"El ciclismo no tiene excusas"
Dick Pound, abogado canadiense de 64 a?os, en efecto est¨¢ ah¨ª. Imposible no darse cuenta, tama?a es su personalidad. Hablador, luchador, ambicioso, vicepresidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) con Samaranch, quien fren¨® sus aspiraciones de llegar a presidir ese organismo, Pound ha logrado al frente de la AMA de nuevo el milagro antinatural que consigui¨® cuando se encarg¨® de negociar los derechos de televisi¨®n y convirti¨® a los Juegos Ol¨ªmpicos en negocio multimillonario: hacer que el ¨®rgano cree la funci¨®n, convertir ante la opini¨®n p¨²blica al dopaje en el gran problema del deporte moderno.
Pregunta. La semana pasada ha estado en Madrid, que ser¨¢ la sede de la Conferencia Mundial Antidopaje de 2007. ?Tiene usted buena qu¨ªmica con Jaime Lissavetzky?
"No, no estoy declarando que Landis sea culpable. ?l tendr¨¢ su oportunidad ante los tribunales deportivos"
"Sinceramente, pienso que es tan importante luchar para frenar el dopaje como ser presidente del COI"
"Animamos a los deportistas a que hablen, a que identifiquen qui¨¦nes son los m¨¦dicos, qui¨¦nes les han dopado"
"Me fui a hablar con Ben Johnson, le pregunt¨¦ si hab¨ªa tomado esteroides y mir¨¢ndome a los ojos lo neg¨® todo"
Respuesta. S¨ª, s¨ª, muy buena. Hemos estado firmando el convenio de la pr¨®xima Conferencia y tambi¨¦n, claro est¨¢, hemos hablado directamente de la Operaci¨®n Puerto.
P. ?Ha le¨ªdo usted los documentos de la investigaci¨®n de la Guardia Civil?
R. S¨¦ que esos documentos existen, pero como han sido obtenidos en el cuadro de una investigaci¨®n penal, el juez espa?ol ha impedido que se usen en los tribunales deportivos hasta que no est¨¦ cerrado el proceso penal, por lo que es, por el momento, como si no existieran.
P. Pero no se puede hacer como si no existieran...
R. S¨ª, es frustrante. Tenemos un conocimiento moral de que tal o cual corredor son culpables y que, sin embargo, contin¨²an corriendo. Pero no se puede pedir a un pa¨ªs como Espa?a que deje sin protecci¨®n constitucional a los tramposos.
P. Al menos se podr¨¢ usar la documentaci¨®n para planificar controles sorpresa...
R. S¨ª, en efecto, siempre se pueden utilizar dentro de nuestra estrategia. Los controles fuera de competici¨®n son los m¨¢s efectivos, pero a veces hay problemas para llevarlos a caso. La UCI, por ejemplo, dice que el periodo de competici¨®n comienza tres d¨ªas antes de la competici¨®n propiamente dicha. Eso no es serio.
P. En el caso Balco, en Estados Unidos, ha habido sanciones deportivas paralelas a una investigaci¨®n policial y a un proceso penal y basadas en sus descubrimientos. ?Algo as¨ª no podr¨ªa hacerse en este caso a trav¨¦s del Tribunal Arbitral del Deporte?
R. No. El problema es que hay que respetar siempre las leyes nacionales. Y hay una diferencia mayor. En el caso Balco, en efecto, las declaraciones ante el Gran Jurado eran secretas, pero los documentos policiales llegaron al Senado de Estados Unidos, que no tiene la obligaci¨®n de confidencialidad y se los pasaron a la USADA, la agencia antidopaje, para que procediera. Y paralelamente las declaraciones de los interrogados por el Gran Jurado acabaron en manos de algunos periodistas del San Francisco Gate, que las publicaron, y que ahora pueden ser condenados a prisi¨®n por ello. Y ser¨ªa anormal que los periodistas fueran condenados mientras que los que distribuyeron el dopaje est¨¢n libres.
P. En Espa?a, algunos corredores han colaborado con la Guardia Civil en las investigaciones de la Operaci¨®n Puerto. El nuevo C¨®digo Mundial Antidopaje prev¨¦ para sus casos una reducci¨®n de su posible suspensi¨®n a la cuarta parte. ?No se le podr¨ªa aplicar anticipadamente esos beneficios?
R. Intentamos animar a los deportistas a que hablen, pero no s¨®lo para reconocer que han pecado, sino para que identifiquen qui¨¦nes son los que les han empujado a doparse, qui¨¦nes son los m¨¦dicos, qui¨¦nes les han suministrado los productos...
P. ?Y a los que colaboren no se les podr¨ªa aplicar autom¨¢ticamente una reducci¨®n de sanci¨®n?
R. S¨ª, s¨ª, pero, claro, siempre que la colaboraci¨®n sea v¨¢lida e importante, que, por ejemplo, diga a la Guardia Civil tal m¨¦dico me ha recetado tal d¨ªa tal cosa y me ha dado lo otro...
P. Los ciclistas, aparte, consideran que su deporte es el m¨¢s controlado y que por eso hay m¨¢s casos, y que sufre de una doble ley, del C¨®digo Mundial, por un lado, y de un c¨®digo ¨¦tico que duplica de hecho, la deja en cuatro a?os, cualquier sanci¨®n m¨ªnima...
R. El ciclismo no tiene excusas. Los casos de dopaje son excesivos. Y si los equipos aplican su propia sanci¨®n a la que pronuncia la UCI no es el fin del mundo.
P. Usted no parece muy amigo del ciclismo que se diga. El otro d¨ªa, en una entrevista, bromeaba llamando Roid (esteroide) Landis a Floyd Landis, dando casi por ella su adicci¨®n a los anabolizantes.
R. Bueno, s¨ª, es una cosa que me hab¨ªan contado y que hab¨ªa salido en los peri¨®dicos. Y, s¨ª, lo dije.
P. ?Significa eso que lo considera culpable? ?No podr¨ªa ello influir en la USADA, que debe decidir si lo sanciona por su positivo de testosterona en el Tour?
R. No, no, en absoluto. Landis tiene su oportunidad ante los tribunales deportivos de Estados Unidos.
P. ?Es l¨®gico que siete meses despu¨¦s de los hechos a¨²n no se haya cerrado el caso?
R. No, no, es incomprensible, pero eso es culpa de mi profesi¨®n.
P. Usted ha propuesto que haya una sanci¨®n provisional para todos los deportistas den caso de un positivo antes de que se juzgue el caso. ?En el caso de Landis, hipot¨¦ticamente, eso supondr¨ªa que tambi¨¦n se le habr¨ªa despojado del Tour?
R. No, es s¨®lo una sanci¨®n provisional que, yo creo, servir¨ªa para acelerar los procedimientos.
P. Landis clama su inocencia, Tyler Hamilton, que ya ha cumplido su sanci¨®n y cuyo nombre sale en la Operaci¨®n Puerto, tambi¨¦n...
R. Es normal, Atletas, ciclistas, todos hacen lo mismo, niegan, niegan, niegan...
P. Usted lo sabe bien. Como abogado, defendi¨® en Se¨²l a Ben Johnson, vendi¨® las disculpas de un atleta que tambi¨¦n lo negaba todo, que hablaba de conspiraci¨®n, de que le hab¨ªan envenenado la bebida...
R. S¨ª, yo era el ¨²nico abogado canadiense en Se¨²l y mi comit¨¦ ol¨ªmpico me pidi¨® que lo defendiera. Me fui a hablar con ¨¦l cara a cara, le pregunt¨¦ si hab¨ªa tomado esteroides y mir¨¢ndome a los ojos me lo neg¨® todo, que no, que no he tomado nada, me dijo. Parec¨ªa un santo, con halo y todo. Yo le cre¨ª y as¨ª actu¨¦, pero luego la investigaci¨®n en Canad¨¢ descubri¨® toda la verdad.
P. ?El 'caso Johnson' le abri¨® los ojos? ?Le convirti¨® en un misionero contra el dopaje?
R. En cierta forma s¨ª, pero fue mi ¨²nico contacto con el mundo del dopaje hasta 1998, hasta que me encargu¨¦ de poner en marcha la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
P. La pasada semana, las aduanas francesas detuvieron en el aeropuerto de Par¨ªs a Hind Dehiba, una atleta proveniente de un campo de entrenamiento en Alburquerque, Nuevo M¨¦xico (EE UU) que transportaba varias dosis de hormona del crecimiento. Esto da a entender que alrededor de los campos de entrenamiento invernales pululan los traficantes. ?C¨®mo se puede controlar eso?
R. Evidentemente, hay sospechas, pero en este caso solos no podemos hacer nada, necesitamos la colaboraci¨®n de la polic¨ªa de los diferentes pa¨ªses del mundo, como ha hecho la Guardia Civil en Espa?a.
P. En su conferencia sobre el estado actual de la lucha contra el dopaje, usted ha confirmado que en noviembre dejar¨¢ de ser presidente de la AMA e, ir¨®nicamente, ha afirmado que pensaba que "ya hab¨ªa purgado la pena que le hab¨ªa impuesto Juan Antonio Samaranch y que Jacques Rogge hab¨ªa confirmado" al encomendarle la creaci¨®n de la AMA. ?Lo dice porque cree que este encargo le impidi¨® ser presidente del COI?
R. Pero Samaranch tambi¨¦n me encarg¨® otras tareas, como la de negociar derechos de televisi¨®n, como la investigaci¨®n de los sobornos de Salt Lake City... Y, sinceramente, pienso que es tan importante detener el dopaje como ser presidente del COI.Lausana, restaurante del Museo Ol¨ªmpico, mi¨¦rcoles 24 de enero. Juan Antonio Samaranch acompa?ado de su s¨¦quito de viejos amigos entra en la sala, repleta de periodistas invitados por Dick Pound y su AMA a un simposio informativo. Pound, ostensiblemente, le da la espalda al ex presidente del COI. Ni se levanta a saludarle. Contin¨²a hablando con sus acompa?antes su buena media hora. Luego se va. Samaranch, desde su rinc¨®n, lo ve todo. "Ah, ?pero est¨¢ Pound aqu¨ª?", pregunta al aire.
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