Olas de cinco metros en Madrid
Los ensayos con los diques para estabilizar las playas de Barcelona se hacen en el barrio madrile?o de Usera
Las olas baten sobre un fondo marino de rocas. Cada vez con m¨¢s fuerza, como si fuera un temporal. Despu¨¦s amainan. Pero no hay mar, ni olas, ni playa. Se trata de varios mecanismos experimentales del Centro de Estudios de Puertos y Costas (CEDEX) en un gran hangar del barrio de Usera, en Madrid, donde se realizan pruebas y ensayos del efecto de los diques y espigones que se est¨¢n colocando frente a las playas de Barcelona. El objetivo es evitar la habitual p¨¦rdida de arena de las playas de la ciudad en ¨¦poca de temporales y que cada a?o obliga a reponer entre 85.000 y 115.000 metros c¨²bicos de tierras.
En el hangar se ha reproducido a escala la playa del Bogatell de Barcelona. Es una gran piscina, con la simulaci¨®n de la playa, el dique sumergido que est¨¢ previsto realizar y un mecanismo de palas -asemeja la disposici¨®n de los martillos de las teclas de un piano- que al ponerse en movimiento crea el oleaje. A m¨¢s impulso y frecuencia, m¨¢s bravura. El ingenio puede reproducir, si conviene, las condiciones de las levantadas, que son las olas que arrasan las playas a?o s¨ª, a?o tambi¨¦n. Los sensores del movimiento del fondo marino -es decir, de la piscina- son los que leen la informaci¨®n del efecto del oleaje. "Es cuesti¨®n de ensayos y ensayos en diferentes condiciones para probar los efectos en la playa", explic¨® ayer el director general de Costas, Jos¨¦ Fern¨¢ndez.
Esas pruebas se mantendr¨¢n a lo largo de no menos de dos meses. Lo suficiente para introducir los ajustes que hagan falta en los diques sumergidos que todav¨ªa se tienen que instalar en las playas del Bogatell, la Mar Bella y la Nova Mar Bella de Barcelona. Todos ellos, junto con los que ya son visibles en las playas de la Barceloneta, forman parte del plan de estabilizaci¨®n del litoral de Barcelona. En el CEDEX se han empezado a realizar los ensayos de la estabilizaci¨®n de las playas, la calidad del agua y la posibilidad de la pr¨¢ctica del surf tras la disposici¨®n de los diques.
Que las playas de Barcelona necesitan una defensa no lo discute nadie: el mar se lleva la arena, aunque en condiciones normales la devuelve. Sin embargo, en los ¨²ltimos 60 a?os, con la proliferaci¨®n de puertos, el litoral se ha alterado. En Barcelona, "la construcci¨®n del Port Ol¨ªmpic, primero, y del Port F¨®rum, despu¨¦s, ha contribuido a debilitar las playas", se?ala el director de Costas.
Lo que s¨ª se discute es la forma de hacerlo. El proyecto inicial supon¨ªa la construcci¨®n de un dique submarino de 2,5 kil¨®metros frente a las playas, a 250 metros de la l¨ªnea de costa y a dos metros de la superficie. El Ayuntamiento aleg¨® que eso supondr¨ªa varios problemas: de navegabilidad y de calidad de las aguas, puesto que se provocar¨ªa que hubiera aguas estancas. Luego, los aficionados al surf alegaron que se acabar¨ªan las tablas en el mar y protestaron.
Se han introducido "ajustes", seg¨²n t¨¦cnicos de Costas que suponen, por un lado, que la barrera no sea continua y que los diques est¨¦n sumergidos a tres metros de la superficie. "Con esa profundidad pueden pasar los barcos de recreo y las golondrinas sin problemas", aseguraron.
Una cota que subir¨¢ a dos metros en los extremos de los diques frente a las playas del Bogatell, Mar Bella y Nova Mar Bella. Esas obras, con un presupuesto de 30 millones de euros, se iniciar¨¢n en el pr¨®ximo oto?o y est¨¢ previsto un a?o de trabajo: "Se intentar¨¢ no interferir con la temporada de playas, pero si vemos que hay problemas se interrumpir¨¢n", insisti¨® a ayer el director de Costas ante el primer teniente de alcalde de Barcelona, Xavier Casas, y la tercera teniente y responsable de las playas, Imma Mayol.
"Las playas de Barcelona son el equipamiento m¨¢s usado de la ciudad con siete millones de personas que las frecuentan cada a?o", resumi¨® Casas al pie de una cuba de forma alargada en la que una pala gigante creaba olas de todo tipo. En el fondo de la cuba, rocas de tama?o mayor cara a altamar y rocas m¨¢s peque?as, cara a la hipot¨¦tica l¨ªnea de la costa. ?Por qu¨¦ esa distribuci¨®n? Porque las peque?as sujetan m¨¢s la arena que arrastra el oleaje, explica uno de los t¨¦cnicos. Y se producen olas de cinco metros a las que suceden otras mucho m¨¢s peque?as. Todo ello con la gran ventaja de que media hora de pruebas y ensayos equivale a lo que ser¨ªa un d¨ªa y medio de la evoluci¨®n real del oleaje del mar.
Junto a la gran piscina-playa del Bogatell, se ensayan otros proyectos como el nuevo puerto de Gij¨®n y el de Castell¨®n. Resulta chocante ver c¨®mo se hace el fondo con cemento y distintos tipos de material rocoso. En otra sala, una gran cabina de barco con la que virtualmente se entra en el puerto de Barcelona. Es otro simulador utilizado para verificar las condiciones de navegabilidad y de maniobras de los puertos.
Treinta nudos y encara la bocana sur del puerto barcelon¨¦s. "Demasiada velocidad", advierten. Poco a poco se adentra en el puerto: delante Montju?c, la nueva bocana y Col¨®n. La gran ventaja es que no hay que esperar a que haga la maniobra para llegar a tierra. Se sale de la cabina y ya est¨¢. Y si se quiere entrar en el puerto de Nueva York, se cambia el fondo.
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