Negaci¨®n del Holocausto y libertad de expresi¨®n
A lo largo de toda esta semana, Madrid conmemora con solemnes actos el D¨ªa oficial de la Memoria del Holocausto. Desde el a?o 2005, el Gobierno espa?ol lo instituy¨® adoptando la fecha del 27 de enero, d¨ªa de la liberaci¨®n del campo de muerte de Auschwitz-Birkenau.
En Espa?a, en los ¨²ltimos a?os ha aumentado considerablemente el inter¨¦s, la sensibilidad y la solidaridad con lo acaecido en la p¨¢gina m¨¢s horrenda de la Humanidad, cuando el nazismo extermina sistem¨¢ticamente a seis millones de jud¨ªos -hombres, mujeres, ni?os- inocentes de todo, excepto del "crimen imperdonable" de llevar sangre jud¨ªa en sus venas.
La importancia de estos actos conmemorativos no s¨®lo radica en saldar una deuda hist¨®rica, no s¨®lo en su inmenso valor pedag¨®gico, sino que sirve de advertencia ante cualquier brote potencial de antisemitismo, que lamentablemente a¨²n se encuentra arraigado y latente en algunos c¨ªrculos de Europa, Espa?a incluida.
Basta con recordar el juicio contra el editor de Librer¨ªa Europa, Pedro Varela, llamado "el F¨¹hrer nazi de Espa?a", quien ha estado editando desde Barcelona basura antisemita de lo m¨¢s virulenta, incluyendo por supuesto miles de ejemplares que niegan el Holocausto.
La reciente "Conferencia" en Ir¨¢n (?d¨®nde si no ah¨ª?) y cuyo ¨²nico fin era difundir un mensaje antiisrael¨ª y antisemita, reabri¨® el debate sobre la necesidad de convertir en delito la negaci¨®n del Holocausto.
Alemania, que en este semestre preside la Uni¨®n Europea y que confronta su tenebroso pasado nazi con coraje digno de reconocimiento, pretende que ese delito se convierta en ley en la totalidad de los pa¨ªses miembros de la Uni¨®n Europea, armonizando la jurisdicci¨®n ya existente en nueve pa¨ªses, Espa?a incluida.
El editorial Negar el negacionismo (EL PA?S, 17 de enero) acertadamente explica el racional que mueve a los negacionistas de la Sho¨¢, estableciendo que esa falsedad "...en la mayor parte de los casos va vinculada al prop¨®sito de rehabilitar en todo o en parte la ideolog¨ªa del nazismo o cuestionar la existencia del Estado de Israel".
Y sin embargo, aduciendo un argumento de peso -el de la libertad de expresi¨®n-, el mismo editorial duda de que "el medio m¨¢s adecuado" para combatirlo sea mediante una ley. Israel, en cambio, siempre ha considerado que una ley que condene el intolerable delito de la negaci¨®n del Holocausto es indispensable; la legislaci¨®n israel¨ª data del a?o 1986.
Si bien es cierto que una ley de tal naturaleza impone una limitaci¨®n sobre la libertad de expresi¨®n, notemos que todas las leyes que condenan el racismo y la xenofobia imponen limitaciones de ¨ªndole similar.
Dos argumentos fundamentales, favoreciendo la imposici¨®n del delito, podr¨ªan ser esgrimidos en el presente debate europeo:
I. Negacionistas de la catadura moral de Roger Garaudy y su Fundaci¨®n en C¨®rdoba aducen que el Holocausto nunca existi¨®, o que "seis millones es una exagerada barbaridad", o que toda la "historia" del Holocausto no es m¨¢s que "invenci¨®n jud¨ªa para chantajear al mundo cristiano", y otra sarta de falsedades m¨¢s.
La libertad de expresi¨®n que permitir¨ªa el negacionismo puede acarrear actos criminales que da?ar¨ªan los derechos adquiridos de otros, de las comunidades jud¨ªas, perjudicando sus derechos inalienables a vivir sin temor a actos antisemitas.
La sentencia del Tribunal Constitucional del 11 de noviembre de 1991 (caso Violeta Friedman) estipula: "Ni el ejercicio de la libertad ideol¨®gica, ni la de expresi¨®n, pueden amparar expresiones destinadas a generar sentimientos de hostilidad contra determinados grupos ¨¦tnicos, pues en un Estado como el espa?ol los integrantes de aquellas colectividades tienen derecho a convivir pac¨ªficamente y a ser plenamente respetados por los dem¨¢s miembros de la comunidad social".
II. La singularidad de la Sho¨¢, ese crimen contra la Humanidad, no es comparable a ning¨²n otro genocidio. Fue una combinaci¨®n ¨²nica -y abominable- de pretextos raciales, religiosos, econ¨®micos, sociales, pol¨ªticos y pseudo-cient¨ªficos. El nazismo, engendrado en el coraz¨®n de la Europa de las Luces y obsesionado con su voluntad de exterminar a un pueblo, ha sido ampliamente tratado y no hay necesidad de extenderse en ello. Seis millones de argumentos hablan por s¨ª solos, aun cuando guarden un silencio sepulcral.
A pesar de las reticencias que puedan existir, esperemos que la propuesta alemana prospere. Y as¨ª, en un futuro no lejano, en esta tierra europea tan impregnada con sangre de mi pueblo, existir¨¢ una ley espec¨ªfica que proh¨ªba negar lo que todos conocemos, pero nunca terminaremos de comprender.
V¨ªctor Harel es embajador de Israel.
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