Un revisionismo hist¨®rico sin fin
El historiador brit¨¢nico Henry Kamen intenta en este ensayo desmontar algunos t¨®picos sobre la etapa imperial de Espa?a, aunque el m¨¦todo que emplea se basa, en buena medida, en la pura casu¨ªstica. De este modo llega a unas conclusiones que igual pueden servir para un argumento hist¨®rico como para su contrario. En suma, una visi¨®n sesgada de la ¨¦poca.
DEL IMPERIO A LA DECADENCIA
Henry Kamen
Temas de Hoy. Madrid, 2006
336 p¨¢ginas. 23 euros
El reputado historiador brit¨¢nico, espa?ol cuando menos de residencia, Henry Kamen, lleva alg¨²n tiempo dedicado con visible fervor al revisionismo como emprendimiento de historia total. Ya en su obra anterior sobre lo que todo el mundo suele llamar "imperio espa?ol", hac¨ªa una revisi¨®n tan hasta los cimientos del mismo, que su tesis era la de que, si hubo imperio, no ten¨ªa nada de espa?ol. En la obra presente, Del imperio a la decadencia, el autor abunda en esa l¨ªnea, desglosando toda una serie de aspectos de la historia de Espa?a que califica de mitos y a cuyo barrenamiento se entrega incansable. Entre ellos, est¨¢n la creaci¨®n retrospectiva de la naci¨®n espa?ola en las Cortes de C¨¢diz, la universalidad del castellano, la decadencia nacional, la conquista de Am¨¦rica, la idea misma del imperio que es una reformulaci¨®n del libro antes citado, y otros presuntos pilares de la existencia de todo aquello que pudi¨¦ramos llamar, aunque sea de lejos, "identidad espa?ola".
Ese recorrido se ilustra con una sostenida enmienda a la totalidad, de forma que lo que Kamen considera realidad por debajo del mito es siempre algo mucho m¨¢s tenebroso que cualquier otro derivado de la imaginaci¨®n popular o de la construcci¨®n acad¨¦mica. Y el historiador subraya que no le interesa tanto si el mito est¨¢ o no fundamentado, como los efectos -en general, delet¨¦reos- que ha surtido en la opini¨®n que Espa?a tiene sobre s¨ª misma; pero no se puede decir que cumpla del todo su prop¨®sito, porque ninguno de los mitos revisados se tiene ni remotamente en pie, una vez que le ha pasado por encima el caballo de Atila del autor. En esta obra de demolici¨®n, Kamen re¨²ne informaciones, datos -tomados de literatura ya conocida- relevantes, interesantes, que en muchos casos contienen o conducen a puntos de vista originales y llenos de significativas sugerencias. El aparente prop¨®sito de fondo es, adem¨¢s, en s¨ª mismo positivo, progresivo, y curativo porque rechaza cualquier pretensi¨®n de excepcionalidad mostrenca del pa¨ªs. Ni "Spain is different", ni habr¨ªa m¨¦rito especial en serlo o no serlo. Pero ya no es tan f¨¢cil estar masivamente de acuerdo a la hora de las conclusiones, porque para Kamen la historia de Espa?a es una desconocida que, como el hombre de Musil, carece hasta la desnudez de todo tipo de atributos.
As¨ª, el autor argumenta que no hubo conquista espa?ola de Am¨¦rica porque la hicieron las mesnadas de indios que auxiliaron a Cort¨¦s y Pizarro, cuando, con esos par¨¢metros, Gran Breta?a tampoco conquist¨® la India por todos los auxiliares ind¨ªgenas que Clive, por ejemplo, tuvo en Plassey; el castellano no es un idioma universal porque no es verdad, como escribe el autor, que nadie diga que lo habla "un quinto de la humanidad", porque, como todo el mundo sabe, s¨®lo lo hace menos de un 7% -algo menos de 400 millones para algo m¨¢s de 6.000- y tampoco niega nadie en su sano juicio que el ¨²nico idioma planetario es el ingl¨¦s; no hubo nunca decadencia porque jam¨¢s hubo grandeza, sino que la pen¨ªnsula ib¨¦rica se instal¨® en el mundo, quiz¨¢, por una mera conjunci¨®n astral; el imperio no fue espa?ol porque lo pagaron banqueros genoveses y alemanes y los soldados espa?oles fueron siempre minoritarios en los ej¨¦rcitos de la Monarqu¨ªa, aunque el aval de todo ello fuera el patrimonio de Castilla, original, o sobrevenido, como ocurre con el tesoro de Indias.
La metodolog¨ªa, o mejor la
visi¨®n del mundo, para llegar a estas conclusiones es fuertemente casu¨ªstica, de forma que tanto puede servir para ver la botella medio llena como media vac¨ªa. Kamen critica la formaci¨®n acad¨¦mica de los mitos diciendo: "Esta t¨¦cnica, la de seleccionar eventos destacados, espec¨ªficos y aislados (...) es absolutamente cuestionable", que es lo que tambi¨¦n cabe pensar con la selecci¨®n y la valoraci¨®n que hace ¨¦l mismo de ciertos acontecimientos, aun cuando se est¨¦ b¨¢sicamente de acuerdo con su labor de desescombro. En ese mismo sentido, cuando incluye dos citas de art¨ªculos aparecidos en EL PA?S porque entiende que, a contrapelo, respaldan sus posiciones, habr¨ªa que ver si no existen, acaso, otras 200.000 citas que valdr¨ªan para lo contrario.
Sin revisionismo no puede haber completo desarrollo historiogr¨¢fico -Freud y Weber no son menores por todo lo que se haya afinado el tiro sobre su obra-, pero el revisionismo convertido en religi¨®n corre el riesgo de escurrir al ni?o junto con el agua de la ba?era.
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