Evolucionar hacia la duda
Me gustan las personas que dudan. No me refiero a la duda paralizante o enfermiza que denota inseguridad ante cualquier circunstancia por trivial que ¨¦sta sea. Me refiero a la duda del sabio, del prudente, del experimentado, del sensato o del cauto.
Me gusta la duda razonable y razonada: porque es buena consejera; porque hace que tomemos la mejor decisi¨®n dentro de las posibles; porque dudar es ser humildes, pero tambi¨¦n inteligentes. Me gusta la duda que llega con la madurez inteligente; aquella que se va adquiriendo durante el transcurso de la vida mediante el conocimiento, la raz¨®n y la reflexi¨®n.
Me gustan, en fin, las personas que evolucionan hacia la duda; porque ¨¦stas no sufren de fanatismos ni de certezas absolutas. A prop¨®sito, ?se imaginan los miles de muertos que se habr¨ªan evitado si Aznar, Bush y Blair hubiesen dudado antes de tomar la est¨²pida decisi¨®n de invadir Irak.
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