"El delito organizado mueve m¨¢s del 10% del comercio mundial"
Mois¨¦s Na¨ªm viaja por el mundo, lee peri¨®dicos y ve televisi¨®n buscando las conexiones que cambian el mundo. "Sorprenden y no tienen precedentes", subraya. Na¨ªm fue ministro de Fomento en Venezuela, director ejecutivo del Banco Mundial y ahora dirige Foreign Policy, una revista con sede en Washington que se ocupa de entender las consecuencias inesperadas de la globalizaci¨®n. Ha investigado el fen¨®meno de las redes ilegales durante 15 a?os. Sus conclusiones son inquietantes: nunca los delincuentes han sido tan globales, tan ricos, y tan pol¨ªticamente influyentes. "Siempre existieron contrabandistas, traficantes y piratas, pero nunca como hoy, con la capacidad de operar a nivel mundial, con un poder econ¨®mico que mueve m¨¢s del 10% del comercio mundial".
"El padre de la bomba at¨®mica paquistan¨ª vendi¨® tecnolog¨ªa nuclear a Ir¨¢n y Corea del Norte"
"El comercio legal se ha multiplicado por dos desde 1990; el lavado de dinero il¨ªcito, por diez"
"Pa¨ªses lejanos, ya son adyacentes: redes creadas en China o Ucrania operan en la Costa del Sol"
"La industria de las falsificaciones genera entre 400.000 y 600.000 d¨®lares anuales"
"A este paso, hasta el uranio enriquecido puede llegar a salir al mercado, ?no?". El investigador es taxativo: "Eso ya no es una hip¨®tesis. Le puedo dar un ejemplo concreto". Na¨ªm cita al ingeniero Abdul Qader Jan, que dirigi¨® el desarrollo nuclear de Pakist¨¢n en los a?os noventa y acab¨® vendiendo tecnolog¨ªa y maquinaria al mejor postor, con complicidades oficiales, a trav¨¦s de redes internacionales con sucursales en Malaisia, Sur¨¢frica, Suiza y el golfo P¨¦rsico. Dos de sus clientes fueron Corea del Norte e Ir¨¢n. El mundo se enfrenta al auge de unas redes interconectadas, dedicadas fundamentalmente al narcotr¨¢fico, la venta de armas, el tr¨¢fico de personas, las falsificaciones y el blanqueo de dinero; pero tambi¨¦n al comercio de ¨®rganos humanos, de residuos industriales, de especies en peligro de extinci¨®n y de obras de arte y objetos arqueol¨®gicos robados.
Pregunta. Su ¨²ltimo libro, Il¨ªcito, argumenta que los contrabandistas est¨¢n cambiando el mundo, pero el contrabando, los traficantes, los mercados negros han existido siempre, forman parte de la experiencia humana.
Respuesta. Los traficantes se han mutado, se han transformado en un fen¨®meno diferente al que ten¨ªamos hasta ahora. El mundo de hoy no puede ser comprendido bien si uno no toma en cuenta la influencia de estas redes trasnacionales, que han adquirido capacidades pol¨ªticas y financieras que no ten¨ªan antes.
P. Hasta ahora, los gobiernos no han podido con ellas.
R. As¨ª es. Llevo 15 a?os estudiando el fen¨®meno y no pude encontrar un solo ejemplo en los cuales un Gobierno pudiera declararse victorioso. Contrariamente, todos estos mercados ilegales est¨¢n creciendo a una velocidad superior a lo que crece la econom¨ªa mundial. Es un problema que trasciende a pa¨ªses, jueces y polic¨ªas. Los delincuentes ignoran leyes, reglamentos, licencias, impuestos y embargos, y cualquier procedimiento de ordenaci¨®n del comercio. Crecieron aprovech¨¢ndose de la globalizaci¨®n, de la ca¨ªda de la URSS, de Internet, las privatizaciones y la avidez consumista en el planeta. Pa¨ªses muy distantes son ahora adyacentes. Redes creadas en China tienen ramificaciones en Espa?a, y traficantes ucranios, mexicanos o marroqu¨ªes operan en la Costa del Sol. Los recursos de estas redes superan, en algunos casos, a los de los gobiernos.
P. ?Tiene datos de ese crecimiento?
R. Entre los a?os 1992 y 2002, las incautaciones de droga crecieron anualmente un 2,5% (coca¨ªna), un 19% (anfetaminas) y un 27% (¨¦xtasis). El n¨²mero de aprehensiones de 1990 fue de 300.000, contra los 1,4 millones del a?o 2001. Las cifras son espectaculares. El tr¨¢fico subi¨® de 400.000 millones de d¨®lares en 1990 a m¨¢s del doble actualmente. Por otra parte, el valor de las falsificaciones, una industria que hace 15 a?os apenas exist¨ªa, oscila hoy entre los 400.000 y los 600.000 millones de d¨®lares. El tr¨¢fico de armas suma otros 10.000 millones de d¨®lares; el de personas, otro tanto. El valor de las obras de arte robadas cada a?o asciende a 3.000 millones de d¨®lares, seg¨²n la Interpol.
P. ?Y el blanqueo de capitales?
R. La cifra nos permite hacernos una idea de la envergadura de la econom¨ªa il¨ªcita en el mundo. El lavado de dinero se ha multiplicado al menos por diez desde 1990 y hoy representa, seg¨²n c¨¢lculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre uno y 1,5 billones de d¨®lares. El comercio mundial leg¨ªtimo casi se duplic¨® en ese mismo periodo: de unos cinco a unos diez billones de d¨®lares.
P. ?C¨®mo han podido prosperar tanto esas mafias?
R. Porque los gobiernos son presos de su soberan¨ªa y s¨®lo pueden funcionar dentro de su jurisdicci¨®n, dentro de sus fronteras nacionales. Es el h¨¢bitat de un funcionario, de un polic¨ªa, de un juez, de un polic¨ªa o de un regulador. Actuar fuera de sus fronteras es antinatural y obliga a burocracias, consulados, acuerdos, etc¨¦tera que ralentizan las actuaciones.
P. Los delincuentes no tienen ese problema.
R. Para ellos, las fronteras no son una camisa de fuerza, sino una gran oportunidad y un escudo. Les permiten que haya las diferencias de precios que generan los lucros, y son un escudo contra las autoridades de una jurisdicci¨®n que trate de capturarles. Adem¨¢s, los cambios tecnol¨®gicos y pol¨ªticos rompieron las barreras con las que los gobiernos controlaban tradicionalmente el tr¨¢fico de personas, bienes y dinero, y debilitaron a los organismos oficiales encargados de contener los negocios ilegales.
P. ?C¨®mo act¨²an los mafiosos en pol¨ªtica?
R. Las redes ilegales se transformaron en grandes empresas legales y, para protegerlas, dedican cantidades inmensas a influir sobre gobiernos, polic¨ªas, jueces, legisladores, pol¨ªticos, periodistas. Lo hacen para influir sobre quienes toman las decisiones que afectan a sus ganancias. Es como el proxeneta tailand¨¦s que present¨® su candidatura en unas elecciones locales para influir sobre los reglamentos de las casas de masajes.
P. ?C¨®mo queda el Estado?
R. La estrecha relaci¨®n entre los criminales y los pol¨ªticos o funcionarios desdibuja el l¨ªmite que separa el Estado de las mafias. El resultado es "la criminalizaci¨®n del inter¨¦s nacional", que se produce cuando lo que influye en las decisiones de Gobierno son las prioridades de las redes comerciales il¨ªcitas, y no las del pa¨ªs.
P. ?Cu¨¢l es la estrategia de esas redes?
R. Cuando adquieren un tama?o importante se convierten en empresas legales para reducir el riesgo de que todos sus ingresos procedan de una sola actividad ilegal; tambi¨¦n sobornan para protegerse y llevan a cabo acciones filantr¨®picas para mejorar su reputaci¨®n.
P. ?Esas redes operan m¨¢s f¨¢cilmente en las democracias o en las dictaduras?
R. Son tan potentes en democracias como en dictaduras. Operan en China, donde son important¨ªsimas en el tr¨¢fico de personas y la falsificaci¨®n y copiado de productos; en Bielorrusia, en la City londinense o en Manhattan (Nueva York), lugares atractivos para el lavado de dinero. Esas redes disponen de bancos y hacen posible que pa¨ªses como Corea del Norte se lucren con la venta de armas, de anfetaminas o la falsificaci¨®n de dinero. Lo que saben hacer muy bien estas redes criminales es mover productos il¨ªcitos entre fronteras. Un d¨ªa pueden estar moviendo gente; otro, narc¨®ticos, y al tercer d¨ªa pueden estar moviendo armas. Depende del mercado, de las coyunturas y de las circunstancias.
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