La calentura del sur

Gracias a las contundentes evidencias cient¨ªficas expuestas por Naciones Unidas nadie discute a estas alturas la existencia del cambio clim¨¢tico ni su origen antr¨®pico. M¨¢s complicado resulta, por el c¨²mulo de incertidumbres que a¨²n hay que resolver, precisar los efectos de este fen¨®meno sobre un determinado territorio, aunque en Andaluc¨ªa ya se manifiestan algunas alteraciones, y tambi¨¦n se juzgan como inevitables otras que, se pronostica, aparecer¨¢n a corto plazo.

Algunos espacios naturales, y determinas especies animales o vegetales, act¨²an, en este sentido, como magn¨ªficos bioindicadores. En el macizo de Sierra Nevada, por ejemplo, los bot¨¢nicos hace tiempo que vienen alertando sobre la rarificaci¨®n de ciertas plantas end¨¦micas que, sobre todo en la zona de cumbres, no pueden adaptarse a las nuevas condiciones de temperatura y humedad. "Sin miedo a exagerar", alerta Gabriel Blanca, catedr¨¢tico de Bot¨¢nica de la Universidad de Granada, "podr¨ªan desaparecer, a medio plazo, entre 50 y 100 especies vegetales caracter¨ªsticas de este parque nacional". El romperocas p¨²rpura, por ejemplo, ha visto como sus poblaciones no dejaban de disminuir en los ¨²ltimos a?os. Las localizaciones se van reduciendo porque la especie ha terminado refugi¨¢ndose en las zonas m¨¢s altas de la sierra, buscando m¨¢s fr¨ªo y m¨¢s agua en parajes muy umbr¨ªos donde se ha colocado al borde de la extinci¨®n.

La variedad de pino silvestre que crece en esta misma sierra y en la cercana de Baza manifiesta, asimismo, un comportamiento an¨®malo al haberse interrumpido su regeneraci¨®n natural. Los plantones que nacen a partir de la dispersi¨®n de los pi?ones acaban muriendo a causa de las alteraciones clim¨¢ticas y el bosque va perdiendo efectivos.

Encinas y alcornoques

Los periodos secos de cierta intensidad, que en el sur peninsular se han hecho m¨¢s frecuentes en las ¨²ltimas d¨¦cadas, ponen en peligro la supervivencia de aquellos vegetales propios del norte y que encuentran en Andaluc¨ªa su l¨ªmite de distribuci¨®n, como los robles o tejos de las sierras b¨¦ticas, o los abedules de Sierra Nevada. Adem¨¢s, la disminuci¨®n en el volumen de precipitaciones est¨¢ directamente relacionada con el problema de la "seca", un anormal decaimiento de ciertas masas forestales compuestas sobre todo por encinas y alcornoques.

El s¨ªndrome registra en la comunidad aut¨®noma m¨¢s de 500 focos con miles de hect¨¢reas afectadas. En la franja de Sierra Morena que recorre el norte de Huelva, Sevilla y C¨®rdoba, la enfermedad se vincula, sobre todo, a un cambio en las condiciones ambientales, ya que el clima parece derivar hacia situaciones de mayor aridez, lo que, a su vez, multiplica el ataque de algunos par¨¢sitos. Id¨¦ntica circunstancia motivar¨ªa la "seca" en las sierras gaditano-malague?as y en las del sector oriental de Andaluc¨ªa.

A juicio de ?ngel Fern¨¢ndez, especialista en climatolog¨ªa del Centro de Investigaci¨®n Forestal del Ministerio de Agricultura, las dehesas de encinas y alcornoques que hoy crecen en Andaluc¨ªa y Extremadura sufrir¨¢n una profunda transformaci¨®n a medio plazo, ya que ambas especies se ir¨¢n retirando del sur, manteni¨¦ndose ¨²nicamente en zonas monta?osas donde las caracter¨ªsticas del suelo lo permitan. "No puede considerarse una hip¨®tesis reciente", apostilla, "el hecho de que el clima est¨¦ induciendo desplazamientos de vegetaci¨®n en Espa?a".