Aquel 11 de febrero se abri¨® una puerta
Hoy se cumplen 30 a?os de la liberaci¨®n de Oriol y Villaescusa, secuestrados por los GRAPO
Hoy hace 30 a?os, el viernes 11 de febrero de 1977, la polic¨ªa llam¨® a la puerta de un piso de Alcorc¨®n a las 14.30. Al abrirse, los agentes se echaron encima de Abelardo Collazo, conocido terrorista de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO). Estaba custodiando al teniente general Emilio Villaescusa, presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, secuestrado el 24 de enero. Una hora y veinte minutos despu¨¦s, se repet¨ªa la operaci¨®n, esta vez en el pueblo de Vallecas. Abri¨® la puerta una joven de 20 a?os. Intent¨® cerrarla de golpe, pero ya era tarde. Con ella se encontraba Antonio Mar¨ªa de Oriol, presidente del Consejo de Estado, secuestrado el 11 de diciembre por la misma organizaci¨®n.
Los GRAPO ped¨ªan la liberaci¨®n de 15 presos miembros de tres grupos terroristas, entre ellos ETA
El secuestro de Oriol se produjo cuatro d¨ªas antes del refer¨¦ndum para la reforma pol¨ªtica
Aunque las dos personalidades no ocupaban cargos del Estado de primer¨ªsimo nivel o fueran referencia en sus respectivos ¨¢mbitos profesionales, su secuestro provoc¨® durante dos meses momentos de extremada confusi¨®n y gran crispaci¨®n en la sociedad.
A partir del secuestro de Oriol, los sucesos se fueron acumulando de tal manera que se cre¨ªa que el proceso de democratizaci¨®n podr¨ªa terminarse en cualquier momento y que se hicieran con el poder los elementos m¨¢s ultras del r¨¦gimen. Se tem¨ªa una represi¨®n generalizada con derramamiento de sangre.
Adolfo Su¨¢rez hab¨ªa recibido el encargo del rey Juan Carlos de formar Gobierno en julio de 1976 con el objetivo expreso de iniciar una transici¨®n pol¨ªtica que, utilizando los mecanismos legales de reforma de las leyes fundamentales de la dictadura, desembocase en un r¨¦gimen plenamente democr¨¢tico, homologado con los que reg¨ªan en la Europa occidental. Su¨¢rez consigui¨® que las propias instituciones legislativas franquistas -dos c¨¢maras representativas elegidas a dedo en su inmensa mayor¨ªa- aprobaran la Ley de Reforma, que preve¨ªa su desaparici¨®n y la elecci¨®n de una C¨¢mara de Diputados por sufragio universal sin trabas.
El ¨²ltimo requisito era que esa ley se aprobara en el refer¨¦ndum que se hab¨ªa convocado para el 15 de diciembre. Cuatro d¨ªas antes, un grupo de pistoleros secuestraba a Oriol en la puerta de la calle de un despacho que ten¨ªa en una fundaci¨®n familiar. La conmoci¨®n fue grande en una sociedad no acostumbrada a hechos violentos ni a situaciones l¨ªmite, tras 40 a?os de dictadura en la que la tranquilidad en las ciudades era uno de los principios b¨¢sicos del sistema. Los guardaespaldas privados apenas exist¨ªan y las medidas de seguridad en los edificios p¨²blicos eran m¨ªnimas.
Los GRAPO reclamaron la autor¨ªa del secuestro y exigieron la liberaci¨®n en 48 horas
de 15 presos, pertenecientes a tres organizaciones terroristas, entre ellas ETA. De lo contrario, ejecutar¨ªan a Oriol. La amenaza no lleg¨® a cumplirse, pero comenz¨® un tira y afloja en el que los terroristas enviaban notas a la prensa con nuevos plazos y amenazas. El refer¨¦ndum se celebr¨® y fue un ¨¦xito total para los prop¨®sitos democratizadores de Su¨¢rez. La consecuencia m¨¢s espectacular fue la legalizaci¨®n del Partido Comunista el 9 de abril de 1977, S¨¢bado Santo.
La tensi¨®n alcanz¨® su mayor cota el 24 de enero. A primeras horas se produc¨ªa un nuevo secuestro, el del teniente general Villaescusa, por cuatro militantes de los GRAPO en el momento en que sal¨ªa de su domicilio.
El d¨ªa no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar. A las 22.30 se produc¨ªa el asesinato a sangre fr¨ªa de los abogados laboralistas del despacho de la calle de Atocha por pistoleros de extrema derecha. Tres d¨ªas m¨¢s tarde, los GRAPO asesinaban en Madrid a tres miembros de las fuerzas de seguridad. La sensaci¨®n de que el fin de la democratizaci¨®n era inminente cundi¨® en los sectores m¨¢s comprometidos de la sociedad.
Amnist¨ªa, elecciones y la peluca de Carrillo
HAB?A COMENZADO POR ENTONCES el delicado proceso de legalizar a los partidos. Ninguno presentaba tantas dificultades como el PCE, cuyo secretario general, Santiago Carrillo, se hab¨ªa plantado en Madrid de forma clandestina, con una peluca que se hizo famosa, aunque en buena medida tolerada por las autoridades. En v¨ªsperas de la Navidad de 1976, Carrillo fue detenido. A los dos d¨ªas sali¨® en libertad con el DNI en el bolsillo. Tambi¨¦n estaba en el aire la necesidad de una amnist¨ªa general a los represaliados pol¨ªticos. No pod¨ªa haber democracia si todos los ciudadanos no disfrutaban de la plenitud de derechos. Estas circunstancias hab¨ªan encrespado a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos de los ultras
. Nada ocurri¨® en las dos semanas siguientes hasta que la polic¨ªa liber¨® a los dos secuestrados, el 11 de febrero. Tres d¨ªas m¨¢s tarde se anunciaba la detenci¨®n de 38 miembros de los GRAPO, entre ellos los autores de los secuestros. A partir de entonces, la transici¨®n sigui¨® su curso, no exenta de grandes sobresaltos en los sectores m¨¢s opuestos a la transici¨®n. Se complet¨® la amnist¨ªa y se legalizaron los sindicatos de izquierda y el PCE. En junio se celebraron las primeras elecciones parlamentarias libres en m¨¢s de 40 a?os. Las nuevas Cortes aprobaron la Constituci¨®n hoy vigente.
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