Sobre la recusaci¨®n

Que alguien me lo explique. A saber: para ser magistrado del Tribunal Constitucional, el candidato debe ser un jurista de reconocido prestigio con una carrera profesional de una duraci¨®n de al menos 15 a?os. El prestigio de los juristas, al menos el de los juristas universitarios, se mide no s¨®lo por su labor docente -que se valora poco, tristemente-, sino por su labor investigadora. ?sta viene avalada por trabajos de investigaci¨®n, publicaciones, dict¨¢menes, etc¨¦tera. ?Esa tarea investigadora dilatada, solvente y acreditada incapacita, a posteriori, para ser magistrado del Tribunal Constitucional? No lo entiendo. No tiene sentido.

Pero lo que de verdad me indigna es que todo el mundo d¨¦ por hecho que, no s¨®lo el magistrado recusado, sino tambi¨¦n los compa?eros "recusadores", no van a aplicar la Constituci¨®n y la doctrina jurisprudencial asentada durante los m¨¢s de veinte a?os de funcionamiento del Tribunal, y se van a dejar llevar por sus tendencias pol¨ªticas "presuntas".

Como jurista, no entiendo lo primero; como jurista, me asusta y me desagrada much¨ªsimo lo segundo.- Rosa M. Gal¨¢n S¨¢nchez. Profesora universitaria y jurista. Madrid.

?De verdad se puede recusar a un se?or por un informe hecho hace m¨¢s de cuatro a?os, con otro Gobierno, cuando ¨¦l no era magistrado, y cuando el Estatuto no era siquiera un borrador? Personalmente, tengo serias dudas. Pero me preocupa m¨¢s el futuro institucional de este pa¨ªs. Si los magistrados del Constitucional funcionan tambi¨¦n en bloque y defienden los intereses o convicciones de quienes los han propuesto, adi¨®s a la imparcialidad de esta instituci¨®n. Si el Partido Popular coge como norma intentar ganar en los tribunales lo que pierde en las votaciones, da pie a entrar en una peligrosa espiral donde lo que se pone en juego es la estabilidad de un modelo democr¨¢tico, otorg¨¢ndole al Poder Judicial otros poderes que no le corresponden.