Historias de emigrantes
La 2 estrena este domingo una serie que plasma el peregrinaje de los espa?oles por el mundo en busca de una vida mejor
C¨¢lidos, conmovedores, terribles y tiernos. Estos cuatro adjetivos definen los testimonios que recoge Camino a casa, la nueva producci¨®n documental de TVE que narra la odisea de cerca de tres millones de espa?oles que se vieron obligados a emigrar desde los a?os cuarenta a los ochenta en busca de una vida mejor.
La 2 estrenar¨¢ el pr¨®ximo domingo (22.00) la serie de seis cap¨ªtulos que quiere recuperar la memoria reciente, revivir historias contadas por sus propios protagonistas y reflexionar sobre las razones de su di¨¢spora. Jes¨²s Gonz¨¢lez, director del ¨¢rea de documentales, tilda la serie de "necesaria". "Siempre que se habla de emigraci¨®n viene a la cabeza el exilio pol¨ªtico tras la Guerra Civil, pero con frecuencia se olvida que ¨¦ste es un pa¨ªs que emigr¨® por hambre y por necesidad", apunta el directivo, que est¨¢ "especialmente orgulloso" de los resultados de Camino a casa.
"S¨ª, los espa?oles fuimos emigrantes, y pobres, y clandestinos e ilegales", tercia su director, Adolfo Dufour (?sta es mi tierra, Memoria de Espa?a). "Seg¨²n las encuestas, la inmigraci¨®n es una de las principales preocupaciones de los espa?oles. Pero, como bien apunta Juan Goytisolo, somos unos desmemoriados y no conocemos nuestra propia historia", a?ade, y dice que el t¨ªtulo alude a esa idea tan literaria de que el mundo es la casa de los que no la tienen.
Camino a casa quiere rendir homenaje a todos los espa?oles que contribuyeron al desarrollo econ¨®mico y pol¨ªtico del pa¨ªs; pero tambi¨¦n pretende ayudar a conocer un fen¨®meno que no hace m¨¢s que crecer. Porque como sabiamente dice un emigrante espa?ol ante la c¨¢mara: "Al hambre no se le puede poner fronteras".
El primer cap¨ªtulo est¨¢ protagonizado por la periodista Mar¨ªa ?ngeles Fern¨¢ndez. Emigr¨® de ni?a a La Patagonia, en 1957, junto a sus padres, su hermano y "18 ba¨²les", tal como recuerda ella misma. Los cuatro, en compa?¨ªa de otros habitantes de un min¨²sculo pueblo de ?vila, pusieron rumbo "al fin del mundo". Dejaban atr¨¢s una Espa?a "gris y pobre", pero les esperaba un destino incierto.
"Mi padre ten¨ªa un contrato de dos meses como pe¨®n, pero despu¨¦s tuvo que buscarse la vida". Asegura que lo que m¨¢s le sorprendi¨® de Argentina fue "la ense?anza laica, la sanidad p¨²blica y las libertades", y opina que la serie "es un alegato contra la hipocres¨ªa; ya no hay manera de cerrar los ojos ante la oleada de inmigrantes que llegan en pateras". En 1982 "quem¨¦ las naves, deshice el camino y regres¨¦ a Espa?a". Y desde el barrio madrile?o de Lavapi¨¦s, donde vive, poblado en la actualidad mayoritariamente por extranjeros, Mar¨ªa ?ngeles analiza una situaci¨®n que se ha invertido.
A la hora de preparar la serie, Dufour ha querido salirse de los caminos m¨¢s transitados. Su intenci¨®n era plasmar episodios poco conocidos del peregrinaje ib¨¦rico. "Hay muy buenas pel¨ªculas y documentales protagonizados por los espa?oles que fueron a Alemania", explica, y cita como ejemplo el excelente trabajo de Marta Arribas y Ana P¨¦rez, El tren de la memoria. Por eso, el cap¨ªtulo 'La fuerza del viento' rescata las vicisitudes de los emigrantes canarios, que no fueron en pateras pero s¨ª en veleros clandestinos que cruzaban en penosas condiciones el Atl¨¢ntico; o el viaje de los mineros asturianos, afectados por la represi¨®n de las huelgas del 58 y 62, y murcianos que se desplazaron a B¨¦lgica a trabajar en condiciones casi infrahumanas ('Desde las entra?as').
El episodio 'El ¨²ltimo pelda?o', que da fin a la serie, evoca la aventura de los jornaleros andaluces y murcianos por tierras de Or¨¢n y Argel como temporeros. Una de las paradas de esta entrega es la ciudad suiza de Ginebra. All¨ª, muchos espa?oles viv¨ªan en las barracas creadas para alojarlos por las empresas para las que trabajaban. Desde all¨ª reivindicaron sus derechos laborales y pol¨ªticos.
Para Dufour, Camino a casa "ha huido del tono did¨¢ctico y demag¨®gico". Tan s¨®lo, apunta, pretende hablar de una realidad que no fue tan distinta a la de los emigrantes senegaleses o ecuatorianos que ahora llegan a Espa?a. "Sus corazones albergaron sentimientos parejos, su nostalgia tambi¨¦n fue infinita y una gran mayor¨ªa sali¨® pr¨¢cticamente sin nada".
Y al margen del rigor hist¨®rico -para ello ha contado con la profesora Blanca S¨¢nchez Alonso como asesora-, Camino a casa "se engrandece, sobre todo, gracias a un entramado de historias fascinantes", termina.
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