C¨¦sar Borgia no descansa en paz
Viana, donde muri¨® hace 500 a?os, busca tumba a la altura del mito
C¨¦sar Borgia no descansa en paza nieve cae suavemente sobre la l¨¢pida de m¨¢rmol, encajada en el pavimento, frente a la portada renacentista de la iglesia de Santa Mar¨ªa de Viana. La inscripci¨®n dice: "C¨¦sar Borgia. General¨ªsimo de los ej¨¦rcitos de Navarra y pontificios. Muerto en Campos de Viana. El XI de marzo de MDVII". La l¨¢pida, colocada en 1953, es todo lo que Viana puede ofrecerle hoy al visitante que llega preguntando por el m¨ªtico C¨¦sar Borgia, s¨ªmbolo supremo de las luces y las sombras del Renacimiento, inspirador de El Pr¨ªncipe, de Nicol¨¢s Maquiavelo, patr¨®n de Leonardo da Vinci, se?or de la Roma?a, duque de Valentinois, hijo del papa Alejandro VI Borgia, que termin¨® su fulgurante vida aqu¨ª, la madrugada del 12 de marzo de 1507, sin haber cumplido los 32 a?os. Admiradores del gran condottiero lograron colocar tambi¨¦n a mediados de los sesenta -no sin oposici¨®n- un busto en bronce, obra del escultor navarro Fructuoso Ortuna, en la plaza de Sor Simona Oroz.
El arzobispado de Pamplona aclara: "Hoy ya no se autoriza a enterrar en las iglesias"
En el V Centenario habr¨¢ una 'senda Borgia', de Viana a la Barranca Salada, donde C¨¦sar muri¨®
Nieva suavemente en Viana, pero el fr¨ªo mortal de este invierno, de los 500 inviernos transcurridos, no ha logrado enfriar la pol¨¦mica asociada a un personaje que ni siquiera muerto acaba de encontrar su sitio.
A Juan Cruz Labeaga, sacerdote diocesano, m¨²sico e historiador de Viana, se le llevan los demonios cuando sorprende en los visitantes cultos, en los "turistas intelectuales", como ¨¦l dice, una expresi¨®n decepcionada cuando se asoman a la tumba. "Un personaje as¨ª, enterrado de cualquier manera. Quedamos como cazurros", se lamenta alzando los brazos. "En el siglo XVI no tenemos en Navarra personajes de su talla. Est¨¢ san Francisco Javier, desde luego, pero tampoco es tan conocido".
Viana, una bonita y pr¨®spera localidad de 3.600 habitantes, situada en el Camino de Santiago, a nueve kil¨®metros de Logro?o, parece dispuesta a remediar ahora siglos de indiferencia hacia C¨¦sar Borgia. El Ayuntamiento y el Gobierno navarro han creado una comisi¨®n especial y se disponen a festejar por todo lo alto el V Centenario: 1507-2007. Habr¨¢ una senda Borgia, que llevar¨¢ de Viana a la Barranca Salada, donde el hijo del papa Alejandro VI encontr¨® la muerte en un enfrentamiento contra tres caballeros enemigos. Y no faltar¨¢n conciertos de m¨²sica renacentista, exposiciones, conferencias, venta de recuerdos y objetos ligados al condottiero, cenas renacentistas y escenificaciones teatrales de su muerte.
De personaje maldito, el famoso duque de Valentinois pasar¨¢ a ser un reclamo tur¨ªstico. A Juan Ram¨®n Corpas, consejero de Cultura y Turismo del Gobierno foral, le parece que es una opci¨®n l¨ªcita. "C¨¦sar Borgia nos acerca a un periodo muy interesante de nuestra historia, cuando Navarra era el reino m¨¢s peque?o de Europa, disputado por las dos grandes potencias de la ¨¦poca, Espa?a y Francia". Y la historia interesa. "Cada vez hay m¨¢s inter¨¦s por los viajes culturales. Y Borgia es un personaje apasionante, muy literario. Me hubiera encantado conocerlo".
A otros les tranquiliza, en cambio, que el condottiero est¨¦ ya bajo tierra y no quieren saber nada de ¨¦l ni de sus huesos. Por eso es poco probable que sean restituidos al lugar que ocuparon a su muerte, en el presbiterio de Santa Mar¨ªa. "All¨ª estuvo enterrado. Yo s¨®lo quiero saber por qu¨¦ se le sac¨®, y por qu¨¦ no puede volver", dice el alcalde de Viana, el socialista Gregorio Galilea. Habr¨ªa sido la definitiva rehabilitaci¨®n de C¨¦sar Borgia, s¨ªmbolo de todas las perversiones para la Iglesia, desde que Julio II, enemigo de los Borgia, lleg¨® a la Santa Sede, en 1503.
Pero 500 a?os son poca cosa para la instituci¨®n m¨¢s antigua de Occidente. El p¨¢rroco de Santa Mar¨ªa, C¨¦sar Gonz¨¢lez, un sacerdote del Opus Dei de 39 a?os, sale del paso como puede cuando se le pregunta sobre Borgia. "A m¨ª no me preocupa este se?or. Mi tarea es ocuparme de los vivos. Aparte de que el principal traslado es de aqu¨ª a la vida eterna".
Pero no es el p¨¢rroco de Viana, sino el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebasti¨¢n, el que tiene en sus manos la decisi¨®n final. Y el arzobispo no lo ve claro.
"Monse?or Sebasti¨¢n no tiene inconveniente en que los restos de C¨¦sar Borgia sean inhumados en otro emplazamiento m¨¢s digno", declar¨® el jueves a este peri¨®dico un portavoz del arzobispado, "pero dentro de la iglesia no puede ser, porque es una pr¨¢ctica no autorizada hoy d¨ªa".
Y es que en Viana, el nombre de C¨¦sar Borgia inquieta todav¨ªa. Muri¨® en la guerra civil que enfrent¨® a beamonteses y agramonteses, dos linajes nobiliarios de Navarra. En Viana se apoyaba a los beamonteses, enemigos del rey Juan de Albret y, por tanto, de Borgia. "Pero aqu¨ª estamos muy orgullosos de C¨¦sar Borgia porque defendi¨® la suerte de Navarra", conf¨ªa una vecina que no quiere dar su nombre. Los ni?os en las escuelas de Viana aprenden qui¨¦n fue el forastero que se aloj¨® en la ciudad y muri¨® en las afueras. Entre los adultos, la ignorancia es mayor.
En la librer¨ªa-papeler¨ªa local se entabla en seguida un animado debate cuando se menciona al hijo del papa Borgia. "Despu¨¦s de la pel¨ªcula, ?c¨®mo lo van a enterrar en la iglesia?", exclama un hombre mayor que dice llamarse Pich¨². "Adem¨¢s, ah¨ª donde est¨¢, constipados tampoco coge", bromea otra anciana.
No parece que a ninguno le impresione pisar la tumba de Borgia al entrar en la iglesia. "Yo no la piso nunca", dice Juan Cruz Labeaga. "Primero, por respeto, y despu¨¦s, por precauci¨®n. Fueron grandes envenenadores". Si hasta los admiradores hablan as¨ª, a C¨¦sar Borgia le espera todav¨ªa un largo purgatorio.
Cuatro sepulturas en cinco siglos
CUENTA LA HISTORIA, siempre te?ida de leyenda, que el rey Juan de Albret, vencedor del l¨ªder beamont¨¦s, conde de Ler¨ªn, enterr¨® a su cu?ado C¨¦sar Borgia en un sepulcro g¨®tico esculpido en alabastro en el presbiterio de la hermosa iglesia de Santa Mar¨ªa de Viana. Antonio de Guevara, obispo de Mondo?edo, pas¨® por all¨ª en 1523 y tom¨® nota del epitafio: "Aqu¨ª yace en poca tierra, el que toda la tem¨ªa / el que la paz y la guerra / en su mano la ten¨ªa. / Oh, t¨², que vas a buscar / cosas dignas de loar, / si t¨² loas lo m¨¢s digno / aqu¨ª pare tu camino / no cures de m¨¢s andar". Pero el sepulcro fue destruido, y los restos, enterrados en una tumba antropomorfa en el exterior de la iglesia.
Una teor¨ªa no confirmada culpa a un obispo de Calahorra, la sede de la que dependi¨® Viana desde su fundaci¨®n en el siglo XIII hasta mediados del XX, de haber tomado la decisi¨®n. Ni el archivero del arzobispado de Pamplona ni el del obispado de Calahorra lo dan por cierto. El historiador F¨¦lix Cari?anos, que ha estudiado a fondo las peripecias de la sede de Calahorra, cree que puede ser una leyenda. "No sabemos por qu¨¦ ni cu¨¢ndo se destruy¨® el sepulcro y se sacaron los restos. Lo ¨²nico cierto es que estaba en pie en 1523 y que en 1608 ya no, porque lo cuenta el escritor de Viana Juan de Amiax". Los restos pasan a una segunda tumba en el exterior. En 1885, Borgia es enterrado bajo la R¨²a Mayor de Viana sin se?al alguna. En 1945 los restos son exhumados, y, tras un examen forense, enterrados en su actual tumba en 1953.
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