Una ley de dudosa eficacia

No dudo de las buenas intenciones de la ministra Salgado con su nueva ley del alcohol pero s¨ª que cuestiono su eficacia. Primero, porque los menores de edad no compran alcohol; basta con darse una vuelta por la calle o por la entrada de una gran superficie un viernes por la tarde para ver c¨®mo grupos de adolescentes se api?an en torno a un joven mayor de edad para recoger las botellas que ¨¦ste les ha comprado a cambio de unos cuantos euros. ?Sabe la ministra que uno de estos j¨®venes puede ganar 100 euros en una tarde por hacer la compra? Segundo, porque eliminar la publicidad de bebidas alcoh¨®licas en los medios de comunicaci¨®n entre las ocho de la tarde y las seis de la ma?ana es in¨²til cuando la campa?a publicitaria que verdaderamente incita al consumo se realiza en las plazas y parques de nuestras ciudades entre esas horas y, a¨²n peor, en otras horas en los que los ni?os peque?os juegan all¨ª. Es posible que los ayuntamientos tengan las competencias para evitar que estos hechos no se produzcan, pero ?qui¨¦n se quiere enfrentar a la posibilidad de que se produzcan altercados con menores? Creo que la educaci¨®n de los padres y las campa?as en medios de comunicaci¨®n y colegios en las que intervengan m¨¦dicos y organizaciones como Alcoh¨®licos An¨®nimos es lo mejor que puede hacerse. Puede ser que esto no sea suficiente para que los adolescentes dejen de beber, porque la presi¨®n social del grupo lo pone dif¨ªcil, pero al menos es posible que se pregunten si no estar¨¢n convirti¨¦ndose en futuros alcoh¨®licos.