Palabras que tienen m¨²sica
El rockero granadino recuerda el proceso de producci¨®n literaria de '60mp3' junto al poeta Garc¨ªa Montero
Si Felipe Ben¨ªtez Reyes, nuestro reciente premio Nadal, poeta de fuste, compa?ero generacional y de aventuras literarias de Luis Garc¨ªa Montero, est¨¢ aqu¨ª para comentar el libro recopilatorio de poemas escritos en su casi ¨²ltima media vida, yo he venido para hablar de la emoci¨®n que supone haber compartido, al menos un trabajo creativo con nuestro poeta. Por supuesto que ¨¦sta experiencia est¨¢ ligada a este libro que hoy presentamos, porque Luis Garc¨ªa Montero, como ¨¦l mismo dice en Dedicaci¨®n a la poes¨ªa peque?o y perfecto breviario para seguir la lectura ordenada de esta Poes¨ªa (1980-2005): "Cuando decido sobre las palabras, sobre mis palabras, observo con atenci¨®n la realidad, mis lazos con ella, mis responsabilidades, lo que descubro en los dem¨¢s".
Los curas, mis maestros, ten¨ªan un miedo atroz a la literatura, a los libros
Trabajar con Luis, orfebre de la materia prima de su existencia, fue para m¨ª apasionante
Y eso es exactamente lo que me propuso cuando colaboramos en mi disco 60mp3, en unas cuantas tardes en Granada. "Una de las primeras lecciones que el poeta debe aprender -escribe Luis- es que resulta tan necesario decidir lo que debe escribirse de uno mismo como lo que debe callarse", y sigue: "La biograf¨ªa no puede invadir el poema, porque entonces no deja huecos para el di¨¢logo con el lector, o con la propia conciencia cr¨ªtica". La b¨²squeda de palabras que completaron la idea con la que constru¨ªamos las canciones, en comandita con Luis, orfebre cuidadoso de la materia prima de su existencia, fue para m¨ª apasionante.
Yo, familiarizado con el hecho de ponerle texto a una melod¨ªa, algo que poco tiene que ver con la creaci¨®n de un poema, y una vez decidido sobre qu¨¦ quer¨ªa cantar, desarrollaba una historia que encajara en la emocionalidad de la m¨²sica que nos serv¨ªa de implacable cors¨¦. Algunas de las canciones las trabaj¨¢bamos a partir de demos que desarrollabamos en el ordenador, cantados con el texto primario que Luis se llevaba a Madrid para devolverlos a la semana siguiente con "ese ¨¢mbito de voz propia y de implicaci¨®n moral que caracteriza la poes¨ªa". Su poes¨ªa.
La implicaci¨®n moral de Luis Garc¨ªa Montero con la poes¨ªa y con la vida -sospecho que para mi amigo es lo mismo- impregnaron las canciones de un disco que buscaba, adem¨¢s de actitud rockera, conectar con el pensamiento de Luis cuando escribe: "La poes¨ªa es un ¨¢mbito en el que uno se responsabiliza de sus palabras". Esa responsabilidad de no usar la palabra en vano, esa vocaci¨®n de ser implacables con las f¨¢ciles tentaciones de la fon¨¦tica o de la rima, que en una canci¨®n la melod¨ªa embellece mucho m¨¢s all¨¢ de su significado, y a las que tan proclives somos los cantantes de rock, desesperados por terminar la tortura de encajar una lengua en un ritmo para la que no fue inventada, colmaban la paciencia del catedr¨¢tico que Luis lleva por fuera, porque por dentro lleva al poeta que espera a que suba la marea, y no me dejaba cometer la locura de claudicar.
Para un tipo como yo, que estudi¨® en los Salesianos en la d¨¦cada de los 50, admonizado de lo perniciosos que eran los libros, el trato con nuestro poeta-profesor me remit¨ªa a la mala suerte de pertenecer a una generaci¨®n anterior a la suya, y la buena suerte que tienen los alumnos que asisten a su c¨¢tedra.
Los curas, mis maestros -y cuento esto s¨®lo para que no se me olvide de donde venimos- ten¨ªan un miedo atroz a la literatura, o mejor dicho, a los libros, que se consideraban perniciosos e inadecuados, porque si ca¨ªan en mentes d¨¦biles o inocentes, pod¨ªan acarrear la perdici¨®n eterna. De aquellos a?os s¨®lo recuerdo libros de vidas ejemplares, de santos, de m¨¢rtires, y asexuadas obritas de teatro de la Galer¨ªa Salesiana que interpret¨¢bamos en fin de curso, y alguna revista como el Reader's Digest, que extra?amente ca¨ªa por all¨ª.
Ninguna voz de ning¨²n maestro me interes¨® nunca por la poes¨ªa ni por la literatura. Y tampoco nadie lament¨®, por ejemplo, la quema de los maravillosos libros de poes¨ªa y de ciencia, que en la toma de Granada ardieron en la pira de la Plaza de BibRambla, seg¨²n explicaba con todo tipo de detalle, vi?eta incluida, el libro de historia de Espa?a en el que se nos instru¨ªa.
De aquellos a?os tenebrosos s¨®lo me conforta recordar el sonido del rock and roll en los Billares Ganivet, una nueva y trepidante m¨²sica que no exig¨ªa comprender lo que dec¨ªan las canciones, porque la imaginaci¨®n las colocaba en el lugar remoto de la fascinaci¨®n y de la libertad que, por inalcanzables, aumentaban el sabor a desasosiego y abandono de las tardes de domingo.
En plena gestaci¨®n del 60mp3 Luis apareci¨® con dos textos, que ten¨ªan las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas para ser una canci¨®n, El arte de vivir y Sesenta razones. No eran poemas, pero ten¨ªan todo el compromiso de poder defender cada una de las palabras all¨ª cantadas con las armas morales, con las armas de la experiencia, que Luis pone en sus poemas.
Culmina el disco con la ¨²nica canci¨®n que antes fue poema: Oraci¨®n, musicado por Ra¨²l Alcover. Y tiene guasa la cosa. Resulta que durante todo el tiempo que estuvimos trabajando en mi casa en Granada, hab¨ªa un cartel del poema colgado en mi puerta, distribuido por la Universidad de Granada, unida tambi¨¦n al clamor popular para evitar entrar en la cruel e interminable guerra de Irak. Las leves dudas que yo expon¨ªa sobre el resultado de nuestro trabajo, eran sobre la necesidad de hacer canciones que dieran ca?a, que fueran muy explicitas y directas, que es lo que al final sali¨®, pero pasadas por el doble deseo de Luis de no repetirse y no traicionarse.
Este es Oraci¨®n, el poema hecho canci¨®n que define, para m¨ª, todo el disco:
A vosotros,
que cort¨¢is la manzana de la muerte
con el anonimato de una guerra,
os pido caridad.
Por un Dios
en el que jam¨¢s he cre¨ªdo.
Por una Justicia
de la que desconf¨ªo.
Por el orden de un Mundo
que no respeto.
Porque renunci¨¦is a vuestra guerra,
yo renuncio a mis dudas,
que son parte de m¨ª
como la luz amarga
es parte del oto?o.
Y escribo Dios, Justicia, Mundo,
y os pido caridad,
y os lo suplico.EXPOSICIONES
Pieles y pintura. Roquetas de Mar
La exposici¨®n La memoria de los artistas recoge una amplia colecci¨®n de pieles y prendas de Miguel Marinero inspiradas en los cuadros de Agust¨ªn Ibarrola. La memoria del artista y la del territorio son dos de las secciones integradas en la muestra, muy influida de la atm¨®sfera asturiana. Podr¨¢ visitarse hasta el 25 de febrero en el Castillo de Santa Ana de Roquetas de Mar (Almer¨ªa). De 10.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00. S¨¢bados y domingos de 11.00 a 13.00.
Fotograf¨ªa abstracta. C¨¢diz
El fot¨®grafo Juan Jes¨²s Huelva ha reunido un trabajo que le aleja de las t¨¦cnicas digitales para acercarle a la artesan¨ªa de la imagen. Una labor casi pict¨®rica para reconstruir la cosecha de su c¨¢mara. 12 obras que van desde el realismo hasta la abstracci¨®n. Sala Rivadavia. De lunes a viernes. De 10.30 a 13.30 y de 17.30 a 20.30. S¨¢bado, de 11.00 a 14.00. Hasta el 23 de febrero.
El arte de Arroyo. Almod¨®var del R¨ªo
La Casa de Cultura de Almod¨®var del R¨ªo (C¨®rdoba), situada en la plaza de Cuatro Caminos, acoge hasta el 2 de febrero una muestra de la obra gr¨¢fica del artista madrile?o Eduardo Arroyo. Se trata de una exposici¨®n itinerante de la Fundaci¨®n Provincial de Artes Pl¨¢sticas Rafael Bot¨ª.
Cuadros de V¨¢zquez de Sola. Huelva
El Museo Provincial de Huelva inaugur¨® ayer la exposici¨®n Andaluces para la Humanidad. Compuesta por 150 cuadros del pintor V¨¢zquez de Sola. En ellos, el artista ha tratado de reflejar su visi¨®n de Andaluc¨ªa a trav¨¦s de sus gentes y su historia. Alameda Sundheim s/n. Ma?ana y tarde. Gratuito.
Pintura de Jos¨¦ Ib¨¢?ez. Ja¨¦n
La sala de exposiciones del Edificio Zabaleta de la Universidad de Ja¨¦n acoge la exposici¨®n Geometr¨ªas de la memoria, compuesta por una colecci¨®n de acr¨ªlicos del pintor cordob¨¦s Jos¨¦ Ib¨¢?ez. Puede visitarse hasta el 16 de febrero.
Fotograf¨ªas de Andaluc¨ªa. Lora del R¨ªo
La Sala Municipal El Bail¨ªo de Lora del R¨ªo (Sevilla) acoger¨¢ hasta el 11 de febrero la exposici¨®n Andaluc¨ªa Imaginada (Fotograf¨ªas 1910-1930), de la Obra Social de la Fundaci¨®n La Caixa. El horario de visita de la exposici¨®n es de lunes a viernes de 10.00 a 13.30, y de 17.30 a 20.30; los s¨¢bados, de 10.00 a 13.30; y los domingos, de 17.30 a 20.30. Esta exposici¨®n pretende reunir un conjunto de fotograf¨ªas, realizadas durante el primer tercio del siglo XX, cuya finalidad ¨²ltima fue la edici¨®n de tarjetas postales o ¨¢lbumes ilustrados. Las fotograf¨ªas de la muestra proceden de tres archivos que se encuentran en Barcelona.
Texto de la intervenci¨®n de Miguel R¨ªos en la presentaci¨®n de los libros de Luis Garc¨ªa Montero Poes¨ªa (1980-2005) y Los due?os del vac¨ªo (Tusquets) celebrada el pasado martes 16 en Sevilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.