Primer consejo de guerra contra un oficial por negarse a combatir en el pa¨ªs ¨¢rabe
Es el primer oficial del Ej¨¦rcito de EE UU en negarse a empu?ar un fusil en la guerra de Irak. Soldados rasos se cuentan por miles (m¨¢s de 8.000, seg¨²n el Pent¨¢gono), militares que engrosan el estatuto de AWOL (ausentes si permiso oficial es la traducci¨®n de las siglas en ingl¨¦s) para no participar en la contienda. Pero el teniente Ehren Watada es el primer mando que rechaza ir al teatro de operaciones iraqu¨ª.
Su decisi¨®n le sent¨® ayer frente a un consejo de guerra en Fort Lewis, Estado de Washington. Cinco de sus compa?eros militares decidir¨¢n si es culpable de los cargos que se le imputan -negarse a embarcar junto a su unidad rumbo a Irak, adem¨¢s de dos cargos de conducta indigna de un oficial por criticar a sus superiores-. Watada se enfrenta hasta a seis a?os de prisi¨®n y una baja deshonrosa del Ej¨¦rcito.
Tras los atentados del 11-S, Watada, de 28 a?os, crey¨® que deb¨ªa luchar por su pa¨ªs y combatir contra el terrorismo. Se enrol¨® en las Fuerzas Armadas en marzo de 2003. Pero el desarrollo de los acontecimientos hizo que tuviera dudas: "No quiero matar inocentes, me niego a ver familias destrozadas mientras el presidente insiste en que debemos 'mantener el rumbo en Irak", declaraba el teniente d¨ªas antes de perder el vuelo que le hubiera trasladado junto a sus hombres a Irak. "Me niego a formar parte de una guerra ilegal e inmoral", fue su conclusi¨®n.
Watada plant¨® cara al Ej¨¦rcito de EE UU en junio pasado, un Ej¨¦rcito que se puede permitir que deserten soldados sin rango, pero que no puede tolerar que un mando d¨¦ mal ejemplo, como reconocen fuentes del Pent¨¢gono. De origen japon¨¦s, el joven teniente, que creci¨® en Honolul¨², cree que la ¨²nica manera de acabar con una guerra injusta es neg¨¢ndose a ir a ella.
Se lo dej¨® muy claro a Bush en una carta que le escribi¨® cuando supo que su decisi¨®n era irreversible. "Presidente, usted ha violado el art¨ªculo 1 de la Constituci¨®n enga?ando al Congreso; el art¨ªculo 2 del Estatuto de la ONU; la Resoluci¨®n 3.314 de la Asamblea General de la ONU; el Estatuto del Tribunal de N¨²remberg prohibiendo las guerras de agresi¨®n y muchas otras leyes internacionales y dom¨¦sticas. Como oficial de las Fuerzas Armadas, mi obligaci¨®n legal y moral es a la Constituci¨®n y no a aquellos que dan ¨®rdenes ilegales. Es mi obligaci¨®n rehusar a luchar en esta guerra ilegal".
Watada decidi¨® que no ir¨ªa a Irak, pero se ofreci¨® para partir para Afganist¨¢n cuando fuera necesario. El Ej¨¦rcito rechaz¨® su ofrecimiento. "Ning¨²n militar elige a la carta d¨®nde sirve", le contestaron sus mandos.
Desde el d¨ªa en que se neg¨® a embarcar para Irak, Watada vive una esquizofrenia. En el cuartel es un proscrito, un traidor. Cuando cruza la puerta, activistas contrarios a la guerra le esperan para aclamarle como un h¨¦roe.
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