Ze Castro se toma la revancha
El Atl¨¦tico gana con un gol del central portugu¨¦s ante un Osasuna que acab¨® con siete jugadores
Tres partidos en siete d¨ªas entre Osasuna y Atl¨¦tico son muchos. 270 largos minutos muy semejantes: un kilom¨¦trico muestrario de m¨²sculos en acci¨®n; un min¨²sculo cat¨¢logo de cosas diferentes e interesantes. Aunque ayer se distinguiese de los precedentes por dos cosas: gan¨® el Atl¨¦tico y Osasuna acab¨® con siete jugadores.
ATL?TICO 1 - OSASUNA 0
Atl¨¦tico: Cu¨¦llar; Seitaridis, Ze Castro, Perea, Antonio L¨®pez; Galletti (Gabi, m. 46), Luccin, Maniche (Mista, m. 85), Jurado (Costinha, m. 91); Ag¨¹ero y Torres. No utilizados: Falc¨®n; Pern¨ªa, Pablo y Varela.
Osasuna: Ricardo; Izquierdo, M. Fla?o, Cu¨¦llar, Corrales; Nekouman; Juanfran (Valdo, m. 63), Font (Cruchaga, m. 82) Ra¨²l Garc¨ªa, D. L¨®pez; y Web¨® (Soldado, m. 63). No utilizados: El¨ªa; Pu?al, Mu?oz y Juanlu.
Gol: 1-0 M. 83. Z¨¦ Castro, de fuerte derechazo, tras un rechace que queda en el ¨¢rea.
?rbitro: Lizondo Cort¨¦s. Amonest¨® a Izquierdo, Jurado, Ra¨²l Garc¨ªa, Fernando Torres, Maniche, Corrales. Expuls¨® a Javier Aguirre (m. 41), Cu¨¦llar (m. 78), Soldado (m. 86), Ricardo (m. 89) por doble amarilla y Ra¨²l Garc¨ªa (m. 95).
Unos 30.000 espectadores en el Calder¨®n.
Desde muy pronto el choque tuvo un componente de violencia apenas oculto
Ayer, en los 90 minutos que tocaban, se impuso el Atl¨¦tico exorzizando parte de sus demonios familiares -los de jugar en casa- gracias a un gol del central portugu¨¦s Z¨¦ Castro, un tipo sigiloso y elegante al que Soldado mand¨® a la enfermer¨ªa de un codazo poco despu¨¦s del tanto. Un resultado que deja al equipo madrile?o en puestos de Liga de Campeones a la espera de la jornada de hoy. Un lugar en la tabla que no ocupaba a estas alturas desde hace muchos a?os.
Osasuna, aunque acab¨® desarbolado por el juego del Atl¨¦tico, tambien concluy¨® el choque con muy pocos futbolistas en el c¨¦sp¨¨d. Concretamente, con siete.
Antes de ese final de trazo grueso, los detalles corrieron a cargo de Ag¨¹ero, sobre todo en el segundo tiempo. Al argentino le va bien cuando los f¨¦rreos sistemas t¨¢cticos se vuelven retales deshilachados. El peque?o delantero tuvo varias oportunidades emergiendo de no se sabe donde, casi siempre en jugadas individuales, sin m¨¢s socio que un ocasional favor de Fernando Torres o un gesto de comprensi¨®n de Jurado.
El creciente descontrol en el partido benefici¨® al Atl¨¦tico. Puede que incluso no le perjudicase en exceso el tener a su t¨¦cnico, muy nervioso ayer, en las escaleras que conducen a los vestuarios. El mexicano fue expulsado por protestar varias veces al ¨¢rbitro. No fue la ¨²nica expulsi¨®n del encuentro. Desde muy pronto, el choque tuvo un componente de violencia apenas oculta -y probablemente alimentada durante los otros dos encuentros de la semana- que se tradujo en un carrusel de tarjetas. Amonestaciones que empezaron siendo amarillas ejemplarizantes y acabaron siendo tarjetas rojas inapelables. Una de ellas, al central Cu¨¦llar. El defensor cometi¨® penalti sobre Ag¨¹ero. El encargado de lanzar fue Fernando Torres. Tir¨® el bal¨®n fuera. Una circunstancia que no es nada infrecuente ultimamente. Ayer, en general, no fue el d¨ªa del capit¨¢n rojiblanco, que apenas tuvo protagonismo. El papel de segundo de Ag¨¹ero lo ejerci¨® m¨¢s Jurado, que aunque sigue defendiendo bastante mal, aporta cosas en ataque. Entre ellas varios remates acrob¨¢ticos. Pero sin suerte.
El conjunto navarro, en esa gris competici¨®n que se trae entre manos con los del Manzanares, siempre cobra una ventaja inicial. Tiene m¨¢s la pelota y defiende mejor porque acumula buenos centrocampistas en la zona que le es propia a esta importante especie. Juega con un escalonado desplegable. Comienza con el iran¨ª Nekouman, un tipo de nacionalidad ex¨®tica que resulta mucho menos exc¨¦ntrico a la hora de elaborar el f¨²tbol que, digamos, el portugu¨¦s Maniche. Prosigue con el notable Ra¨²l Garc¨ªa, hombre de buenas ideas y pensamiento r¨¢pido, y H¨¦ctor Font, habilidoso y vertical. Adem¨¢s, otros dos tipos en las bandas. Todos, m¨¢s su delantero, web¨®, presionan como una goma el¨¢stica.
El Atl¨¦tico, en esas, no es capaz de sacar el bal¨®n. En vista de que no lo recupera cerca de la porter¨ªa contrar¨ªa, sino muy pr¨®ximo a su propio guardameta, debe comenzar cada jugada desde muy atr¨¢s. All¨ª est¨¢ Z¨¦ Castro, un central elegante que no se coloca mal. El portugu¨¦s toca bien la pelota, pero siempre busca a Luccin, que est¨¢ unos pocos metros por delante. Si no le encuentra, entonces lanza el bal¨®n a alg¨²n lugar remoto. Pero generalmente s¨ª lo encuentra. S¨®lo que para cuando lo encuentra, el franc¨¦s ya est¨¢ rodeado por un mont¨®nd e rivales que o bien le quitan la pelota, o le hacen falta, ole obligan a otro pase horizontal y cercano.
Osasuna control¨® bien n el primer periodo y despu¨¦s esper¨® ser bendecido por la suerte del contragolpe. S¨®lo Web¨® tuvo alguna oportunidad. Por cierto, el delantero negro de Osasuna fue abucheado y ridiculizado desde la grada por el color de su piel. La megafon¨ªa del estadio pidio que cesasen los insultos, m¨¢s que nada para evitar una sanci¨®n a la entidad madrile?a.
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