Palilleiras con car¨¢cter de Camari?as
"Haciendo encaje ni se mojan las manos ni se queman. Es la mejor opci¨®n"
Nadie se fija en los pies de una palilleira. Son figuras sentadas, con las piernas tapadas por la alargada almohada en la que tejen encajes, entrelazando a toda velocidad palillos de hilo fino. Quiz¨¢s por ello, o por achaques de la edad, o tambi¨¦n por cierta indiferencia, Avelina da Casmalla acudi¨® con sus sencillas zapatillas de fieltro, las de andar por casa, al homenaje que le organizaron ayer sus vecinos de Camari?as por ser la palilleira en activo m¨¢s anciana de A Costa da Morte. "?Una fiesta? No hace da?o, hay que dejar que sea, no me importa mucho. Hay que pasar el tiempo. Ellos se van contentos y yo me quedo como estoy". Avelina tiene 92 a?os. Desde que cumpli¨® siete hace encaje de Camari?as, que ahora se exporta a todos los rincones del planeta. Est¨¢ muy acostumbrada a mostrar y explicar -se pasa al castellano para hacerlo- su arte a turistas y curiosos llegados de todas partes, a posar para las fotograf¨ªas, a contar sus an¨¦cdotas caseras y profesionales. Ni se inmut¨® ayer ante el revuelo de c¨¢maras y personalidades que se form¨® en su honor.
El homenaje fue idea de otra hija de Camari?as, Teresa Rego, la primera de su pueblo que fue a la universidad y quien, tras convertirse en dise?adora especializada en encaje, se afan¨® en difundir y promover la artesan¨ªa ancestral de su villa natal.
Con el patrocinio de Caixa Galicia, Rego cre¨® un premio que lleva su nombre para ensalzar el encaje de Camari?as. La primera edici¨®n recay¨® en Avelina da Casmalla (de apellidos L¨®pez Su¨¢rez). Sigue, dice, siendo la mejor alternativa laboral para una mujer, "porque ni se mojan las manos, ni se queman". El encaje es una labor de destreza, limpia y ahora, gracias a su fama, bien renumerada, "hasta pagada de m¨¢s: seis euros al d¨ªa", explica la palilleira.
Es una mujer de la costa, peque?a en altura pero fuerte de car¨¢cter. Viuda desde hace tres d¨¦cadas y sin descendencia. S¨®lo se emocion¨® y aplaudi¨® agradecida cuando un coro de voces le cant¨® el vals de Camari?as, con la letra cambiada en honor a "Avelina da Casmalla, que a¨²n hoy est¨¢ palillando"¡¤
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