Montilla hace rectificar a un alto cargo de ERC que propuso exigir el catal¨¢n a los inmigrantes
El secretario de Inmigraci¨®n plantea un curso sobre cultura y lengua para lograr el arraigo
Ni siquiera se ha comenzado a redactar, pero la Ley de Acogida de Inmigrantes ya ha provocado el primer rifirrafe entre los socios del Gobierno. La Secretar¨ªa de Inmigraci¨®n de la Generalitat, a instancias de Presidencia, se vio obligada a rectificar a ¨²ltima hora de la tarde de ayer unas declaraciones de su m¨¢ximo responsable, el republicano Oriol Amor¨®s, en las que abogaba por que la ley obligue a los inmigrantes a seguir un curso de cultura y lengua catalana como requisito para obtener el certificado de arraigo que emiten los ayuntamientos y que les permite su regularizaci¨®n.
Entrevistado por R¨¤dio Barcelona-cadena SER, Oriol Amor¨®s defendi¨® por la ma?ana que los inmigrantes que deseen ser regularizados por la v¨ªa del arraigo deban demostrar, tambi¨¦n, unos conocimientos m¨ªnimos de catal¨¢n. ?stos, dijo Amor¨®s, podr¨ªan acreditarse con un certificado de asistencia a los cursillos que la Generalitat organizar¨ªa para los reci¨¦n llegados. "Con estos cursillos, de 20 o 30 horas, el inmigrante tendr¨ªa alguna noci¨®n de catal¨¢n o, al menos, sabr¨ªa c¨®mo aprenderlo", defendi¨® Amor¨®s. En esta entrevista, el secretario de Inmigraci¨®n apel¨® tambi¨¦n al car¨¢cter obligatorio de estos cursos, al estilo de lo exigido en Holanda, donde se obliga a los reci¨¦n llegados a conocer el neerland¨¦s.
Pero todo cambi¨® a ¨²ltima hora de la tarde, cuando un comunicado de la misma Secretar¨ªa de Inmigraci¨®n rebaj¨® notablemente las pretensiones expresadas inicialmente por Amor¨®s. As¨ª, donde el m¨¢ximo responsable de inmigraci¨®n defend¨ªa el car¨¢cter obligatorio de los cursillos, la nota afirmaba que ¨¦stos ser¨ªan una mera "oferta" de la Administraci¨®n hacia los nuevos inmigrantes. Tampoco se habla de la obligatoriedad del conocimiento del catal¨¢n en sentido estricto, sino de ense?ar a los inmigrantes "la cultura de Catalu?a" y "sus lenguas", es decir, tambi¨¦n el castellano.
La rectificaci¨®n en forma de nota lleg¨® despu¨¦s de un d¨ªa agitado en la Secretar¨ªa de Inmigraci¨®n, con sendas llamadas desde Presidencia y del Departamento de Acci¨®n Social, del que depende este organismo. Las cr¨ªticas a Amor¨®s, tanto desde la esfera del presidente Montilla como de la consejera Carme Capdevila, surgieron, sobre todo, por la precipitaci¨®n del secretario de Inmigraci¨®n al explicar las l¨ªneas de una eventual ley que, de acuerdo con fuentes de Presidencia. "ni siquiera se ha comenzado a esbozar".
En la r¨¢pida reacci¨®n de Montilla tambi¨¦n influy¨® el hecho de que Amor¨®s en sus declaraciones incidiera s¨®lo en la necesidad de que los inmigrantes puedan desenvolverse m¨ªnimamente en catal¨¢n. En sus palabras no hubo referencia alguna al castellano. De ah¨ª que la nota de la tarde emitida por la Secretar¨ªa de Inmigraci¨®n optara por atajar la pol¨¦mica y destacara que en los cursillos se ense?ar¨¢n las "lenguas" de Catalu?a.
M¨¢s all¨¢ de esta pol¨¦mica, s¨ª hay acuerdo para que la Generalitat oferte de forma regular cursos de integraci¨®n para inmigrantes, que en medios de la Secretar¨ªa de Inmigraci¨®n prefieren llamar "procesos de acogida". Estos cursos ser¨ªan, en la pr¨¢ctica, la normalizaci¨®n de los que ahora ya imparten algunas asociaciones y ayuntamientos. Amor¨®s s¨ª dej¨® claro que, pese a su voluntad de establecerlos con car¨¢cter obligatorio, la no asistencia a estas sesiones de integraci¨®n no signific¨ªa la p¨¦rdida de ning¨²n derecho fundamental. "Se curar¨¢ a los enfermos y se escolarizar¨¢ a los ni?os en todos los casos", precis¨® Amor¨®s a modo de ejemplo.
Sin embargo, se est¨¢ estudiando la f¨®rmula para que los inmigrantes se sientan atra¨ªdos por la idea de participar en estos cursos y beneficiarse de lo que all¨ª aprendan. Con todo, se quiere evitar copiar a rajatabla f¨®rmulas como las utilizadas por el Ayuntamiento de Vic -que limita la asistencia social a quienes rechacen acudir a las sesiones de inmigraci¨®n-, que ha sido duramente criticado por el S¨ªndic de Greuges.
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