"Somos como El Vaquilla y su banda"

Han visto decenas de veces el DVD de Perros callejeros, la pel¨ªcula donde Jos¨¦ Antonio de la Loma recre¨® la vida de El Vaquilla y El Torete. Los chavales que fueron los reyes del robo y las persecuciones con la polic¨ªa en la Barcelona de finales de los setenta. Y de tanto verla, El To?o, El Johnny y El Samur¨¢i, de 13, 10 y 8 a?os, tres ni?os que viven en el poblado chabolista de La Jungla, en el distrito de Vic¨¢lvaro, se montaron su propia persecuci¨®n en la madrugada del s¨¢bado a bordo de un BMW 318 robado.

Los cr¨ªos han visto decenas de veces la pel¨ªcula de delincuentes 'Perros callejeros'

"?Yo soy El Torete y el Johnny es El Vaquilla!", grita en su chabola El To?o, el conductor del veh¨ªculo. "?Y yo El Mandarina!", replica El Samur¨¢i, el m¨¢s peque?o del tr¨ªo.

La persecuci¨®n, llena de trompos y saltos por un camino de tierra de ocho kil¨®metros, acab¨® con el BMW estrellado contra un mont¨ªculo de tierra y con los chavales detenidos. El To?o volvi¨® a casa despu¨¦s de pasar por comisar¨ªa, y los peque?os, terminaron en el centro de acogida de menores Isabel Clara Eugenia, en Hortaleza. Ayer, ambos ya se hab¨ªan fugado y chatarreaban por los alrededores del poblado. Se escaparon del reformatorio el s¨¢bado por la ma?ana y cogieron el metro hasta Vic¨¢lvaro. "Una paya nos dijo c¨®mo ten¨ªamos que llegar", cuentan los menores. Desde el metro caminaron una hora hasta La Jungla.

El coche con el que emularon al Vaquilla y conduc¨ªa El To?o con gran pericia se lo encontraron ya, aseguran, con el puente hecho y con las puertas abiertas en la Ca?ada Real, a pocos kil¨®metros de su poblado. "Volv¨ªamos a casa los tres, y como est¨¢bamos cansados... pues lo cogimos. Pero ya estaba robado", aclara To?o bajo la atenta mirada de su madre Esmeralda, una gitana portuguesa que lleva 15 a?os viviendo en el poblado. El To?o y El Johnny son sus hijos. A su marido lo ech¨® de casa hace alg¨²n tiempo "porque era un drogadicto y estaba siempre fumando hero¨ªna delante de los ni?os". El Samur¨¢i no tiene padres y vive en La Jungla, en la chabola de la Carmen, unos metros m¨¢s all¨¢ que sus compa?eros de rally.

El To?o tiene el pelo rizado y un estrabismo galopante; lleva las manos de color negro azabache de tanto buscar chatarra; apenas levanta un metro y medio del suelo. El chaval no deb¨ªa ni llegar a los pedales del BMW, pero es el alto del grupo y le saca una cabeza al Samur¨¢i, a quien llaman as¨ª por sus ojos achinados. El Johnny (que en realidad se llama Adolfo), y que seg¨²n su madre "es el m¨¢s listo de la familia", por la noche no hab¨ªa llegado a la chabola.

Esmeralda recuerda lo sucedi¨® el d¨ªa de la trifulca. "El Johnny duerme conmigo en el colch¨®n. Ya era muy tarde y yo estaba roncando. En eso que abr¨ª un ojo, como a las cinco de la ma?ana, y vi que ya no estaba en la cama y pens¨¦: '?Ay, que ¨¦stos se han fugado otra vez!". Y ah¨ª ya se lo vio venir. "Es la segunda vez que se escapan, es que ¨¦stos no quieren ir al colegio", a?ade la mujer, de 36 a?os y que luce un vestido rojo de noche.

Fuentes de la Polic¨ªa Local de Coslada se?alaron que hace 15 d¨ªas los tres peque?os ya fueron pillados por la polic¨ªa conduciendo otra furgoneta robada. "Lo malo de esto es que en 15 d¨ªas les volveremos a pillar por ah¨ª. Les encanta robar veh¨ªculos para hacer sus pr¨¢cticas de conducci¨®n por los descampados", explican las mismas fuentes.

En su ¨²ltima fechor¨ªa, la del s¨¢bado pasado, los cr¨ªos fueron interceptados conduciendo el BMW justamente antes de entrar en la M-45, cuando perdieron el control del volante y chocaron contra un terrapl¨¦n y de rebote contra el coche de polic¨ªa que los persegu¨ªa. "El polic¨ªa, cuando nos vio la cara, nos pregunt¨®: ?Pero d¨®nde vais tan peque?os?", cuenta El To?o. Hasta que se encontraron cara a cara con los peque?os delincuentes, los agentes pensaron que estaban persiguiendo a los ladrones que acababan de atracar una pizzer¨ªa en Mejorada del Campo. A 80 kil¨®metros por hora, dando saltos por un camino de tierra, el coche de polic¨ªa que segu¨ªa a los ni?os qued¨® inutilizable. "Lo tenemos en el taller hecho polvo", explican fuentes policiales.

Durante la persecuci¨®n, la banda del Samur¨¢i intent¨® saltar varias veces del coche en marcha. Al abrir las puertas, los coches que hab¨ªa aparcados a los lados se llevaron la peor parte. "?bamos los tres sentados en el asiento delantero", recuerda To?o, mientras mira a su madre de reojo. ?sta, entre aspavientos, pone el grito en el cielo: "Pero... ?c¨®mo? ?Y si sal¨ªs despedidos por el cristal?", le inquiere a su peque?o Torete por haber infringido las normas de tr¨¢fico.

Y no le falta raz¨®n. En la luna delantera del BMW, tras el trompo que puso fin a la persecuci¨®n, qued¨® marcado el impacto de una peque?a cabeza. "Uno de ellos se debi¨® dar contra el cristal. Le vio un m¨¦dico, y mira si son duros, que no ten¨ªa ni un ara?azo", recuerdan en la Polic¨ªa Municipal de Coslada.