Un grito contra el absentismo

El mundo de la cultura se ha volcado en favor del Estatuto de Autonom¨ªa para Andaluc¨ªa en un intento de evitar la abstenci¨®n en "una ¨¦poca de consenso pol¨ªtico en la que la gente puede no sentir la necesidad de apoyar el texto", en palabras del escritor granadino de 49 a?os Luis Garc¨ªa Montero, uno de los intelectuales que demuestra su apoyo al Estatuto con la firma del manifiesto titulado Andaluc¨ªa de nuevo [que se reproduce en esta p¨¢gina].

El manifiesto empez¨® a circular la pasada semana y ya son cientos los firmantes entre intelectuales, actores, m¨²sicos, periodistas, sindicalistas, miembros de asociaciones ciudadanas y hasta el mundo del toro, con la representaci¨®n de Javier Conde. Todos son andaluces y piden el s¨ª para la reforma del texto. "La reforma significa la actualizaci¨®n del Estatuto de 1981 seg¨²n las demandas de una democracia moderna en la que tiene poca importancia el debate sobre s¨ª se trata de 'naci¨®n' o de 'realidad nacional'. Establece v¨ªnculos jur¨ªdicos con el ciudadano y eso es importante en una ¨¦poca como la nuestra de liquidaci¨®n del Estado", apunta Garc¨ªa Montero.

La poeta cordobesa Elena Medel, de 21 a?os y una de las m¨¢s j¨®venes entre los firmantes, cree que el refer¨¦ndum es "una oportunidad ¨²nica para los andaluces de apoyar el futuro al que estamos destinados, pero parece que no llegamos a alcanzar". "Es una oportunidad para seguir creciendo que, si la desaprovechamos, igual no la volvemos a tener", a?ade la autora de Tara. Elena Medel asegura que cuando en la reforma del texto "las susceptibilidades han estado a flor de piel". "Se ha buscado cualquier desliz o ambig¨¹edad para crear pol¨¦mica, como el caso de la supuesta exclusividad del flamenco [cita en el texto que suscit¨® las protestas de otras comunidades]. No creo que Andaluc¨ªa quiera adue?arse del flamenco", a?ade la poeta.

"El Estatuto es b¨¢sico para la autonom¨ªa de Andaluc¨ªa; aunque a fin de cuentas todos somos dependientes. Unos pa¨ªses de otros, unos pueblos de otros, unas familias de otras; y despu¨¦s est¨¢ el C¨¦sar romano, que va a existir siempre. Pero, independientemente de eso, si otras comunidades han reformado su Estatuto, ?por qu¨¦ no Andaluc¨ªa?", dice el cantaor granadino Enrique Morente, 65 a?os y una de las voces que ha sabido modernizar el flamenco desde el respeto a la tradici¨®n.

"Aqu¨ª todo el mundo apuesta por el Estatuto y eso demuestra que los andaluces tenemos otra mentalidad y menos problemas que en otros sitios, d¨®nde estas cosas han costado mucha sangre. ?sta es una tierra de mestizaje", afirma orgulloso Enrique Morente.

Para el poeta jerezano Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, de 80 a?os, se trata de "un nuevo Estatuto, no una reforma, porque el articulado se ha multiplicado". "Es un texto progresista, solidario, con una voluntad conciliadora y de progreso social. No ser¨¢ la soluci¨®n para todos los problemas, pero s¨ª debemos reconocer que esta tierra se ha modernizado mucho y existe un nuevo concepto del sentimiento de ser andaluz, con independencia de los nacionalismos de guardarrop¨ªa", precisa el escritor.

A la actriz Ruth Gabriel, que naci¨® en San Fernando hace 31 a?os, le ha "emocionado" la determinaci¨®n del nuevo texto en la lucha contra la discriminaci¨®n. "Lo que m¨¢s me toc¨® del Estatuto es la defensa que hace contra cualquier tipo de discriminaci¨®n. Es algo que, a estas alturas, todos damos por supuesto; pero que no se contempla con la misma claridad en otras normas. Ojal¨¢ que all¨¢ cosas as¨ª que todas partes, no s¨®lo en Andaluc¨ªa", dijo ayer la actriz desde Altea (Alicante), poco antes de entrar en el ensayo de La casa de Bernarda Alba, que dirige Amelia Ochandiano.

"El hecho de que todos los partidos pol¨ªticos, salvo el Partido Andalucista, apoyen el Estatuto, y que los obispos se opongan, mientras los cristianos de base lo defienden; anima a pensar que es algo positivo", afirma el escritor malague?o Pablo Aranda, de 38 a?os. "No se le est¨¢ prestando la debida atenci¨®n a la reforma del Estatuto porque la nuestra es una sociedad sin problemas a?adidos. Pensamos que las cosas no nos van a afectar y delegamos en los que est¨¢n arriba", se lamenta Aranda.