Dos artistas en pos de la luz del Norte
Una exposici¨®n en Barcelona relaciona las pel¨ªculas de Dreyer con los cuadros de Vilhelm Hammershoi
No llegaron a conocerse personalmente, aunque sus biograf¨ªas se solaparon algo m¨¢s de un cuarto de siglo. Los dos eran daneses, de Copenhague, los dos hicieron de la luz su medio principal de expresi¨®n. Vilhelm Hammershoi (1864-1916) es un pintor muy apreciado en Dinamarca, pero poco conocido fuera de su pa¨ªs, donde apenas se ha expuesto. En Espa?a, nunca hasta ahora. Es artista de interiores desnudos. Retrata los escenarios dom¨¦sticos en que vivi¨®: una mesa, un sof¨¢, una ventana. A menudo, tambi¨¦n coloca a una solitaria figura femenina, normalmente dando la espalda al espectador, cosa que aumenta el aire de ensimismamiento y vac¨ªo que desprenden las 36 piezas reunidas en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB, hasta el 1 de mayo). Tan s¨®lo en cinco de los lienzos Hammershoi sale al exterior: un bosque de abedules, un lago de plata bajo un cielo plomizo, un tinglado portuario, ninguna presencia humana a la vista. Toda la obra se halla impregnada de una luz gris velada, que concede a los objetos y figuras un aire distante y fantasmag¨®rico.
Al director de cine Carl Theodor Dreyer (1889-1968) se le conoce m¨¢s en Espa?a, por pel¨ªculas de culto como El presidente (1918), La pasi¨®n de Juana de Arco (1927), Vampyr (1932) o Gertrud (1964), que podr¨¢n verse en un ciclo paralelo a la muestra (www.cccb.org). ?l tambi¨¦n se obsesiona con los interiores vac¨ªos, el misterio encerrado en una figura de mujer, un paisaje fr¨ªo tras una ventana y una luz que otorga al conjunto una rara intensidad dram¨¢tica. La relaci¨®n entre el pintor y el cineasta la estableci¨® el cr¨ªtico y m¨¢ximo especialista en Hammershoi Poul Vad -desaparecido en 2003-, quien escribi¨® que el segundo era "el principal y quiz¨¢s ¨²nico sucesor" del primero. Uno de los comisarios de la exposici¨®n, Casper Tybjerg -los otros son Anne-Birgitte Fonsmark, Annette Rosenvol y Jordi Ball¨®-, revel¨® ayer que un operador de c¨¢mara de Dreyer le hab¨ªa explicado que el director rod¨® Gertrud con un libro con reproducciones de Hammershoi en la mano.
De ese fil¨®n de correspondencias ha nacido esta coproducci¨®n entre el CCCB y el Museo Ordrupgaard, donde ha podido verse hasta hace pocos d¨ªas. Pero si la muestra danesa agrupaba las obras por temas, la barcelonesa quiere, en expresi¨®n de Ball¨®, "contemplar la obra de Hammershoi a la luz de Dreyer". El recorrido se inicia en un tubo oscuro en el que 12 pantallas reproducen secuencias de filmes de Dreyer. A partir de ah¨ª empieza el mundo de Hammershoi.
Iluminaci¨®n
El estudio de arquitectos RCR Aranda, Pigem, Vilalta ha construido unos pasillos cerrados, recubiertos de geotextil, un material de propileno utilizado en la construcci¨®n que crea unas suaves aguas grises. Cada uno de los cuadros ha sido iluminado a trav¨¦s del propileno, siguiendo una de las tipolog¨ªas de iluminaci¨®n empleadas por Dreyer en sus pel¨ªculas. El cuadro Crep¨²sculo en el sal¨®n, de 1904, apenas puede verse de tenue como es el foco, situado en posici¨®n lateral. Pero en el cat¨¢logo la obra no aparece mucho m¨¢s iluminada: son cuatro espectros humanos tras unos grandes ventanales abiertos a una noche densa y amenazante que se adue?a de toda la escena.
Hammershoi y Dreyer, dos artistas en pos de la luz del Norte. Tambi¨¦n el pianista Glenn Gould sinti¨® una atracci¨®n irresistible por esta idea del Norte, un Norte vac¨ªo y desolado, en su caso Canad¨¢. All¨ª es donde mejor pensaba en Bach. El protestantismo est¨¢ ligado a ese rigor formalista, a la estructura conceptual. Y uno, al salir de la exposici¨®n, piensa en otra pareja de grandes daneses, Gabriel Axel, director de El fest¨ªn de Babette, y Karen Blixen, autora del relato en que se bas¨® la magistral y luminosa pel¨ªcula.
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