China afirma que nunca entrar¨¢ en la carrera de armas espaciales
Tras 12 d¨ªas de mutismo, y en medio de una fuerte presi¨®n internacional, Pek¨ªn admiti¨® ayer que el pasado d¨ªa 11 lanz¨® un misil bal¨ªstico para destruir un viejo sat¨¦lite meteorol¨®gico situado en ¨®rbita a unos 850 kil¨®metros. Pero al mismo tiempo, insisti¨® en que la prueba no supone una amenaza para nadie. "China siempre ha defendido el uso pac¨ªfico del espacio (...). Nunca ha participado ni nunca participar¨¢ en una carrera de armas en el espacio", asegur¨® Liu Jianchao, portavoz del Ministerio de Exteriores. "Este ensayo no iba dirigido contra ning¨²n pa¨ªs, y no constituye una amenaza para ning¨²n pa¨ªs". Liu, sin embargo, no explic¨® por qu¨¦ fue realizado.
Estados Unidos, Jap¨®n, Reino Unido, Australia, Canad¨¢ y Corea del Sur protestaron por el disparo, que, seg¨²n los expertos, puede provocar el inicio de una carrera armament¨ªstica, y poner en peligro la seguridad de otros sat¨¦lites de uso civil y militar que giran alrededor de la Tierra. El artefacto fue pulverizado en un gran n¨²mero de fragmentos, que viajan a una gran velocidad.
El anuncio del Ministerio de Exteriores chino se produjo despu¨¦s de que Sean McCormack, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, asegurara que Pek¨ªn hab¨ªa admitido que hab¨ªa llevado a cabo el experimento, durante el encuentro que el subsecretario de Estado, Christopher Hill, mantuvo con las autoridades chinas en Pek¨ªn el pasado fin de semana, en el marco de su visita para tratar sobre la crisis nuclear norcoreana.
Ning¨²n tratado internacional proh¨ªbe este tipo de pruebas. Pero desde 1985, cuando Estados Unidos realiz¨® la ¨²ltima, nadie hab¨ªa vuelto a efectuarla, debido al problema de generaci¨®n de residuos que supone y la consiguiente amenaza para los dem¨¢s sat¨¦lites.
Llamada de atenci¨®n
Seg¨²n algunos analistas, el experimento -del que inform¨® Washington la semana pasada- puede haber sido una llamada de atenci¨®n a Estados Unidos sobre su pol¨ªtica militar, destinada a evitar precisamente una carrera de armas. El presidente George W. Bush ha rechazado las peticiones internacionales para prohibir la militarizaci¨®n del espacio, y el pasado octubre aprob¨® una nueva pol¨ªtica por la que Estados Unidos se arroga "libertad de acci¨®n" en el espacio. China se ha mostrado tradicionalmente contrario al uso militar del espacio.
Para Washington, el ¨¦xito del ensayo chino supone una potencial amenaza para su supremac¨ªa espacial, y un riesgo para sus campa?as militares. Pero la prueba de m¨²sculo chino ha preocupado tambi¨¦n a otros pa¨ªses como Jap¨®n o Australia, que han manifestado sus dudas sobre el car¨¢cter pac¨ªfico de la destrucci¨®n del sat¨¦lite. El secretario del jefe del Gabinete japon¨¦s, Yasuhisa Shiozaki, afirm¨® ayer que China deber¨ªa ser m¨¢s abierta sobre sus planes espaciales. "Mientras no haya transparencia, habr¨¢ sospechas. No basta con que diga simplemente que ha habido una prueba", dijo.
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