Deudas incontroladas
Una parte del mercado del cr¨¦dito a los particulares amenaza con convertirse en un foco de riesgo para el sistema financiero. Las llamadas gestoras de cr¨¦ditos, o financieras que se encargan de unificar y refinanciar los cr¨¦ditos que la banca se niega a renovar por raz¨®n de impago o por elevada concentraci¨®n del pr¨¦stamo sobre los ingresos, carecen por ahora de una regulaci¨®n firme y clara que determine sus obligaciones de informaci¨®n, sus deberes para con los clientes y las sanciones que pueden sufrir por incumplimiento. Y, sin embargo, es un hecho que estas gestoras de cr¨¦dito conceden pr¨¦stamos a particulares con tipos de inter¨¦s superiores a los del mercado, a veces con car¨¢cter usurario, que act¨²an como entidades financieras -a pesar de que no captan dep¨®sitos- y que compiten con la banca o cajas de ahorros en condiciones de abierta ventaja, puesto que, al no estar sujetas a regulaci¨®n, pueden ofrecer, por ejemplo, cr¨¦ditos para financiar el 100% de una vivienda. Tanto el Banco de Espa?a como el Defensor del Pueblo han advertido sobre este peligroso d¨¦ficit de legalidad.
El volumen de cr¨¦ditos que intermedian este tipo de gestoras subir¨¢ probablemente en el futuro, puesto que la subida del coste del dinero encarecer¨¢ los pagos por los pr¨¦stamos de consumo o hipotecarios y, por tanto, aumentar¨¢ el n¨²mero de personas o familias que no puedan hacer frente a la carga de todos sus cr¨¦ditos. Para evitar los riesgos de una situaci¨®n potencialmente explosiva, un paso l¨®gico es imponer a este tipo de empresas, que ya suman al menos 8.000 establecimientos en toda Espa?a, normas que impliquen sistemas de supervisi¨®n y control administrativo. El objetivo ser¨ªa que sus clientes reciban informaci¨®n detallada sobre coste del dinero y los plazos de amortizaci¨®n.
Este tipo de supervisi¨®n cuesta dinero; as¨ª se explica que el Ministerio de Econom¨ªa y el Banco de Espa?a no muestren entusiasmo en responsabilizarse de ese control. Pero es necesario emprenderlo, para evitar riesgos financieros en cadena y acabar con la falsa sensaci¨®n de tranquilidad del ciudadano que resuelve su problema inmediato pero a cambio de una prolongaci¨®n excesiva de plazos e intereses. Al mismo tiempo, bancos y cajas deber¨ªan flexibilizar sus condiciones de renovaci¨®n y pr¨®rroga de los pr¨¦stamos. En ocasiones, los clientes endeudados tienen que recurrir a las firmas de unificaci¨®n de cr¨¦dito porque las entidades financieras siguen el procedimiento de cerrar un cr¨¦dito impagado antes de abrir otro, lo cual implica gastos de transacci¨®n elevados. La renovaci¨®n podr¨ªa ser una soluci¨®n razonable.
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