Las eternas y molestas toses

El pasado d¨ªa 12 asist¨ª a un concierto que dio la Orquesta Filarm¨®nica de M¨²nich en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria en el marco del Festival de Canarias. Hasta la mitad del concierto hubo abundantes toses y ruidos varios que causaron grandes molestias a p¨²blico y artistas, hasta el punto que el propio director, Christian Thielemann, tuvo que reprender al p¨²blico en una de las pausas, mostrando un pa?uelo blanco e indicando que se usara para amortiguar las toses. Fue en vano, pues las toses persistieron en igual intensidad, y en una segunda pausa, Thielemann, visiblemente irritado, hizo uso de la palabra para insistir de nuevo en lo molesto de las toses. A partir de ese momento y hasta el final del concierto el silencio fue casi absoluto. A m¨ª personalmente me pareci¨® el hecho muy indignante y vergonzoso, que un director de la talla de Thielemann se viera obligado a reprender al p¨²blico por su falta de educaci¨®n (porque, no nos enga?emos, fue una falta de educaci¨®n puesto que las toses y ruidos cesaron desde ese momento).

Creo que los organizadores de los conciertos y los responsables de las propias salas y auditorios deber¨ªan insistir en la necesidad de evitar los ruidos en la mayor medida posible, bien en los programas de mano, bien por megafon¨ªa. Tanto por facilitar la concentraci¨®n de los int¨¦rpretes como por mejorar la calidad de la audici¨®n. Y por supuesto, pido un mayor respeto y educaci¨®n por parte de los asistentes a los conciertos.