La belleza
Vi el otro d¨ªa en la prensa la foto de un desfile de "modas" en Ir¨¢n. Mujeres tapadas hasta dejar al aire s¨®lo el ¨®valo del rostro. No lo entend¨ª. No s¨¦ si se celebraba el desfile como hecho diferencial, se expon¨ªa como cr¨ªtica o simplemente se constataba un hecho, pero teniendo en cuenta la opresi¨®n que ese r¨¦gimen ejerce sobre las mujeres, la visi¨®n de esa pasarela me perturba. Sorprende que en estos casos tanta diputada que se rasga las vestiduras con el asuntillo de una "o", una "a" o con el juguete sexista navide?o no diga ni mu.
Esta semana ha estado en Espa?a la ex diputada holandesa de origen somal¨ª Ayaan Hirsi Ali con un libro de memorias bajo el brazo, Mi vida. Mi libertad. Muchas son las ense?anzas que los lectores pueden aprender con su lectura. Una espa?ola, por ejemplo, puede comparar su vida con la de esta mujer somal¨ª que tuvo que huir de un matrimonio forzado. Una mujer pol¨ªtica espa?ola puede constatar, no sin sonrojo, c¨®mo tantas veces el feminismo se atrinchera en las florituras de la correcci¨®n pol¨ªtica y olvida la lucha b¨¢sica, la de los derechos humanos, la de tantas mujeres que son ciudadanos de segunda categor¨ªa. Un hombre puede advertir cu¨¢l es la maravillosa diferencia entre disfrutar de una mujer como amante y compa?era a tenerla como esclava. Un Estado, aquellos que lo dirigen, puede constatar el capital humano, econ¨®mico, cultural que se pierde negando a la mujer como individuo, viviendo con la mitad de la poblaci¨®n subyugada.
Cualquiera puede medir la diferencia, a la vista est¨¢, entre las fotos en las que una Ayaan jovenc¨ªsima aparece tapada para preservar su honor y el de su familia y esas otras en la que va a recoger el premio Time-2005 a la mujer m¨¢s relevante del a?o con sugerente vestido escotado. No es una frivolidad, ojal¨¢ lo fuera, es la demostraci¨®n de la soberan¨ªa que una mujer ejerce sobre su cuerpo, para ense?ar, para tapar, para lo que le d¨¦ la gana, la libertad que esta mujer conquist¨® y de la que ahora disfruta, aun rodeada de guardaespaldas. Su belleza nefert¨ªtica ya es en s¨ª misma un desaf¨ªo para los que quisieran verla muerta o bajo un burka.
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