?Penalizar la negaci¨®n del Holocausto?
Alemania no debe imponer conclusiones err¨®neas debidas a su desdichado pasado
Prohibir la negaci¨®n del Holocausto y los s¨ªmbolos nazis en toda la UE ser¨ªa un gran error. Espero y conf¨ªo en que otros pa¨ªses europeos pongan freno a esta propuesta tan desaconsejable, igual que han hecho en otras ocasiones con otras iniciativas.
El que una medida sea bienintencionada no significa que sea acertada. El camino al infierno est¨¢ empedrado de buenas intenciones
Los b¨¢lticos, que tanto sufrieron bajo Stalin, preguntar¨¢n por qu¨¦ hay que penalizar s¨®lo la negaci¨®n del Holocausto, y no la del Gulag
Cuanto m¨¢s observo lo que dice y hace la ministra alemana Brigitte Zypries, m¨¢s me parece que es la personificaci¨®n del actual Estado-ni?era europeo
La ministra de Justicia alemana ha propuesto que todos los Estados de la UE penalicen la negaci¨®n del Holocausto y proh¨ªban la exhibici¨®n p¨²blica de s¨ªmbolos nazis, como ocurre ya en su pa¨ªs. Al parecer, el comisario de Justicia de la Uni¨®n la ha apoyado. Ninguna persona razonable puede dudar de que sus intenciones son buenas, pero esa medida ser¨ªa un gran error. Espero y conf¨ªo en que otros miembros de la UE pongan freno a esta propuesta tan desaconsejable, igual que han hecho en otras ocasiones con otras propuestas semejantes.
Quiero dejar claro de d¨®nde parto. El Holocausto de los jud¨ªos europeos a manos de los nazis fue un hecho excepcional. Todo europeo contempor¨¢neo debe conocer los principales aspectos hist¨®ricos relacionados con ¨¦l. Tratar de garantizar que no vuelva a ocurrir nada parecido en Europa (ni en ninguna otra parte del mundo, en la medida en que est¨¦ en nuestro poder) deber¨ªa ser uno de los objetivos fundamentales de la Uni¨®n Europea. Dado que yo empec¨¦ a interesarme por los temas europeos a trav¨¦s del estudio de la Alemania nazi, puedo decir que, en mi caso, ¨¦sa fue una raz¨®n fundamental para comprometerme personalmente con lo que llamamos el proyecto europeo.
Ahora bien, el hecho de que una medida sea bienintencionada no significa que sea acertada. El camino al infierno est¨¢ empedrado de buenas intenciones. Y esta propuesta es muy desaconsejable. En primer lugar, si se aprobara, recortar¨ªa a¨²n m¨¢s la libertad de expresi¨®n, en un momento en el que sufre amenazas desde muchos lados. La libertad de expresi¨®n es un bien ¨²nico y esencial en las sociedades libres; es el ox¨ªgeno que sostiene otras libertades. Por eso hay que tener muy buenos motivos para restringirla legalmente.
La ministra de Justicia alemana, Brigitte Zypries, afirma que tiene dichos motivos. Recuerda que el lenguaje antisemita de Hitler y otros prepar¨® el terreno para los horrores del nazismo, y dice que "esta experiencia hist¨®rica asigna a Alemania la obligaci¨®n permanente de combatir de forma sistem¨¢tica cualquier forma de racismo, antisemitismo y xenofobia. Y no debemos esperar a que sean realidad. Debemos actuar de antemano contra los pioneros intelectuales del crimen". (He traducido estas palabras de un discurso publicado en la p¨¢gina web del Ministerio de Justicia alem¨¢n). Es decir, esta nueva restricci¨®n a la libertad de expresi¨®n -la prohibici¨®n de la negaci¨®n del Holocausto y de los s¨ªmbolos nazis en toda la UE- se justifica porque contribuir¨¢ de forma significativa a luchar hoy contra el racismo, el antisemitismo y la xenofobia.
Nueve Estados
?D¨®nde est¨¢n las pruebas de eso? En la actualidad, nueve Estados miembros de la UE tienen leyes contra la negaci¨®n del Holocausto: Alemania, Austria, B¨¦lgica, Eslovaquia, Francia, Lituania, Polonia, la Rep¨²blica Checa y Rumania. Casualmente, en esos pa¨ªses est¨¢n algunos de los partidos xen¨®fobos de extrema derecha m¨¢s fuertes de la Uni¨®n Europea, desde el Frente Nacional de Francia y el Vlaams Belang de B¨¦lgica hasta la NPD de Alemania y el Partido de la Gran Rumania de Corneliu Vadim Tudor. Es evidente que los partidos no existen como consecuencia de las leyes contra la negaci¨®n del Holocausto, pero tambi¨¦n que ¨¦stas no han logrado impedir que crezcan y sean cada vez m¨¢s fuertes y peligrosos. En todo caso, las prohibiciones y las consiguientes demandas judiciales les han otorgado una aureola de persecuci¨®n que a los populistas de extrema derecha les encanta explotar.
Lo mismo ocurri¨® con el encarcelamiento de David Irving en Austria. Hace seis a?os, Irving perdi¨® en el Tribunal Supremo brit¨¢nico una famosa demanda por libelo emprendida por ¨¦l mismo contra la historiadora estadounidense Deborah Lipstadt, que le hab¨ªa calificado como "uno de los m¨¢s destacados y peligrosos propulsores de la negaci¨®n del Holocausto"; acab¨® de destrozar lo que le quedaba de su reputaci¨®n como historiador serio. Y eso, en un pa¨ªs que no proh¨ªbe negar el Holocausto. Ahora, despu¨¦s de haber estado en una c¨¢rcel austriaca por unas afirmaciones que hab¨ªa hecho 16 a?os antes, puede presentarse como un m¨¢rtir de la libertad de expresi¨®n y sus calumnias vuelven a recibir publicidad. Al parecer, en una rueda de prensa que dio despu¨¦s de salir en libertad, se mostr¨® de acuerdo con el comentario antisemita que hizo Mel Gibson cuando estaba borracho de que los jud¨ªos son los responsables de todas las guerras en el mundo.
Supongamos que la prohibici¨®n de exhibir s¨ªmbolos nazis estuviera ya en vigor en toda la UE, y, por consiguiente, los tribunales brit¨¢nicos se hubieran visto obligados a procesar al pr¨ªncipe Harry por vestirse con un uniforme del Afrika Korps y llevar un brazalete con la esv¨¢stica en la fiesta de disfraces de un amigo (una idea idiota e insultante). ?C¨®mo habr¨ªa ayudado eso a combatir el extremismo euroesc¨¦ptico y xen¨®fobo en Gran Breta?a? De ninguna forma. M¨¢s bien al contrario: le habr¨ªa valido miles de votos al Partido Nacional Brit¨¢nico. Y ya que hablamos de la esv¨¢stica, los hind¨²es est¨¢n protestando en toda Europa contra la propuesta de ley porque dicen que, para ellos, la esv¨¢stica es un antiguo s¨ªmbolo de paz. Mientras tanto, las autoridades legales alemanas se han metido en un l¨ªo rid¨ªculo porque un tribunal de Stuttgart ha condenado al gerente de una empresa de venta por correo por vender camisetas que muestran esv¨¢sticas tachadas y aplastadas. A lo mejor son camisetas antifascistas, pero muestran unas esv¨¢sticas y, por tanto, son ilegales. Y as¨ª, otros ejemplos, como los habr¨ªa todav¨ªa m¨¢s si toda la UE aprobara estas medidas.
Por supuesto, el argumento de que estas prohibiciones bienintencionadas alimentan las llamas que pretenden apagar es dif¨ªcil de probar, aunque las pruebas circunstanciales y anecd¨®ticas indican en esa direcci¨®n. Pero la carga de la prueba recae en los partidarios de la prohibici¨®n. En una sociedad libre, cualquier restricci¨®n de la libertad de expresi¨®n debe tener un motivo convincente, y en este caso no es as¨ª.
La negaci¨®n del Holocausto debe combatirse en escuelas, universidades y medios de comunicaci¨®n, no en comisar¨ªas de polic¨ªa y tribunales. Como mucho, es un factor de poca importancia en el racismo y la xenofobia de extrema derecha de nuestros d¨ªas, cuyo principal objetivo son los musulmanes, la gente con distinto color de piel y los inmigrantes de todo tipo. La prohibici¨®n no va a contribuir tampoco de manera eficaz a luchar contra el antisemitismo; en algunos casos, puede incluso alimentarlo, al fomentar teor¨ªas de la conspiraci¨®n sobre el poder jud¨ªo y las acusaciones de doble rasero. Los ciudadanos de los Estados b¨¢lticos, que tan terriblemente sufrieron bajo Stalin, preguntar¨¢n por qu¨¦ hay que penalizar s¨®lo la negaci¨®n del Holocausto, y no la del Gulag. Los armenios a?adir¨¢n: ?y por qu¨¦ no el genocidio que experimentaron nuestros antepasados a manos de los turcos? Y los musulmanes: ?y por qu¨¦ no las caricaturas de Mahoma?
Tufillo a ni?era
Adem¨¢s, la postura que propugna la ministra de Justicia alemana tiene un tufillo a Estado-ni?era. Habla en nombre de la libertad, pero no se f¨ªa de que la gente ejerza esa libertad de manera responsable. A los ciudadanos hay que tratarlos como ni?os, guiarlos y protegerlos en todo momento. En realidad, cuanto m¨¢s observo lo que dice y hace frau Zypries, m¨¢s me parece la personificaci¨®n del moderno Estado-ni?era europeo. No es casualidad que tambi¨¦n haya dedicado tanto esfuerzo personal a ampliar las leyes alemanas para permitir m¨¢s escuchas y vigilancia en los hogares. Vertrauen ist gut, Kontrolle ist besser (La confianza est¨¢ bien, el control est¨¢ mejor). ?No es ¨¦se otro error que ya cometi¨® Alemania en el pasado?
Frau Zypries tiene raz¨®n: debemos aprender de la historia. Pero debemos aprender las lecciones que est¨¢n bien, las apropiadas para un continente libre y multicultural como el que hoy tenemos. "La experiencia demuestra", escribe Soli Sorabjee, antiguo fiscal general de India, "que las leyes penales que proh¨ªben el lenguaje de odio fomentan la intolerancia, la divisi¨®n y una injerencia desmesurada en la libertad de expresi¨®n... No necesitamos m¨¢s leyes represivas, sino m¨¢s libertad de palabra para combatir el racismo y promover la tolerancia". Eso es verdad en India y es verdad en Europa.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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