Tregua en las calles
La primera noche de aplicaci¨®n de la ley 'antibotell¨®n' en C¨¢diz y Ja¨¦n se salda sin multas
Los Ayuntamientos de C¨¢diz y Ja¨¦n comenzaron la noche del viernes al s¨¢bado a aplicar la ley antibotell¨®n, que prev¨¦ sanciones de hasta 300 euros por concentarse para consumir bebidas en las calles. El fr¨ªo, la cercan¨ªa de las ¨²ltimas fiestas y la ¨¦poca de ex¨¢menes facilitaron la labor a los agentes municipales. No hubo mucha movida.
"?Ten¨¦is vasos de pl¨¢stico?". En la pizzer¨ªa Andr¨¦s se tendr¨¢n que acostumbrar a preguntas como ¨¦sta cada fin de semana. La aplicaci¨®n de la ley antibotell¨®n desde la noche del s¨¢bado en C¨¢diz obligaba a los j¨®venes a abandonar las calles del centro y a trasladarse al ¨²nico lugar donde el Ayuntamiento permite concentrarse para beber alcohol: la Punta de San Felipe, una zona ganada al mar en terreno portuario, lejos de las casas, llena de pubs y discotecas, y donde Andr¨¦s sirve desde hace tiempo pizzas y hamburguesas para alimentar las noches de movida. Ahora ofrece tambi¨¦n vasos de pl¨¢stico.
C¨¢diz ha tardado varias semanas en hacer respetar la ley andaluza que proh¨ªbe desde diciembre las concentraciones en torno al alcohol. El Ayuntamiento, del PP, ha justificado este retraso en que primero hab¨ªa que informar a los j¨®venes. Ayer se anunciaban las primeras sanciones para los que no cumplieran con las indicaciones de una veintena de polic¨ªas locales y nacionales que vigilaron los que, hasta el viernes, hab¨ªan sido lugares habituales para el botell¨®n en C¨¢diz. La presencia de los agentes dej¨® desiertas las plazas de San Francisco y Mina y las calles Rosario, San Francisco y Tinte. Las calles de los pubs como Manuel Ranc¨¦s tambi¨¦n ve¨ªan incrementada la seguridad. Finalmente no hubo a quien multar.
La Punta de San Felipe es el lugar que hace m¨¢s de una d¨¦cada el Consistorio habilit¨® para acoger bares con los que alejar a los j¨®venes de la zona m¨¢s habitada. Pero en este tiempo s¨®lo ha funcionado como zona de escapada a altas horas de la madrugada. Con la ley auton¨®mica, el Ayuntamiento ha podido rescatar esa vieja idea, aunque la zona todav¨ªa no est¨¢ acondicionada. Las estrechas y acogedoras calles del centro han sido sustituidas ahora por un paseo abierto al mar. Hay un proyecto que incluye dos barras, un escenario y, sobre todo, pantallas acristaladas contra el viento para guarecer a los usuarios del intenso fr¨ªo. "Aqu¨ª no hace falta hielo", comentaba entre risas un grupo de amigos en torno a las botellas.
En Ja¨¦n la escena era similar. Once de la noche del pasado viernes en la plaza de Renfe. Miguel, Mari, Mamen, ?ngel y Jorge, un grupo de quincea?eros, llega como todos los fines de semana, con sus provisiones de bebidas en una bolsa, para hacer botell¨®n. "?D¨®nde est¨¢n los j¨®venes?" Su sorpresa es may¨²scula cuando en lugar de encontrarse la habitual concentraci¨®n de adolescentes se topan con un escenario irreconocible: la plaza vac¨ªa, vallas por los cuatro costados y seis agentes de la Polic¨ªa Local en las esquinas vigilando que nadie beba en la v¨ªa p¨²blica. "?Y qu¨¦ hacemos? No podemos ir a las discotecas porque son muy caras; ahora ponemos tres euros cada uno y tenemos para toda la noche", comentaba, con el asentimiento de sus amigos, Miguel, desconcertado por el lugar donde podr¨ªan dar buena cuenta de la botella de ron y la Coca Cola que llevaban encima. Otros grupos de j¨®venes ajenos a la restricci¨®n municipal pululaban con sus bolsas en busca de un recoveco donde burlar la ley.
El propio Ayuntamiento reconoce sentirse sorprendido por el ¨¦xito de la ley antibotell¨®n en su primer fin de semana de aplicaci¨®n efectiva. Ahora bien, el concejal de Polic¨ªa, Miguel ?ngel Garc¨ªa Anguita, prefiere no echar las campanas al vuelo. Cree que la verdadera prueba de fuego de la ley ser¨¢ en primavera.
El Ayuntamiento de Ja¨¦n ha habilitado como zona alternativa destinada al botell¨®n el recinto ferial, en la carretera de Granada, pero, como era de esperar, su acogida por los j¨®venes ha sido nula. "?C¨®mo vamos a ir all¨ª, tan lejos?", apuntaba Mari, una de las chicas que admit¨ªa sentirse desubicada la noche del viernes. Pero es que el recinto ferial ni siquiera est¨¢ acondicionado para albergar la zona del botell¨®n.
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