UGT denuncia que un restaurante de Girona pidi¨® a una camarera que abortara si quer¨ªa renovar su contrato

Una camarera de 27 a?os perdi¨® su trabajo en un restaurante del centro de Girona porque no acept¨® la condici¨®n que le impuso el propietario para renovarle el contrato: poner fin a su embarazo de m¨¢s de tres meses con un aborto. Este caso de acoso laboral fue hecho p¨²blico ayer por el sindicato UGT, que lo ha estudiado y pr¨®ximamente lo denunciar¨¢ ante el juzgado de lo social. Dolors Bassa, secretaria de Pol¨ªtica Social, Ocupaci¨®n y Mujer de la UGT de Girona, advirti¨® ayer de que contin¨²an produci¨¦ndose casos de graves discriminaciones y acoso a las mujeres.

El caso denunciado ayer por UGT sucedi¨® hace tres semanas en un conocido restaurante cuyo nombre el sindicato no quiere revelar hasta que interponga la denuncia judicial. Seg¨²n la versi¨®n de la trabajadora, el due?o del establecimiento le dijo a la camarera, de nacionalidad espa?ola: "O abortas o no te renuevo el contrato". La camarera, que actualmente est¨¢ en el paro, se rebel¨® contra el propietario y debi¨® abandonar su puesto en el restaurante. A diferencia de otros casos de acoso laboral, la v¨ªctima est¨¢ completamente decidida a denunciar el caso y llegar hasta el final. Adem¨¢s, existe el testimonio de un trabajador del restaurante, que pudo o¨ªr las palabras de due?o y se muestra dispuesto a declarar en un posible juicio. Este trabajador no teme posibles presiones ni represalias porque est¨¢ a punto de extinguir su contrato.

18 casos de acoso

Fuentes jur¨ªdicas consultadas se?alaron ayer que, adem¨¢s del acoso laboral, el propietario del restaurante podr¨ªa ser acusado de un delito de coacciones.

Bassa explica que durante 2005, el ¨²ltimo periodo contabilizado, llegaron a la UGT de Girona unos 18 casos de acoso o discriminaci¨®n grave a las mujeres, de los que s¨®lo cuatro acabaron en denuncia. No obstante, los cuatro fueron resueltos con un pacto, a menudo econ¨®mico, en la Inspecci¨®n de Trabajo. "Hay muchos m¨¢s casos de los que aparecen y casi siempre llegan a nuestro conocimiento cuando la situaci¨®n se ha vuelto muy complicada", reconoce Bassa. La investigaci¨®n del caso por parte de la Inspecci¨®n de Trabajo comporta un careo con el acosador que supone una prueba muy dura para las mujeres, a menudo aquejadas de depresi¨®n.

Los sectores industriales con trabajadores en cadena, como las c¨¢rnicas, son los que tienen un mayor n¨²mero de casos de acoso a mujeres j¨®venes. En la mayor¨ªa de estos casos el acosador es un cargo intermedio que acaba siendo cambiado de turno o de horario por sus superiores. La reacci¨®n a una denuncia de discriminaci¨®n o acoso depende siempre de la sensibilidad del patrono. Seg¨²n explica Bassa, los casos en los que las pruebas permiten demostrar la culpabilidad de la empresa acaban con un pacto que comporta el pago de una cantidad econ¨®mica a la v¨ªctima. Esta cantidad es muy variable, pero las cantidades pactadas en los ¨²ltimos acuerdos realizados en las comarcas de Girona con trabajadores de bajo nivel salarial est¨¢n en torno a los 6.000 euros. "A menudo recomendamos al trabajador que vaya a juicio, pero su situaci¨®n econ¨®mica suele ser precaria y prefiere aceptar la indemnizaci¨®n de la empresa", explica Bassa.