, encabezados por algunos de los escritores represaliados hace tres d¨¦cadas -hoy reconocidos y multipremiados-, se han movilizado ante lo que consideran una "preocupante se?al" y un "intento de revivir" una "¨¦poca nefasta", el llamado quinquenio gris, en los a?os setenta, cuando cientos de narradores, dramaturgos y artistas fueron perseguidos y expulsados de sus trabajos por ser homosexuales o no cumplir con los "par¨¢metros" revolucionarios. Los intelectuales han pedido formalmente a las m¨¢ximas autoridades culturales una "disculpa p¨²blica".
Entre los textos hay espeluznantes denuncias de creadores que hab¨ªan callado
Una veintena de intelectuales han expresado a Abel Prieto su malestar
Todo comenz¨® la noche de Reyes, el 5 de enero, cuando en un horario principal el canal Cubavisi¨®n present¨® en el programa Impronta, dedicado a quienes han dejado una huella en la cultura cubana, a Luis Pav¨®n Tamayo. Pav¨®n, quien presidi¨® el temido Consejo Nacional de Cultura (CNC) entre 1971 y 1976, es considerado el principal ejecutor de la pol¨ªtica que censur¨® y margin¨® en esos a?os a cientos de intelectuales y artistas cubanos, incluidas glorias como Jos¨¦ Lezama Lima y Virgilio Pi?era -que murieron sin ser reivindicados en 1976 y 1979, respectivamente, y empujaron al exilio a otros muchos-.
Semanas antes, el Instituto Cubano de Radio y Televisi¨®n (ICRT), que dirige el teniente coronel Ernesto L¨®pez, ex director de los estudios f¨ªlmicos del Ministerio de las Fuerzas Armadas, hab¨ªa rescatado del olvido y entrevistado en sendos programas a Jorge Serguera, ex director de la televisi¨®n cubana en aquellos a?os grises, y a Armando Quesada, m¨¢s conocido como Torquesada entre los dramaturgos, por ser el hombre que purg¨® el movimiento teatral cubano y cerr¨® el Teatro Gui?ol, mandando a quemar incluso mu?ecos y marionetas.
Fue, sin embargo, la reaparici¨®n televisiva del ex comisario pol¨ªtico Pav¨®n, omitiendo su condici¨®n de m¨¢ximo responsable del CNC y su participaci¨®n en las purgas, y mostrando fotos junto a Fidel y Ra¨²l Castro, lo que provoc¨® el esc¨¢ndalo. Primero fueron unos pocos amigos, que esa misma noche comenzaron a llamarse por tel¨¦fono y cruzarse mensajes por correo electr¨®nico comentando lo sucedido; en los d¨ªas siguientes, decenas de intelectulaes y creadores, muchos de ellos v¨ªctimas del pavonato, siguieron escribi¨¦ndose...
Poco a poco fue tomando cuerpo una protesta que creci¨® como una bola de nieve en Internet y que, al decir de uno de sus protagonistas, "se ha convertido ya en una denuncia desgarrada de una etapa dur¨ªsima de la cultura cubana -durante a?os silenciada por v¨ªctimas y victimarios, pero no olvidada ni digerida-, a la vez que en una alerta sobre el intento de algunos por resucitar un pasado tenebroso".
Entre las primeras cartas intercambiadas, estuvieron las de los escritores Jorge ?ngel P¨¦rez, Desiderio Navarro, Arturo Arango, Reynaldo Gonz¨¢lez y Ant¨®n Arrufat, los dos ¨²ltimos parametrados y marginados en aquella ¨¦poca por su homosexualidad, entre otras "debilidades ideol¨®gicas".
"All¨ª estaba, vestido de blanco, el gran parametrador de importantes artistas (...) el que los persigui¨® y expuls¨® de sus trabajos, el que los llev¨® ante los tribunales laborales, los despoj¨® de sus salarios y de sus puestos, quien los condeno al ostracismo y al vilipendio social", escribi¨® Arrufat, al igual que Gonz¨¢lez, rehabilitados en los a?os noventa y distinguidos con el Premio Nacional de Literatura.
"Quienes orquestaron esto quiz¨¢s pasan por alto los sufrimientos, las desapariciones, el horror de un periodo cruel, ensa?ado, que no se ha ventilado en su virulencia y en sus consecuencias ulteriores", plante¨® Reynaldo Gonz¨¢lez, poniendo el acento sobre un aspecto que muchos de los que participan en la pol¨¦mica han se?alado: la necesidad de abrir un debate sincero sobre aquella etapa de estalinismo cultural, para que no vuelva a repetirse.
En menos de tres d¨ªas, cerca de 40 intelectuales cubanos enviaron mensajes de respaldo o testimonios que avivaron y enriquecieron la pol¨¦mica, incluidos los escritores C¨¦sar L¨®pez, Sigfredo Ariel, Ena Luc¨ªa Portela, Ambrosio Fornet, Waldo Leyva, Jaime Sarusky y Miguel Barnet; dramaturgos y actores como Abelardo Estorino, Pancho Garc¨ªa o Carlos Celdr¨¢n; los cineastas Enrique Pineda Barnet, Senel Paz y Juan Carlos Tab¨ªo; el core¨®grafo Ramiro Guerra; as¨ª como Eliseo Alberto, Amir Valle y Abilio Est¨¦vez, adem¨¢s de otros intelectuales del exilio.
Algunos de los textos son denuncias espeluznantes de creadores que han callado mucho tiempo. "Yo ten¨ªa 23 a?os. Y estuve 12 parametrada, congelada. Me quitaron mi carn¨¦ de la Uni¨®n Nacional de Escritores y Artistas de Cuba y de la Uni¨®n de Periodistas de Cuba. Trabaj¨¦ cuatro a?os como asistente en el c¨ªrculo infantil K¨¢sper y ocho a?os en la construcci¨®n. (...) Nunca pens¨¦ que podr¨ªa publicar nada m¨¢s, pero me inquietaba la idea. No entend¨ªa bien qu¨¦ me hab¨ªa pasado ni qu¨¦ pasaba en el Gobierno de mi pa¨ªs", escribe la narradora Ivette Vian.
Otros, como Desiderio Navarro, van a la ra¨ªz de problemas capitales que desde los a?os setenta penden sobre la cultura y los intelectuales en Cuba. Asegura Navarro que tan importante como "la responsabilidad de los pol¨ªticos en las limitaciones del papel cr¨ªtico del intelectual" es "la responsabilidad de los intelectuales: sin el silencio y la pasividad de la casi totalidad de ellos (por no mencionar la complicidad y el oportunismo de no pocos) el quinquenio gris o el pavonato, como ya entonces lo llamaron muchos, no hubiera sido posible, o, en todo caso, no hubiera sido posible con toda la destructividad que tuvo".
Arango, como la mayor¨ªa, no cree que haya casualidad alguna en las reapariciones de los ex funcionarios, y por ello pide actuar. "Aunque sea obra de un aparente azar, la presencia en la televisi¨®n cubana, a pocos d¨ªas de diferencia, de Jorge Serguera y Luis Pav¨®n Tamayo debe ser interpretada como un s¨ªntoma, y cometer¨ªamos el grav¨ªsimo error del silencio si no realizamos, de inmediato y por cualquier v¨ªa, la labor simult¨¢nea de denuncia y an¨¢lisis".
Todos sin excepci¨®n coinciden en que de quinquenio gris, nada. "Un decenio, y largo, y muy negro", asegura el poeta C¨¦sar L¨®pez, hoy premio Nacional de Literatura, que estuvo "sin publicar desde 1968 a 1982, y sin viajar al extranjero hasta 1985". Seg¨²n L¨®pez, la protesta unitaria de los intelectuales s¨®lo tiene un precedente, cuando en los a?os sesenta los escritores y artistas exigieron -y consiguieron- el cierre de los campos de trabajo de la UMAP, donde se internaba a los homosexuales y otros "inadaptados".
El escritor Gerardo Fullera Le¨®n alude al pacto t¨¢cito de silencio que represores y represaliados han guardado durante tres d¨¦cadas sobre aquella oscura etapa. "No es hora de temor, o de silencio, sino de unidad para evitar cualquier intento de retrotraer los tiempos y que la historia intente repetirse. La caja de Pandora la abrieron ellos y son quienes deben temer a nuestro dolor, excusarse ante nuestras cicatrices y callar".
El pasado martes, una veintena de intelectuales, en representaci¨®n de los ofendidos, expuso al ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto, su malestar por lo sucedido y su petici¨®n de que el ICRT se disculpe p¨²blicamente. No hacerlo, aseguran los demandantes, ser¨ªa asumir ese pasado, con todo lo que ello representa o pudiera representar. "Vivimos un momento tan dif¨ªcil como intenso, y estoy convencido de que el rumbo que el pa¨ªs tome en un futuro m¨¢s o menos inmediato es responsabilidad de todos", dice Arango en su carta, una de las que forman parte del dossier entregado al ministro. El desagravio podr¨ªa llegar muy pronto o nunca, dicen los protagonistas.
"El coro de los dignos"
Algunos escritores cubanos en el exilio tambi¨¦n han querido aportar su voz y su testimonio en el affaire Pav¨®n.
"Hasta mi azotea en Ciudad M¨¦xico, llegan desde La Habana las palomas mensajeras con los informes, o partes, de la c¨®lera que ha desatado en la isla la resurrecci¨®n televisiva de Pav¨®n. Oigo, emocionado, el coro de los dignos. Cuenta con mi voz, mis cicatrices y mi palabra: suma mi ira al coraje de los amigos", le comenta a Reynaldo Gonz¨¢lez el hijo del poeta Eliseo Diego y autor de Informe contra m¨ª mismo, Eliseo Alberto.
Desde Espa?a, Abilio Estevez escribe: "El hecho de que viva en Barcelona no me salva. Recuerden que lo viv¨ª de primera mano, porque acompa?¨¦ a Virgilio Pi?era en el peor periodo de su vida. Y su muerte no fue una muerte cualquiera, sino un lento asesinato".
Y Estevez a?ade: "As¨ª que s¨¦ lo que fue el pavonato, y m¨¢s de una vez he dicho que eso de quinquenio gris es, como bien dice Desiderio, un eufemismo (o una burla). Ni quinquenio ni gris. Una d¨¦cada de horror".
Otros, como Amir Valle, piden que se abra un debate real y en ¨¦ste se llegue a las ¨²ltimas consecuencias. "C¨®mo espero que llegue el momento de que no se intente librar de culpa a quien haya sido culpable de aquellos desastres y de muchos que se han cometido (y a¨²n se cometen), y esa culpa, lo dejo bien claro, empieza en Fidel y llega hasta esos muchos Pavones que hoy conocemos. Eso, entre otras muchas razones que deben dilucidarse, hablando claro y sin medias tintas".
Por supuesto, los m¨¢s extremistas fuera de Cuba ven en esta pol¨¦mica la oreja peluda de la propaganda oficial y dicen que los intelectuales cubanos s¨®lo est¨¢n echando tinta de calamar. Desde Cuba, Cesar L¨®pez responde: "No van a conseguir que me vaya de mi pa¨ªs ni los fundamentalistas de aqu¨ª ni de all¨¢".
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